Alejandra Martos Figueroa, restauradora del Museo Thyssen-Bornemisza, nos recibe en su reservado cuartel de trabajo
Alejandra Martos, restauradora del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, nos recibe en las salas del emblemático museo madrileño para conversar acerca de una de las disciplinas más importantes del mundo del arte: la restauración
Alejandra Martos, restauradora del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, nos recibe en las salas del emblemático museo madrileño para conversar acerca de una de las disciplinas más importantes del mundo del arte: la restauración. A pesar de haber nacido rodeada de cámaras, es hija de la leyenda viva de la música, el cantante Raphael, en su trabajo disfruta de la calma y contemplación que demanda la conservación de las obras. Se enfrenta diariamente a combinar matices, gamas cromáticas, técnicas o materiales con un agudo conocimiento histórico. Su gusto por buscar la belleza original, se desarrolló en casa desde temprana edad, precisamente al ver cómo un ícono ruso volvía a su estado original o cómo «recobraba vida» luego de ser restaurado. Actualmente junto a su equipo, trabajan cuadros de Tintoretto, Carpaccio o Cranach, con el mismo respeto y dedicación que con obras de maestros modernos. Sobre la belleza y el encanto del oficio así como la importancia de la conservación en nuestros días, va esta entrevista.