Antonio Pagudo: "Por fuera soy un huevón, pero por dentro un león"
Hablamos con el actor de La que se avecina, Antonio Pagudo, cuando estrena nueva obra de teatro en el Reina Victoria, Perfectos Desconocidos.
«¿Qué somos, leones o huevones?». Es una de las frases más populares de una de las series más vistas de la pequeña pantalla española, La que se avecina. Uno de sus protagonistas, Antonio Pagudo, Javier Maroto en la serie, asegura que el equilibrio está en «ser huevón por fuera y león por dentro». «La agresividad de la gente dominante no va conmigo, ni creo que con esta sociedad», argumenta Pagudo, que a sus 41 años es uno de los rostros más conocidos de la televisión, capaz de hacer reír al más hierático de la familia con su personaje el ‘pelocho’ en esta ficción en clave de humor que ya va camino de cumplir 12 años en emisión.
«Me sorprende que la gente me pregunte si no me canso de hacer el mismo personaje. Pero es al contrario, porque cuanto más tiempo tengo más puedo investigar en sus facetas. Cada temporada me emociona el propio personaje, cómo ha evolucionado, la madurez que tiene… Es una maravilla que nos acompañe a lo largo del tiempo», se sincera con The Objective el granaíno horas antes del estreno de la obra de teatro Perfectos Desconocidos en el Teatro Reina Victoria de Madrid, de la que formará parte como uno de los actores protagonistas intentado sobrevivir como puede a la gran mentira –o grandes mentiras– amorosa sobre la que gira la obra.
Y es que la representación teatral, versión española de la película italiana Perfetti sconosciuti de Paolo Genovese, adaptada por David Serrano y Daniel Guzmán, y dirigida por este último, plantea un peligroso juego en una cena de parejas de amigos: todos deberán leer en voz alta los mensajes y atender las llamadas que reciban en sus móviles. Y aquí es cuando se abre el melón de la deslealtades, la Caja de Pandora y el ‘tufillo’ de los trapos sucios ya no se puede disimular más.
—Qué gran responsabilidad llevar al teatro un éxito como este en el cine… —comento mientras nos acomodamos en una de las butacas del Teatro Reina Victoria, donde previamente un puñado de periodistas hemos asistido a un ensayo de la obra—.
—Sí, pero como también lo es hacer Romeo y Julieta o una gran obra. En esta lo que pasa es que está muy reciente el buen sabor que dejó la película y siempre está esa cosita… Pero nos hemos dado cuenta de que lo que tenemos es un joya y debemos confiar en ella. Todo lo que ha gustado de la peli lo vais a encontrar en la obra. Somos otros actores, las energías son diferentes, eso está claro, pero lo que más divierte de verla en el teatro es que aquí el director es el público. Tú diriges tu mirada a lo que quieres observar. No hay ningún director que haya cortado un plano. Si te quieres tirar toda la obra mirando a un solo personaje puedes hacerlo.
—¿Te prestarías a hacer el juego que plantea Perfectos Desconocidos?
—Sí, yo no tendría ningún problema en que mi pareja viera lo que hay en mi móvil. Lo que sí hay que entender es que todos necesitamos un poco de intimidad y tampoco hace falta compartirlo todo con la pareja. Tener una pequeña parcela de intimidad es muy sano también.
Y es que para Antonio, que lleva más de una década con su pareja, la clave para tener una relación duradera es «ser un mismo equipo». «Nosotros cada año renovamos el contrato que nos hicimos, nos planteamos si queremos seguir estando juntos y hasta ahora nos ha funcionado así y estamos encantados», apunta el actor, que al preguntarle por el tema de las infidelidades contesta divertido: «No abras ese melón que es mucha tela…» (risas).
—¿Hay sólo una manera de entender la infidelidad?—insisto—.
—No, claro que no. Depende de cada pareja, de cómo cada uno lo sienta y dónde cada uno coloque la infidelidad. Si más en lo emocional, si más en lo físico… Esto es un debate… A mí me puede resultar mucho más infiel una mirada que un acto físico y a otra persona todo lo contrario.
—Y en todo esto, ¡cuánto daño han hecho las redes sociales a las relaciones sentimentales..!.
—Sí, pero en realidad yo creo que más que a las relaciones hacen daño a nosotros mismos, a la felicidad. Continuamente nos muestran a la gente cenando en sitios maravilloso, viendo puestas de sol maravillosas… Al final, dejamos de apreciar lo que tenemos al lado, y eso nos destruye y nos hace más infelices. Hay que ver lo que tenemos y disfrutar y no estar tan pendientes de lo que nos ofrece el resto del mundo.
—¿Y tú eres muy de redes sociales?
—Participo en el juego pero tampoco estoy muy obsesionado.
Antonio, que de no ser actor asegura que se hubiera decantado por técnico de cámara, confiesa que le gusta vivir el momento, «sin pensar mucho en el futuro». Y en cuanto a la situación actual de la profesión, asegura que ahora se está viviendo un «momento muy dulce» debido a las nuevas plataformas. «Están llegando historias muy chulas para contar. Es verdad que hemos tenido un momento en el que lo hemos pasado muy mal porque era muy difícil entrar en los sitios, pero ahora hay más oportunidad». Sin embargo, reconoce que él no ha vivido en sus carnes esa mala época gracias a su personaje del ‘pelocho’ en La que se avecina que le acompaña ya desde hace más de una década.
Además, en todo este tiempo a Pagudo lo hemos podido ver en todas las parcelas de la profesión: teatro (El eunuco o El crédito), televisión (Cuéntame cómo pasó o Lo que escondían sus ojos) y cine (Villaviciosa de al lado o Los Futbolísimos). De todas ellas asegura sacar siempre el máximo aprendizaje: «El cine me parece que es un acto creativo enorme donde participa mucha gente, y es estupendo vivir eso. El teatro es la comunión con el espectador y la televisión me divierte mucho, además tengo la suerte de estar en una de las series más increíbles que se ha hecho en España, vamos a por los 12 años y eso también es muy importante. Yo me lo paso muy bien en todos los sitios. Cuando estoy en la televisión estoy mas pendiente de las cámaras, sigo aprendiendo; cuando estoy en cine estoy más a lo que el director marca porque es inabarcable todo lo que sucede; y en teatro mandamos más nosotros».
—Teatro, cine y televisión… ¿Qué será lo siguiente?
—El circo (risas).
En el circo o no, lo que no hay duda es que Antonio Pagudo tiene arte hasta para dar y regalar. Si no, ¡mira con qué chiste sorprende a los lectores de The Objective!