5 rodajes de películas que en realidad fueron pesadillas
Netflix estrenó Jim y Andy, un recopilatorio del material que se grabó tras las cámaras en Man on the Moon… y da la sensación de haber sido un horror. Pero ha habido rodajes peores. ¿Cuáles? Aquí tienes cinco ejemplos.
Netflix estrenó Jim y Andy, un recopilatorio del material que se grabó tras las cámaras en Man on the Moon… y da la sensación de haber sido un horror. Pero ha habido rodajes peores. ¿Cuáles? Aquí tienes cinco ejemplos.
Jim y Andy se estrenó esta semana en Netflix. Este extraño documental muestras las muchas horas de tiempo detrás de cámara del rodaje de Man on the Moon, donde Jim Carrey interpretó al osado comediante Andy Kaufman. ¿Por qué no se había visto este material? Jim Carrey optó por existir todo el rodaje en personaje y, si se tiene idea de quién era Kaufman, esa decisión le hizo la vida imposible a todo el equipo… el rodaje fue una especie de pesadilla.
Pero tampoco fue como otros, mucho, mucho más desastrosos. En estos tiempos un rodaje desastroso tiende a no sobrevivir: o se detiene la producción o se despide al director o se acaba la carrera de quien hizo la película, así sin más. Los tiempos en que una película podía salirse locamente de presupuesto y de tiempo ya no existen, pero no hace mal recordar esas historias de desmadre.
Apocalypse Now (1979)
Sí, puede que sea uno de los rodajes complicados más famosos del cine. En resumen: Francis Ford Coppola se salió tanto de tiempos (era temporada de monzones y por alguna razón esto no se tomó en cuenta) y presupuesto (empeñó todo lo que tenía para terminarla) que la película era ya un mito antes de estrenarse. Si se suma a esto que la mayoría del equipo tuvo paludismo, que Martin Sheen sufrió un infarto en pleno rodaje o que Marlon Brando exigió 1 millón de dólares pero luego ni siquiera se aprendió sus diálogos… bueno, es normal que haya sido una experiencia traumática. De ella hay un registro, Eleanor Coppola se dedicó a grabar el proceso y luego se estrenó un documental llamado Corazones en tinieblas. Merece la pena verlo.
Cleopatra (1963)
Bueno, esta es definitivamente la películas más cara (con el ajuste de inflación sigue sin ganarle ninguna) y complicada de la historia. Esta épica histórica fue tal caos que antes de que rodara ni un minuto ya se habían gastado 4 millones de dólares de un presupuesto que se esperaba que llegara sólo a 2 millones. Se construyeron enormes sets que nunca se usaron, se cambió más de una vez de director, Elizabeth Taylor y Richard Burton comenzaron un escandaloso y público romance y al final del rodaje se habían gastado 44 millones de dólares y se entregó una película con una duración de seis horas. Cleopatra fue un éxito cuando por fin llegó al cine, pero el estudio estuvo a punto de quebrar gracias a los costes y fue muy difícil recuperar el gasto.
Tiburón (1975)
En este tiempo Steven Spielberg era un joven director prometedor, con menos de 30 años aún no era el nombre poderoso que es hoy en día y fue esta película la que lo llevó a la gloria… pero no antes de amenazar con acabar con su carrera antes de empezar. Por amor a la exactitud, Spielberg solicitó rodar este thriller no en una piscina controlada sino en la playa, en Martha’s Vineyard. La consecuencia de esta decisión fue que el tiburón animatrónico, que tenía muchísimo más tiempo en cámara del que tiene en el resultado final, se dañase una y otra vez producto del agua salada. Bruce, así lo bautizaron, mal funcionó tanto que todo el rodaje se retrasó y Spielberg estuvo a punto de ser despedido. ¿Además? En una de las escenas en el pequeño bote hubo un accidente y se hundió, Roy Scheider tuvo que romper a golpes el cristal de la cabina para salir y no ahogarse. ¿Más? En medio del rodaje de una escena en el agua el bote donde estaba la cámara se hundió. Técnicos viajaron con el filme en agua, en un avión, para intentar salvar el trabajo ya hecho. ¡Ah! Y no se olvide que Richard Dreyfuss y Robert Shaw (que se pasó borracho todo el rodaje) se odiaban a muerte.
Fitzcarraldo (1982)
Werner Herzog y Klaus Kinski no eran hombres fáciles. Con egos considerables, una tendencia hacia los gestos dramáticos y hacia la intensidad intelectual, eran buenos trabajando juntos hasta que la marea cambió. Eso pasó en Fitzcarraldo. El descabellado proyecto de Herzog contaba la historia de un hombre amante de la música que decide construir un teatro de ópera en medio de la selva latinoamericana. El rodaje se llevó a cabo, sí, en la selva. Y Herzog, en una de sus más locas decisiones (ha habido más) decidió cumplir con lo que el guion contaba de una forma extrema: Su protagonista decide llevar un barco de vapor a su localización y para ello debe arrastrarlo por la selva. En vez de hacerlo con miniaturas, Herzog lo hizo de verdad. Para llegar a este punto estuvo tres años en pre-producción y tuvo bajas que darían pesadillas a cualquier asegurador como una cortada gigante en la mano de su director de fotografía, que se cosió sin anestesia, o el hecho de que un miembro del equipo tuvo que cortarse el pie (sí, cortarse el pie) para evitar morir cuando le picó una serpiente venenosa.
Titanic (1997)
No era la primera vez que James Cameron asumía un proyecto que terminaba por írsele de las manos. The Abyss había logrado terminarse, pero con amplios excesos de presupuesto y como un recuerdo traumático para equipo y actores que tuvieron que trabajar semanas de 70 horas sin descanso y grabar escenas (una tomaba un día entero) todo el tiempo bajo el agua. ¿Y si tuviste una horrible experiencia con el agua en otra de tus películas por qué no volver? Al parecer eso pensaba Cameron que se metió de lleno en Titanic y salió ileso de milagro (porque la película fue un éxito sin precedentes). Titanic se pasó de presupuesto casi de inmediato, Cameron era un déspota en el rodaje (su actitud es bastante legendaria), el agua estaba realmente helada (los labios morados de Kate Winslet cuando camina por el barco sumergida en agua no son maquillaje) y era tal el descontento que un miembro del equipo vertió un alucinógeno en la sopa de los demás para perjudicar el rodaje. Los productores exigieron a Cameron que terminara la película y este renunció. Al final lo llamaron de vuelta y la película llegó a los cines.