Cinco películas sobre experimentos científicos que (¡sorpresa!) no salieron bien
La película Jurassic World: Fallen Kingdom nos sirve para revisar la idiotez humana en el cine cuando se trata de experimentos que nunca, nunca, salen bien
Que el hombre es una especie dañina lo sabemos (hay que vivir en una burbuja para no saber que, por ejemplo, hay una gigantesca isla de plástico en el Océano o que Donald Trump está separando a los niños de inmigrantes de sus padres en la frontera). Pero además de atacarnos entre nosotros y a otras especies, somos también altivos y osados. Pensamos que la biología (o Dios) no son los únicos que deberían poder crear, que por qué no podemos hacerlo nosotros (un claro ejemplo de este error de cálculo es la bomba atómica). Y el cine ha exhibido, durante años, las consecuencias terribles (también tomemos en cuenta que les encanta castigar a sus personajes) de jugar a ser seres superiores e intervenir el curso de la naturaleza. Un ejemplo de ello es la saga de Jurassic World.
La franquicia revivida, como los dinosaurios de su trama, explora la clara mala idea de recuperar de la extinción a los dinosaurios, incluso cuando en los noventa se probó que ese camino sólo lleva a que estos animales gigantes amenacen nuestra existencia. Pero los científicos de este parque del infierno, que en esta segunda parte recién estrenada deben discutir sobre la responsabilidad de salvar a los nuevos dinosaurios de la extinción o no, no son los únicos con imaginaciones desbocadas.
La isla del Dr. Moreau
Originalmente esta novela de ciencia ficción se publicó en el siglo XIX -la escribió H.G. Wells, el mismo de La guerra de los mundos– pero aquí vinimos a hablar de la versión cinematográfica que le arruinó a Marlon Brando como actor a todo el que la vio. En 1996, Val Kilmer, en el pináculo de su ahora inexistente carrera, protagonizó esta versión de la historia de un hombre, Prendick, que naufraga y es rescatado por un doctor, que le lleva a la isla donde trabaja Moreau (Brando en la peor actuación de su carrera sin duda). En la isla parece haber extraños nativos con rasgos animales y se escuchan horribles gritos por la noche (no es el lugar ideal para unas vacaciones, claramente). La conclusión (spoiler alert para una película de hace 20 años): Moreau está haciendo experimentos mezclando ADN humano y animal y las consecuencias no son las mejores, sus experimentos lo matan a él y su asistente y Prendick huye de la isla sólo para temer por siempre que es perseguido por los mutantes.
El hombre sin sombra
Otra novela de Wells (que definitivamente teme la osadía científica humana). Adaptación libre de Paul Verhoeven, El hombre sin sombra prueba que los hombres son lo peor… básicamente. Un científico, Kevin Bacon, está al mando de una investigación para el ejército que genere invisibilidad. A pesar de que aún el compuesto es inestable decide probarlo en sí mismo y después no puede volver. Pasa por varias fases, cortas, para luego quedarse en la de hombre horrible. Sin ser visible opta por violar y manosear mujeres, matar compañeros y básicamente ser lo peor en general.
¿Tal vez si vamos a hacer invisible a alguien que no sea un ególatra presumido con complejo de Dios?
Splice
Dos científicos, Sarah Polley y Adrien Brody, realizan experimentos con mezclas de ADN con “buenos propósitos” como el desarrollo de medicinas, pero la pareja quiere ir más allá y crea un híbrido humano que comienza a crecer y evolucionar rápidamente. Polley desarrolla un lazo maternal con ella, la híbrido, pero su naturaleza no es la más pacífica. Como es de esperar esto lleva a muertes y drama general… todo por estar experimentando sin permiso.
Alerta en lo profundo
Otra versión de “científicos que se creen Dios y terminan muertos”. En este caso se trata de un equipo de investigación que modifica genéticamente tiburones para buscar la cura del Alzheimer. ¿Qué pasa? Los tiburones, mucho más grandes de lo normal, desarrollan una inteligencia superdotada y muchas ganas de hundir el laboratorio que, cómo no, está en el medio del mar en una enorme tormenta, por lo que nadie puede ser evacuado. Con un mensaje claramente religioso –hay un personaje que se pasa la película citando la Biblia y condenando a los investigadores- esta película resulta más divertida que terrorífica… y además nos dio la memorable escena de Samuel L. Jackson dando uno de sus bien recitados discursos sólo para ser comido por sorpresa a la mitad.
Jurassic Park
La original, la que generó la obsesión con los dinosaurios que ha producido 5 películas, la genial película de Steven Spielberg que en los noventa revolucionó los efectos especiales y se convirtió en clásico instantáneo. La trama, para los extraterrestres que no la conozcan, trata de un millonario que decide, luego de que unos científicos descubren cómo lograr revivirlos, hacer un parque de atracciones con dinosaurios. Antes de abrirlo, es visitado por dos paleontólogos, un matemático, un abogado y los nietos del dueño, todo en medio de una revisión que decidirá su posterior apertura. En medio de una tormenta tropical, y un sabotaje, el parque pierde la energía eléctrica y la expedición se queda expuesta, en medio de las inmediaciones, rodeada de dinosaurios. Obra maestra de suspenso y de terror, vale la pena verla para recordar por qué la saga aún existe (aunque ahora no tenga ni una décima de la calidad).