La tecnología que permite a la policía hacer un retrato 3D de un criminal con solo oír su voz
La tecnología creada en Estados Unidos por un grupo de investigadores permite a la policía hacer un retrato 3D del criminal tras solo oír su voz.
Rita Singh está ya acostumbrada a las llamadas de la policía. La avisan cuando tienen un caso difícil para que les ayude a resolverlo a través de su especialidad: la voz. Singh trabaja en el Instituto de Tecnologías del Lenguaje de la Universidad Carnegie Mellon en Estados Unidos. Ella y su equipo están desarrollando un grupo de tecnologías que permite analizar la voz grabada y realizar predicciones acertadas sobre todo tipo de cosas, desde las características físicas del hablante (tales como su altura, su peso, su estructura facial y su edad), su situación socioeconómica, su nivel de ingresos e incluso su estado de salud física y mental.
En 2014, un bromista hizo varias llamadas falsas para pedir auxilio a la Guardia Costera de EEUU pensando que jamás lo atraparían. No dejó huellas digitales ni rastros de ADN y las llamadas eran demasiado cortas para que los investigadores pudieran triangular su ubicación. Cuando la Guardia Costera de EEUU le envió grabaciones a Singh ya tenía más de 20 años de experiencia en el reconocimiento de voz. «Me dijeron: ‘Dinos lo que puedas«, contó en el podcast Women in Tech Show este año. «Entonces comencé a ver más allá de la señal. ¿Cuánto podía decirle a la Guardia Costera sobre esta persona?».
La voz desvela más de ti de lo que crees
Las técnicas desarrolladas por Singh y sus colegas de Carnegie Mellon analizan y comparan diferencias diminutas, imperceptibles para el oído humano, sobre cómo articulan los distintos individuos al hablar. Luego, dividen las grabaciones en diminutos fragmentos de audio de milisegundos de duración y utilizan técnicas de inteligencia artificial para buscar identificadores únicos en estos fragmentos.
La voz también puede revelar gran cantidad de información sobre el ambiente. Por ejemplo, la tecnología puede adivinar el tamaño de la habitación en la que alguien habla, si la habitación tiene ventanas e incluso de qué material son las paredes. Algo que resulta incluso más sorprendente es que la inteligencia artificial puede detectar señales dejadas en la grabación por las fluctuaciones en la red eléctrica y, luego, contrastarlas con bases de datos específicas para dar una idea bastante precisa de la ubicación física de la persona que llamó y el momento específico del día en el que realizó la llamada.
Por supuesto, esto se aplica a mucho más que las llamadas de bromistas. Esta tecnología relativamente reciente ha sido de ayuda en casos penales federales que van desde acoso hasta abuso infantil. «Los autores de ciertos crímenes basados en la voz pudieron ser encontrados y sus confesiones han corroborado en gran medida nuestros análisis», dice Singh.
Háblame y te diré cómo eres
Pero eso es solo el comienzo: Singh y sus colegas investigadores trabajan actualmente en desarrollar nuevas tecnologías que pueden ofrecer a la policía un retrato visual en 3D de un sospechoso a partir de una simple grabación de voz. «Una grabación de audio puede darnos un bosquejo facial de un hablante, así como una idea de su altura, su peso, su raza, su edad y su nivel de intoxicación», dice.
Sin embargo, hay un largo trecho hasta que la tecnología de perfiles basados en la voz se pueda usar como evidencia en un tribunal. Singh explica: «En términos de admisibilidad, seguramente habrá preguntas. Es una situación similar a la del ADN en 1987, cuando tuvo lugar la primera condena basada en pruebas de ADN en Estados Unidos«.
Todo lo anterior resulto ser muy malas noticias para el desprevenido bromista que llamaba a la Guardia Costera. En los EEUU hacer llamadas de este tipo a los servicios de emergencias es un crimen federal punible con cuantiosas multas y varios años de prisión. Muchas veces, las propias llamadas son la única evidencia disponible. Singh fue capaz de producir un perfil que ayudó a la Guardia Costera a eliminar rastros falsos e identificar a un sospechoso, a quien pretenden acusar pronto.
Dado el ritmo exponencial del avance tecnológico, podemos decir sin temor a equivocarnos que esta tecnología comenzará a usarse cada vez más con fines policiales y judiciales. Y, si hay bromistas entre los lectores, les recomendamos volver al viejo método de los recortes de diario por el momento. Solo recuerden no dejar huellas digitales.
Artículo publicado originalmente en el World Economic Forum en español.