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Así es la PrEP, la pastilla que busca acabar con un 75% de las infecciones por VIH

La Seguridad Social empezará a financiar la profilaxis preexposición a partir del 1 de noviembre

Así es la PrEP, la pastilla que busca acabar con un 75% de las infecciones por VIH

Una pastilla que pretende reducir drásticamente las infecciones por VIH. La Seguridad Social empezará a financiar la PrEP —siglas en inglés de profilaxis preexposición— a partir del 1 de noviembre. Con una toma diaria, esta pastilla evita que una persona que mantenga relaciones sexuales con un paciente de VIH contraiga la infección. Así como la píldora anticonceptiva previene el embarazo, la PrEP previene las infecciones por VIH. Jorge del Romero, director del Centro Sanitario Sandoval, especializado en infecciones de transmisión sexual (ITS), espera que se pueda evitar casi el 75% de las infecciones al año. «Hemos evaluado que, en las personas que se acaban de infectar, que se llaman seroconvertores recientes, de las que conocemos cuál era el perfil de riesgo antes de infectarse, si les hubiéramos administrado PrEP siguiendo las recomendaciones vigentes, probablemente se habrían evitado un 74 y pico por ciento de las infecciones», dice. Es el porcentaje anual de infecciones que espera que se evite a partir de ahora.

La Seguridad Social ya proporcionaba de forma gratuita la profilaxis postexposición —pildora que se toma justo después de una relación de riesgo para evitar la infección—, pero no la PrEP. Los grupos a los que se financiará ahora, con medicamentos genéricos, son dos, según el Ministerio de Sanidad. El primero es el de «hombres que tienen sexo con hombres y personas transexuales VIH-negativas mayores de 18 años con al menos dos de los siguientes criterios: más de 10 parejas sexuales diferentes en el último año, práctica de sexo anal sin protección en el último año, uso de drogas relacionado con el mantenimiento de relaciones sexuales sin protección en el último año, administración de profilaxis postexposición en varias ocasiones en el último año, al menos una ITS bacteriana en el último año». El segundo es el de «trabajadoras del sexo VIH-negativas que refieran un uso no habitual de preservativo«.

Descovy y Truvada, dos marcas comerciales de PrEP. En España solo se financiarán los genéricos. | Foto: Rich Pedroncelli | AP

Si bien el uso de este medicamento ya lleva aprobado en la Unión Europea desde 2016, la única forma que tenían hasta ahora los españoles de conseguir PrEP era a través de centros sanitarios privados o comprándola por internet. Es el caso de Guillermo Aguilera, que tiene unas dos parejas sexuales a la semana y sigue el tratamiento desde mayo de 2018 porque «a veces» el preservativo le fallaba y en otras ocasiones no lo utilizaba.

Riesgos de comprar PrEP fuera del sistema

«Conseguir la PrEP es una odisea», cuenta a The Objective este canario residente en Madrid, que se gasta algo más de 30 euros al mes en el tratamiento. Inicialmente la compraba en una web que se la llevaba a su domicilio a través de una empresa de reenvío, ya que la importación de medicamentos es ilegal en España. «De esa manera, no te viene desde una farmacéutica y es improbable que te lo paren en aduanas», explica. Cuando este proveedor «empezó a funcionar mal», optó por otro, británico, que nunca le envió el medicamento por el que ya había pagado —»ellos alegaban temas del Brexit», lamenta—. Ahora compra la PrEP a través de la web de una farmacéutica hindú sin la intermediación de empresas de reenvío. «Me expongo a que me lo pillen en aduanas», alerta.

Es una situación que preocupa a las asociaciones LGTB. La PrEP «no es algo nuevo», cuenta a The Objective Mario Blázquez, técnico de salud de COGAM (Colectivo de Gays, Lesbianas, Transexuales y Bisexuales de Madrid), «sino algo que ya está usando la gente, mal usado, porque no sabemos dónde la compran, cómo la compran, cómo la toman, si la toman bien…».

¿Adiós al preservativo?

Además de tomarse diariamente, también existe «la pauta a demanda«, cuenta Del Romero. «Una persona que tiene relaciones una vez cada dos meses puede tomar dos pastillas entre dos y 24 horas antes de la relación sexual sin protección, una pastilla más a las 24 horas y otra a las 48 horas y con eso se consigue un efecto preventivo similar a la pauta diaria», explica. La duda es inevitable: ¿es la PrEP una vía de entrada a que se deje de utilizar el preservativo y, por lo tanto, a otras ITS?

«Veo que eso es posible», valora Del Romero. «Que la incidencia de infecciones de transmisión sexual vaya a ser elevada, pero es que en esta gente ya lo es». La opinión de Blázquez está en la misma línea. «Entendemos que hay personas que van a hacer un uso menos consistente del condón o que vayan a abandonar el condón, pero sí que es verdad que ya hay un grupo de personas que no está usando el condón», expone. «Entonces, se están exponiendo al VIH. Por tanto, si tenemos una medida para proteger a estas personas y sus parejas sexuales de la infección por VIH, pues bienvenida».


En este vídeo puedes ver a Jorge del Romero y Mario Blázquez explicando las claves de la PrEP.

Es el caso de Guillermo Aguilera. «Yo tomo PrEP no para follar sin preservativo, sino porque follaba sin preservativo», confiesa. «Entre tener relaciones sin preservativo con PrEP y sin PrEP, prefiero que sea con PrEP. Intento, en la medida de lo posible, ponerme el condón, porque entiendo que es sumar estrategias de prevención, pero ahora ya no me estoy torturando durante tres meses hasta que me hago el próximo análisis».

Admite, eso sí, que ahora utiliza menos el condón. «Lo uso de manera mucho más relajada. Yo antes en el 60% de mis relaciones no lo usaba y ahora no lo uso en el 80% o en el 90%», detalla. A lo largo de su vida, añade, solo ha tenido una ITS, hepatitis B. Fue antes de empezar el tratamiento.

«Hay gente que comenta que, si una persona quiere mantener relaciones sexuales sin protección, que se pague el tratamiento, que no se dé medicación de forma gratuita a las personas que desean tener sexo no protegido», responde Del Romero a la pregunta de por qué la Seguridad Social ha tardado tres años en empezar a financiar el fármaco. Con todo, insiste en que esta medida supone, en realidad, un ahorro. «Es más coste-efectivo dar tratamiento, durante el tiempo que sea, a una persona seronegativa que tiene mucho riesgo de adquirir el VIH que tratar el VIH toda la vida», ilustra.

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