El Airbnb para artistas en el que se paga con cuadros y esculturas
Se busca un artista que pueda pintar un tríptico en la pared de un apartamento en Montreal (Canadá). A cambio, se ofrece alojamiento y comida durante todo el tiempo que dure la obra. En la otra rivera del Atlántico, el dueño de un hotel en Lisboa (Portugal) necesita graffiteros que puedan “llevar a otro nivel” la decoración de algunas habitaciones. El pago es la vida en la capital lusa.
Se busca un artista que pueda pintar un tríptico en la pared de un apartamento en Montreal (Canadá). A cambio, se ofrece alojamiento y comida durante todo el tiempo que dure la obra. En la otra costa del Atlántico, el dueño de un hotel en Lisboa (Portugal) necesita graffiteros que puedan “llevar a otro nivel” la decoración de algunas habitaciones. El pago es la vida en la capital lusa. Y en la jungla urbana de Bangkok, en Tailandia, una residencia de artistas mantiene su esencia con la creatividad de sus visitantes, a los que además de un dormitorio les facilita los materiales. No hay dinero, ni tarjetas, no hay más pago que la creación. Es un Airbnb para artistas.
Los propulsores de estos tres proyectos no se conocen, entre ellos hay océanos y millones de kilómetros, pero todos comparten una idea común y una aplicación web: Artvl. Detrás de estas siglas, cuyo significado es art travel (arte viajero), está Luanna Lee, una joven china de 32 años que quiere cambiar la forma en la que viven y viajan los artistas.
Artvl es lo más parecido a un Airbnb para pintores, escultores, fotógrafos, músicos, grafiteros, muralistas, retratistas… Es una aplicación para aquellos que no necesitan dinero porque pueden aportar algo distinto. La idea es que los artistas puedan ofrecer sus creaciones a cambio de alojamiento, comida o materiales en cualquier parte del globo y así llenar el mundo de más arte, según explica Lee en una entrevista con The Objective.
Una idea africana
La idea surgió hace apenas unos meses. En febrero, Lee terminó un viaje de recorrido por varios países de África. Uno de ellos fue Angola. Lee estaba en Luanda esperando que le concedieran los visados para viajar a otras regiones y ya no tenía los recursos para quedarse en la ciudad, que es la más cara del mundo. “Un día compartiendo un taxi con la responsable de un hotel, le enseñé mi trabajo y bromeando le dije: ‘¿Me alojarías un mes mientras pinto un mural en tu hotel?’. Me esperaba un no como respuesta, pero me dijo ‘¡claro, hagámoslo!”, cuenta Lee.
Ahí empezó todo. La joven llenó tres paredes de grandes graffitis: “Ni siquiera me pidió un borrador, me dejó pintar en mi estilo”. Durante un mes vivió y comió allí gratis. Hasta que le llegaron las visas. Después siguió su viaje. Solo se dio cuenta de la importancia de la idea una vez de vuelta en Shangái. Allí trató de montar su propio negocio como agencia de publicidad. “Lo hacía mientras buscaba una idea que hiciera ‘click’ con mi corazón. Entonces, en mayo recordé mi experiencia con la responsable del hotel”, explica.
Cuando se lo comentó a sus otros amigos artistas, todos coincidieron en que habían pasado por experiencias similares. “Me inspiró para empezar Artvl, que toda la gente creativa que ama viajar y toda la gente que aprecia el arte pudieran disfrutar de esta maravillosa experiencia”.
¿Cómo funciona Artvl?
De momento, la aplicación se lanzó para la web a principios de julio, ya hay 800 usuarios activos. Pero la mayoría de ellos son artistas, en vez de anfitriones, reconoce Lee. “Necesitamos encontrar la manera de equilibrar los números, para que artistas muy talentosos puedan ser alojados mientras viajan, y los amantes del arte puedan ver más creaciones haciéndose”, confiesa la fundadora.
Una vez se encuentran la simbiosis es increíble. Lee ha plasmado en un vídeo el encuentro que tuvieron en Tailandia un tatuador, dos fotógrafos, cuatro grafiteros, un grupo de música, un documentalista y un pintor. Todos ellos fueron invitados a dos hoteles en Bangkok y Chiangmai. Pintaron murales, hicieron tatuajes y fotografiaron para los dueños.
Artrvl in Thailand from Artrvl on Vimeo.
Aunque Artrvl sigue estando muy, muy lejos de los números del Airbnb porque su público también es más reducido. La reacción de los artistas muestra el verdadero porqué del proyecto: “¿Por qué pagar por el alquiler de un estudio cuando puedes tener el mundo como un estudio portátil?”.