Cómo la cerveza puede salvar nuestros mares y ríos
Los ríos mediterráneos no son capaces de diluir los nitratos que les llegan desde las plantas depuradoras, pero los residuos del proceso de elaboración de la cerveza sí
La cerveza tiene millones de fans en todo el mundo. La hay de muchos tipos: Ale, rubia, negra, Pilsen, Lambec… Para todos los gustos y bolsillos, en cada continente se consume cerveza. En Europa, los dos países donde más cerveza se bebe son, inevitablemente, Alemania e Irlanda. España, que es un país cervecero, no destaca, sin embargo, en este campo.
En lo que sí parece destacar España es en aunar ciencia y cerveza, lo que supone una buena noticia para nuestro medioambiente. Investigadores del Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CEAB-CSIC) han descubierto que verter los restos de poda o los residuos del proceso de elaboración de la cerveza en el agua permite eliminar los nitratos de las aguas de nuestros ríos y mares. El estudio de los investigadores españoles se ha publicado en la revista científica Environmental Science and Technology.
Los ríos mediterráneos no son capaces de diluir los nitratos que les llegan desde las plantas depuradoras aunque estas cumplan con la legislación europea porque no llevan suficiente agua. En verano, algunos ríos están completamente secos y la poca agua que contienen procede en su totalidad de los efluentes de las depuradoras. Estas, por su parte, eliminan gran parte de los contaminantes del agua, como el fósforo, el nitrógeno y la materia orgánica, procedentes de las aguas fecales, pero no por completo.
En ríos poco caudalosos, esta fuente de nutrientes extra, junto con los fertilizantes usados en agricultura, da lugar al exceso de nitratos que padecemos en España. Este fenómeno, conocido como eutrofización, provoca la proliferación de microalgas y da un color verde característico a las aguas de lagos, ríos y mares, y desencadena una fuerte disminución del oxígeno del agua, que es necesario para la vida acuática.
Esta incapacidad de nuestros ríos, y por tantos de nuestros mares, de diluir los nitratos que contienen, viene especialmente agravada por el cambio climático[contexto id=»381816″] y la escasez de agua.
Los nitratos son, por lo tanto, el principal problema de contaminación de los ríos, lagunas, balsas y embalses. Pero ahora podrían tener los días contados. Según afirman los investigadores del Urban River Lab, con esta novedosa técnica “se consigue incrementar hasta un 40% las tasas de desnitrificación bacteriana, la principal responsable de eliminar los nitratos en el agua en el medio natural”.
Cerveza contra nitratos: una batalla ganada
La fórmula descubierta por el equipo de investigadores españoles es sencilla. Consiste en o bien dejar en el agua los restos orgánicos de la poda de las plantas acuáticas utilizadas en los sistemas de limpieza natural de las depuradoras, o bien directamente verter los residuos del proceso de macerado del cereal que se utiliza para la fabricación de cerveza y que las empresas cerveceras no aprovechan. Estos restos aportan al agua el ingrediente que falta en la receta para que se incremente la desnitrificación microbiana.
El responsable técnico del Urban River Lab en el CEAB-CSIC y autor principal del estudio, Miquel Ribot, explica que «lo mejor de este método es que es muy fácil de aplicar y tiene un coste muy reducido, además de ser limpio y sostenible«. «La mejor opción», añade, «es que cuando los jardineros poden las plantas que algunas depuradoras tienen en las mismas lagunas de depuración no se lleven enseguida los restos orgánicos, sino que los dejen unos días en el agua».
El siguiente paso en este estudio, afirman los investigadores, es “averiguar cuántos días son suficientes para dejar los restos orgánicos en el agua hasta que se produzca la autodepuración natural y aprovechar al máximo este servicio ecosistémico que nos da el río gratuitamente”.
Este método ya se está empezando a usar de forma experimental en parques urbanos de la demarcación de Barcelona donde hay balsas y lagunas y pronto podría exportarse más allá de nuestras fronteras. Cheers!