KATY, ¿una alternativa legal, orgánica y segura al MDMA?
Así es KATY, el suplemento que promete desbancar al MDMA sin acabar de conseguirlo.
Sus componentes son 100% legales, orgánicos y se supone que el efecto se asemeja al subidón de una dosis de MDMA pero sin el riesgo de sufrir un golpe de calor ni el demoledor bajón depresivo del día después. Según sus inventores y distribuidores, KATY es la alternativa definitiva para aquellos que busquen acercarse al éxtasis mental y corporal evitando las innumerables desventajas de las drogas de diseño, pero ¿hasta qué punto logran estas pastillas cumplir su promesa?, ¿son tan naturales e inofensivas como pretenden venderlas?, ¿qué diferencia hay entre este “suplemento alimenticio” y las anfetaminas sintéticas?, ¿de verdad es posible alcanzar las mismas sensaciones de felicidad, energía, placer y embriaguez emocional sin sufrir consecuencias?
Encontrar una alternativa al MDMA, un reto necesario
A pesar de que a día de hoy disponemos de información detallada sobre el MDMA alertando a los consumidores sobre su composición y posibles adulterantes, sus efectos, contraindicaciones y sobre todo, su peligrosidad, el último informe del Observatorio Europeo de Drogas y Toxicomanías indica que en 2017 la demanda no ha hecho más que crecer: por detrás del cannabis y la cocaína, el MDMA es la tercera droga más consumida en España, y la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito estimó que unos 20 millones de personas la consumieron en todo el mundo por lo menos una vez en el último año.
El MDMA pertenece al club de las anfetaminas y las feniletilaminas, actúa fundamentalmente sobre el neurotransmisor serotonina y tiene efectos empatógenos: además de provocar la sensación de un aumento de la energía, euforia y una reacción más placentera a estímulos sensoriales, provoca que quien la tome se ponga emocional y blandengue. Numerosos estudios han demostrado que los posibles efectos adversos del MDMA pueden llevar a la muerte de diversas maneras: por deshidratación y golpes de calor, como consecuencia del aumento desorbitado de la actividad cardiaca y, sobre todo, por los efectos derivados la adulteración de la dosis que el usuario supone que consume, ya que los componentes esenciales están habitualmente mezclados con otras drogas de efectos aún más nocivos. Sin embargo, por más advertencias y campañas disuasorias que intenten disminuir el consumo de MDMA, la demanda crece a la par que la peligrosidad, y en este contexto, poner remedio parece una tarea urgente.
¿Qué es KATY?
¿Puede una pastilla alternativa, natural y segura ser la solución? Esa es la idea detrás de Limitless Life, una de las principales compañías distribuidoras de KATY, cuyo nombre es un guiño directo a su supuesta prima hermana Molly, el pseudónimo comúnmente utilizado para referirse al éxtasis o MDMA en formato cristalino. Según explican con un sospechoso tono publicitario en su página web: ”KATY es el nuevo suplemento legal, totalmente natural, orgánico y hecho a partir de plantas que te hará feliz. KATY estimula la producción de dopamina, serotonina y gaba. Aumenta los sentidos y proporciona esos momentos llenos de amor que estabas buscando sin ningún riesgo. KATY magnifica las experiencias sin una resaca de pesadilla. Desde la mejora de la vista, los sonidos y el tacto a la creciente claridad del pensamiento y las emociones, KATY le proporcionará la cantidad perfecta de placer”.
El reclamo parece sacado de Un Mundo Feliz de Aldous Huxley, donde un gramo de Soma cura los sentimientos melancólicos, ofrece todas las ventajas del cristianismo y del alcohol, pero sin ninguno de sus efectos secundarios.
¿De qué se compone exactamente?
Según promocionan en la web, “KATY es una mezcla de componentes nutricionales disponibles sin receta médica. Entre ellos se encuentran elementos donantes de colina (aumento de la respuesta sináptica), adaptógenos (mejora de la salud / bienestar general y mejora de la captación nootrópica), neuroestimulantes (mejora de la energía mental / física) y un número selecto de otros elementos que aportan un óptimo rendimiento”.
Entre sus componentes se encuentran: extracto de raíz de Vanuatu, una planta también conocida como Kava, con propiedades sedantes, anestésicas, euforizantes y enteogénicas; extracto de semillas del “árbol del intelecto” (Celastrus paniculatus), utilizado en la medicina tradicional hindú y ayurvédica por sus propiedades sedantes, antidepresivas y neuroprotectoras; extracto de té verde y camelia, vitamina E y B12 (excelente antídoto contra la resaca), extractos de cacao y de café y “aminoácidos concentrados de tipo I y II”.
No se especifica a qué tipo concreto se refieren estos últimos, pero teniendo en cuenta la importancia de algunos aminoácidos como la glutamina para los estímulos neuronales y los últimos descubrimientos sobre su poder para acelerar reacciones químicas, se suponen un componente importante para el resultado. Por otro lado, ha quedado demostrado que algunos alimentos como el cacao, presente en los ingrediente de KATY, contienen feniletilamina, una amina asociada al sentimiento del amor y de la que se derivan la feniletilaminas sustituidas, entre las que se encuentran drogas sintéticas como las anfetaminas y, por supuesto, los entactógenos como el MDMA. ¿Funciona entonces este curioso cocktail natural?
Experiencias con KATY, los consumidores opinan
Isabelle Kohn narra en la revista The Rooster su experiencia con KATY con las siguientes palabras: “Me sentí ligeramente enérgica y alerta, como si hubiera tomado una pequeñísima dosis de cocaína o me hubiera bebido un Red Bull a la misma velocidad que otra bebida. Una ligera euforia, un poco de calidez, calma y noté que estaba más sumergida en la música de lo que lo hubiera estado totalmente sobria (…) No creo que KATY hiciera bien en prometerme una experiencia de amor sin límites. Definitivamente había mucha gente entre la multitud a la que no quería confesar ningún amor. (…) Cuando llegué a casa tuve problemas para dormir. Cuando me desperté estaba aturdida y bastante decepcionada al darme cuenta de que tenía una ligera depresión, igual que tras una noche de Molly. Esto tiene sentido: KATY aumenta la dopamina y la serotonina, y cuando la droga finalmente sale de tu sistema, te sientes deprimido ya que los neurotransmisores luchan por volver a la homeostasis. Una cosa que me cruzaba la mente durante toda la noche era si esos leves sentimientos positivos que estaba experimentos eran reales o no”. Según apunta la periodista “la marca alrededor de KATY intensifica cualquier efecto placebo”, ya que según los testimonios recogidos en la propia web y la intensa campaña de marketing detrás del producto, parecen garantizar efectos que puede que no se acerquen a la realidad.
Las opiniones vertidas en DMNW también invitan al escepticismo. Según la experiencia de sus redactores, los efectos son más parecidos a los de un suplemento alimenticio para hacer ejercicio que a los del MDMA, y el hecho de que aconsejen el consumo de bebidas alcohólicas en conjunto con la pastilla no parece del todo fiable. Por su parte, Haley Hamilton, escribe en primera persona sobre los efectos de KATY en Mel Magazine, pero desde una perspectiva más positiva “Pasé tres o cuatro horas con un ligero colocón pero no me sentí enfadada ni deprimida cuando fuimos a dormir. Tampoco di vueltas ni miré a regañadientes el amanecer a través de las persianas. Al día siguiente, me desperté a una hora razonable y no odié el mundo. Lo mejor de todo es que dos días después, no apareció el conocido efecto “Blue Monday”- donde sus receptores de serotonina están patas arriba tras un fin de semana con Molly – no me encuentro irritable o al borde del pánico como había experimentado con MDMA en el pasado”.
Los comentarios de Reddit sobre KATY ofrecen versiones parecidas a las anteriores. Hay gente a la que le gusta la experiencia y consideran que merece la pena optar por este suplemento en lugar de arriesgarse con las drogas sintéticas, otras personas claman que este suplemento no podría compararse ni por asomo a los efectos del MDMA y muestran su decepción, y los de más allá, intentan dilucidar si acaso su legalidad será un estado pasajero a la espera de efectos adversos aún por descubrir. Lo cierto es que la propia empresa ha alterado la receta tres veces desde la que la sacó al mercado, por lo que es incierto si en un futuro, se acercará o se alejará de la soñada alternativa definitiva al MDMA.
Por el momento, el caso de KATY no ha hecho más que corroborar extendidas sospechas: existe un amplio limbo legal y médico respecto a las sustancias psicoactivas, un indiscutible interés por parte de los consumidores en encontrar alternativas a las tradicionales drogas de síntesis y una acuciante necesidad de hacer más seguro el uso de sustancias con fines recreativos.