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La nueva ecuación de valor: cómo la economía del propósito redefine el éxito empresarial

No se trata de sustituir el beneficio económico, sino de enriquecerlo con nuevas dimensiones de valor

La nueva ecuación de valor: cómo la economía del propósito redefine el éxito empresarial

Trabajador en una oficina. | Loui Kiær (Unsplash)

Durante décadas, el valor de una empresa se medía casi exclusivamente por sus resultados financieros. Hoy, sin embargo, estamos empujando a un cambio profundo: el valor se entiende como una combinación de generación de valor al negocio y generación de impacto social y ambiental.

La economía del propósito surge precisamente para redefinir esta ecuación. No se trata de sustituir el beneficio económico, sino de enriquecerlo con nuevas dimensiones de valor, creando un círculo virtuoso donde las empresas, la sociedad y el planeta se benefician simultáneamente.

Tres formas de aportar valor en la economía del propósito

1-Valor para los empleados

No solo se trata de clientes, sino también de empleados y comunidades. Las empresas con propósito claro invierten en bienestar, desarrollo profesional y salud de sus equipos, lo que reduce la rotación y aumenta la productividad.

Dato relevante: Según un estudio de Deloitte (2023), las organizaciones con altos niveles de compromiso con propósito reportan un 20% más de retención de talento y un 12% de aumento en productividad comparado con empresas sin un propósito definido.

2-Valor para los accionistas

El propósito impulsa la innovación y abre nuevos nichos de negocio. Empresas que se enfocan en resolver problemas reales generan productos y servicios más alineados con necesidades actuales y emergentes.

Dato relevante: Según un informe de Accenture (2024), las compañías con propósito reportan un 33% más de innovación comercial y tienen un retorno financiero promedio superior al 5% respecto a su industria.

3-El impacto social y medioambiental en la economía del propósito

La economía del propósito no se limita a generar beneficios financieros, sino que busca aportar valor real a la sociedad y al planeta. Esto significa poner en el centro dos ejes inseparables:

  • Impacto social: contribuir a una mayor justicia social, reduciendo desigualdades, promoviendo la inclusión y garantizando oportunidades para todas las personas. En este modelo, el éxito empresarial no se mide únicamente por sus balances, sino también por la capacidad de mejorar la vida de las comunidades donde opera.
  • Impacto medioambiental: ir más allá de reducir daños, avanzando hacia la regeneración ambiental. La economía del propósito entiende que no basta con mitigar, sino que debemos crear modelos de negocio que restauren ecosistemas, impulsen un uso responsable de los recursos y construyan resiliencia frente a los retos climáticos.

Este doble enfoque —social y ambiental— convierte al propósito en un motor de transformación sistémica. No se trata de añadir una capa de responsabilidad, sino de rediseñar la forma en la que entendemos el valor empresarial, vinculándolo al bienestar colectivo y al futuro del planeta.

La paradoja del valor: propósito y rentabilidad no son opuestos

Lo interesante de la economía del propósito es que cuando una empresa se centra en generar valor más allá de sí misma, también fortalece su desempeño financiero. La lógica es simple: más confianza, mayor fidelidad, innovación más relevante y talento más comprometido se traducen en mejores resultados económicos.

De la competencia a la co-creación de valor

La economía del propósito invita a dejar atrás la visión de la competencia pura y pasar a la co-creación de valor con aliados, clientes y sociedad. Las empresas que entienden esta lógica no solo ganan mercados, sino legitimidad, resiliencia y sostenibilidad a largo plazo.

La economía del propósito redefine la noción de éxito empresarial. Hoy, el valor se construye en dos dimensiones simultáneamente: económico y social. Las empresas que incorporan esta lógica no solo sobreviven; prosperan, generan impacto real y construyen un legado sostenible.

Además, la economía del propósito está captando la atención de grandes universidades europeas y estadounidenses, que investigan su impacto y desarrollan programas específicos sobre liderazgo con propósito, sostenibilidad y creación de valor compartido. Foros internacionales y premios empresariales reconocen cada vez más a compañías que implementan modelos de negocio responsables. Sin embargo, para que su potencial transformador se materialice plenamente, es fundamental trasladar estas discusiones a la opinión pública y a la agenda política, promoviendo políticas y marcos regulatorios que incentiven la generación de valor social, ambiental y económico de manera integrada.

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