Cannabis Europa Madrid: la pujante industria de la marihuana quiere invertir en España

Inversores, empresas, laboratorios, científicos y pacientes se reunieron en este foro global para discutir la oportunidad que representa la legalización del cannabis medicinal en nuestro país: según sus predicciones, un mercado potencial de 40 millones de euros que podría alcanzar los 500.000 pacientes.

La industria internacional del cannabis medicinal, inversores, empresas y laboratorios, pero también a científicos y pacientes, se dio cita el pasado 10 de enero en Cannabis Europa Madrid. Después de reunirse en Nueva York, Toronto, París y Londres, este foro nacido en 2018 eligió la capital de España, más exactamente el lujoso Hotel Intercontinental, para discutir la regulación y legalización del uso medicinal de la planta de la marihuana en uno de los mercados con mayor potencial del mundo. Su objetivo: animar a los políticos a seguir el ejemplo de otros países como Uruguay, Canadá, algunos estados de Estados Unidos o vecinos europeos como Gran Bretaña o Alemania.

Antes de empezar el debate, sustentaron sus argumentos con algunas cifras. Según los datos del CIS, en España el 84% de los ciudadanos está a favor de la legalización de la marihuana con fines terapéuticos y el 47% defiende su legalización en todos los casos, lúdico o recreativo incluido. El Ministerio de Sanidad cifra en un 7,3% el porcentaje de españoles que ha declarado haber consumido marihuana durante el último mes, es decir, unos 322.000 ciudadanos. Y el Observatorio Español del Cannabis Medicinal (OEDCM) calcula que 100.000 de estos consumidores de marihuana lo hacen con fines terapéuticos.

Según las predicciones de Prohibition Partners, consultora dedicada a la investigación sobre el cannabis, si España legaliza el uso medicinal de la planta en un futuro cercano para 2024 nuestro país albergaría 50.000 pacientes y un mercado potencial de 40 millones de euros. Más optimistas aún fueron las predicciones de Axel Gille, director general en Europa y Alemania de Aurora, el gigante del sector, que comparando la población de Canadá, donde se ubica su sede central, y España, vaticinó un mercado potencial de 500.000 pacientes.

Con estos datos, no es de extrañar el interés de la industria en España y la afluencia al evento, al que asistieron más de 250 personas de 20 países y unas 200 organizaciones. Reflejo, a su vez, del marcado carácter económico de este congreso: el precio de las entradas oscilaba entre 299 y 899 euros por un solo día, de modo que, lejos de la imagen que se pueda tener de las ferias sobre consumo o autocultivo de cannabis, los ejecutivos trajeados y las reuniones de networking dominaron la jornada. Su esperanza: que el nuevo gobierno de PSOE y Unidas Podemos, y el interés en la materia que parece mostrar el Ministerio de Consumo dirigido por Alberto Garzón, agilice la legalización del uso medicinal del cannabis.

Legislar y regular para dar cobertura médica a los pacientes

Una de las principales conclusiones de Cannabis Europa Madrid fue, entonces, la necesidad de regular y legalizar el uso medicinal del cannabis en un país donde su consumo está socialmente aceptado, de forma que los pacientes puedan acceder a un producto seguro. “Es simplemente una cuestión de salud”, repitieron varios ponentes durante el foro, insistiendo en invertir en evidencia y ensayos clínicos que puedan sustentar la efectividad de la planta e informar a los médicos y profesionales de la salud para que puedan prescribirlos. 

“Lo que hace falta es que se desarrolle una normativa actualizada que permita a pacientes y empresas operar en términos de seguridad jurídica”, afirmó José Luis Martín, de la consultora internacional Baker Tilly. “La Agencia Española del Medicamento no es tan arbitraria u opaca como dicen, pero todos adolecemos un marco legal y regulatorio puesto al día”, remató.

Carola Pérez, presidenta del Observatorio Español del Cannabis Medicinal y paciente ella misma con dolor crónico neuropático, explicó su difícil situación del siguiente modo. “Puedo utilizar cannabis en casa, pero no puedo llevarlo en mi bolso. Podemos autocultivarlo, pero no sé cuántas plantas puedo tener. Y la policía puede venir en cualquier momento a requisarlas. Además, no todo el mundo puede autocultivar”, contó la también fundadora de la asociación de ayuda a pacientes Dos Emociones. 

“Nosotros damos consejo, recopilamos datos y vamos a clubes sociales para ayudar a la gente. ¿Pero quién cuida la calidad de estos productos? En España existen cinco millones de consumidores, pero los pacientes no pueden acceder a cannabis medicinal. Estamos intentando explicar que las necesidades de los pacientes son diferentes de las de aquellas personas que consumen cannabis por motivos recreacionales. Con esto no digo que el cannabis recreacional no deba ser regulado. Sino que los pacientes necesitamos saber qué estamos tomando o qué cantidad de CBD lleva un medicamento que tomamos tres o cuatro veces al día”, afirmó.

Janosch Kratz, médico y fundador de Kalapa Clinic, fue tajante en este sentido. “Dejando a los pacientes solos estamos creando un problema médico grave. Porque la gente usa el cannabis igualmente”, pero se ven obligados a acudir al mercado negro y, además, “no se les aconseja sobre los efectos secundarios, las dosis, etcétera. Necesitamos educación para los médicos, acceso al cannabis y control de calidad”.

El sistema endocannabinoide, ese gran desconocido

Años de investigación han logrado mejorar nuestra comprensión tanto de la planta del cannabis como de sus aplicaciones médicas, desarrollándose así medicamentos a base de cannabinoides como el Sativex, prescrito a personas con esclerosis múltiple para mitigar el dolor; o el Epidyolex, que se receta para casos graves de epilepsia. Pero científicos como el profesor de la Universidad Complutense Manuel Guzmán reconocieron que todavía queda muchísimo por hacer. “Ahora tenemos CBD y THC, pero del resto de cannábicos no sabemos casi nada. Tenemos un tesoro que debemos que investigar y entender porque para poder llevarlos al mercado todavía nos encontramos en una fase de infancia”, aseguró el bioquímico.

En esta misma línea se expresó Hélène Moore, directora general en Francia de Aurora, promotora del evento que, por cierto, desembarcó en España el pasado verano estableciendo su sede en Barcelona. “Creo que el cannabis va a cambiar el mundo como lo hizo la anestesia. Pero nos encontramos en una fase muy temprana. El sistema endocannabinoide se está empezando a enseñar en las universidades. Estamos comercializando la primera generación de productos derivados del cannabis. De modo que ninguna empresa tiene la cura para nada, pero en un momento dado podemos llegar a tenerla”, afirmó.

Entre los usos médicos del cannabis, el profesor, también de la Complutense, José Javier Fernández Ruiz, enumeró: “el dolor, especialmente el dolor neuropático porque no está bien cubierto y, además, tenemos la crisis de los opiáceos que es un problema a nivel de salud. También el cáncer cerebral o el glioblastoma. Desórdenes o trastornos neurogenerativos como el Alzheimer, el Parkinson, la enfermedad de Huntington o el ELA. La dermatitis. Y no tenemos medicamentos para la mayor parte de los desórdenes a nivel cerebral y esta sería una de las áreas más importantes de aplicación”.

La anómala situación de España

En nuestro país, la Agencia Española del Medicamento ha autorizado únicamente a cuatro empresas para cultivar cannabis con fines médicos y científicos: Linneo Health, Cáñamo y Fibras Naturales, Oils4cure y Cannabinoids Spain. El hecho contradictorio de que España sea líder en investigación del cannabis, pero también cultive y produzca la planta y productos derivados de ella, siempre para el mercado extranjero, fue abordado en el panel dedicado a la industria patria, que reclamó, una vez más, la legalización del cannabis medicinal.

“Lo que necesitamos es un entorno legal más definido, que permita a la industria y a nuestros potenciales clientes, que son los que faltan aquí, operar de manera regular, y no el modelo actual, que intenta saltarse toda esta locura”, afirmó José Antonio de la Puente, CEO de la mencionada Linneo Health, compañía heredera de Alcaliber, empresa del magnate Juan Abelló especializada en la producción de morfina como dueña del monopolio del opio en España.

Luis de Palacio, presidente de la Federación Española de Farmacéuticos Empresarios, expresó el sentir de la industria diciendo: “Para las farmacias el desarrollo de cannabis medicinal no es más que el desarrollo de otra línea terapéutica. Y es de nuestro interés que la regulación lo reconduzca a un camino similar al de otro tipo de medicamentos”, esto es, hacia el control, la serialización y la estandarización de los productos.

En palabras de Salvador García Ruiz, director general de Aurora en nuestro país, “España está dejando escapar una oportunidad”. El peligro, en opinión de todos, es que este debate se politice. “Las propuestas, si nacen desde los partidos más centrados, habrá más diálogo, porque si viene de un extremo, la reacción del opuesto será negarlo sin escuchar”, señaló en este sentido Palacio.

También insistieron en desvincularse del uso recreativo del cannabis. Para todos los ponentes con intereses económicos en el sector, un debate secundario que podría frenar la próxima regulación del uso médico. “La cuestión es que esta discusión se tenga desde un punto de vista de salud pública”, concluyó García Ruiz. Aunque vista la ausencia de los movimientos sociales y el tejido asociativo español, la presencia de lobbies, fondos de inversión y empresas del sector de todo el globo, existe también mucho dinero en juego.