¿Pueden nuestros genes hacernos más propensos a ser adictos a algunas drogas?
Las drogas y fármacos afectan directamente sobre nuestro organismo y, de acuerdo con un estudio reciente, también sobre nuestro material genético. La investigación, que corresponde a un grupo de científicos de la Universidad de Yale, se basó en el análisis de más de 5.000 euroamericanos dependientes de algún tipo de sustancia opioide, esto es, derivada del opio, una mezcla de sustancias que se extraen de la planta adormidera y que está presente en alcaloides como la morfina o la cocaína.
Las drogas y fármacos afectan directamente sobre nuestro organismo y, de acuerdo con un estudio reciente, también sobre nuestro material genético. La investigación, que corresponde a un grupo de científicos de la Universidad de Yale, se basó en el análisis de más de 5.000 euroamericanos dependientes de algún tipo de sustancia opioide, esto es, derivada del opio, una mezcla de sustancias que se extraen de la planta adormidera y que está presente en alcaloides como la morfina o la cocaína.
El estudio tiene en consideración una gran cantidad de investigaciones anteriores, entre ellas aquellas que apuntan que los afroamericanos tienen una predisposición mayor a caer en una adicción a estas drogas. También aquellas que, como se confirma ahora, determinan que el aumento del riesgo de adicción en los americanos de origen europeo está relacionado con una variante del gen RGMA, que está implicado en la muerte celular y el deterioro del sistema nervioso.
“Esperamos que una mayor comprensión de las influencias biológicas en el consumo de opiáceos nos conduzca a desarrollar nuevos tratamientos”, explica Joel Gelernter, autor principal de esta investigación y profesor de Psiquiatría, Genética y Neurociencia en la Universidad de Yale, en unas declaraciones recogidas por la revista Futurity. “Estos son desesperadamente necesarios para combatir la dependencia a los opioides”.
Por el momento, los expertos informan en la revista Biological Psychiatry que han logrado constatar que la variante RGMA se encontró con mayor frecuencia en personas de ascendencia europea y que este gen está relacionada con un aumento del riesgo de sufrir accidentes neurovasculares y enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson.
No es la primera investigación que lidera Gelernter en este sentido; tampoco la única que incluye el factor racial como un componente decisivo. Así, en 2014, el profesor de Yale descubrió que hay variantes genéticas en los afroamericanos directamente relacionadas con el sistema nervioso que justificaban una mayor propensión a la adicción a los opiáceos. Sin embargo, no encontró estos mismos patrones en los euroamericanos.
Esto ha cambiado en 2018. Ahora sabemos que la variante RGMA es determinante. Con todo, el camino hasta la conclusión no fue sencillo. “Los genes responsables de la adicción a los opiáceos han sido difíciles de identificar, dado que este trastorno se debe a una combinación de alteraciones genéticas y factores ambientales, como la disponibilidad a determinadas drogas”, concluye John Krystal, presidente del departamento de Psiquiatría de la Universidad de Yale.