Ruth Díaz: "Me siento cómoda en personajes echados 'palante', con un punto de dureza pero frágiles"
Ruth Díaz interpreta a Eli en ‘Adiós’, la película de Paco Cabezas que se estrenará el viernes 22 de noviembre . A través de su personaje, pone el foco en un tema tabú sobre las mujeres
Ruth Díaz creció en Cantabria y se mudó a Madrid hace 20 años, movida por su deseo de ser actriz. Aterrizó en la representación de Fortunata y Jacinta en el Teatro Real y se quedó. Desde entonces ha pasado, además de por el teatro, por la televisión y el cine y ha dirigido un cortometraje, ‘Porsiemprejamón’.
En 2017 recibió el Premio Feroz por interpretar a Ana en Tarde para la ira. Ahora da vida a Eli, una inspectora de homicidios en ‘Adiós’, dirigida por Paco Cabezas, que se estrenará el viernes 22 de noviembre. Una vez más, se mete en la piel de una mujer «contundente y compleja». Charlamos con ella y nos cuenta el proceso.
¿Qué es lo que más y lo que menos te gustó de tu personaje cuando leíste el guión de ‘Adiós’?
Lo que más me gustó es que es una mujer fuerte, una heroína. A pesar del mundo en el que vive, no se achanta. Es un personaje que traía una mochila consigo, un personaje con varias capas. La verdad es que no hubo nada que no me gustase.
¿Cómo trabajaste el dolor reprimido de Eli?
Eli es una inspectora de homicidios, que justo cuando llega el caso a sus manos se acaba de incorporar de una larga baja porque ha perdido un bebé y le han tenido que extirpar el útero. Toda esta parte de Eli se iba dando en pequeñas perlas pero no se iba a contar de forma explícita, y yo no quería que quedara como una anécdota. Entonces lo que hice fue hablar con mujeres cercanas que habían pasado por eso, por las consecuencias de que te extirpen el útero y los ovarios, y preguntarles cómo se quedaron después física y emocionalmente. Yo creo que era lo importante del personaje, además de los temas de guion y estructura. Lo que no se ve yo creo que era lo que iba a dar un relieve a ese personaje. Por eso lo trabajé así, me documenté mucho. Lo he querido retratar a través de las reacciones de Eli frente a cosas que pasan.
El haber hablado con todas estas mujeres antes para documentarte, ¿te hizo sentir presión a la hora representarlas a todas en un papel?
Más que presión, responsabilidad. Yo me sentía responsable de que no fuesen una anécdota. De contar una parte de la mujer y que no se quedase oculta por ser tabú. Quise hacerlo con cuidado, de forma sutil. Me sentí con la obligación de profundizar en el tema.
¿Qué tiene Eli de Ruth?
Yo soy una mujer luchadora y no me suelo achantar, y eso lo tiene Eli. También tiene una cierta fragilidad, y yo soy una mujer que tiene esa parte frágil y una parte masculina que yo creo que también tengo.
Y, ¿qué se ha quedado en Ruth después de Eli?
Sobre todo, se quedó en mí el haber profundizado en ese tema y poder identificarme como mujer con ese problema, que a veces queda escondido. El cómo enfrentarte a ello, al terreno sexual… Haber trabajado a Eli me ha hecho consciente de esto.
Es la segunda vez que trabajas con Paco Cabezas como director, ¿qué tiene de especial trabajar con él?
Yo siempre digo que Paco es una maravilla. Trabajar con él es sentirse como en casa. Es un hombre que gestiona muy bien las energías de un equipo, y mira que somos muchísimos. Crea un ambiente de trabajo increíble donde todos queremos dar lo mejor. Confía mucho en todos los departamentos. Es un tipo que te está continuamente agradeciendo. Está muy pendiente de nosotros, nos cuida mucho, se pone muy cerca del combo, de donde estamos rodando, para poder hablarnos de una forma íntima. También es muy flexible frente a imprevistos. No le he visto nunca frustrarse por ellos, los aprovecha.
Desde tu experiencia, ¿cuál consideras que es el papel del cine español dentro del panorama internacional?
Yo creo que cada vez nos estamos haciendo un poquito más de hueco. Cada vez el cine español viaja más por el mundo y cada vez la gente puede acceder a él de una forma más fácil. Creo que vamos por buen camino.
¿Ha cambiado mucho desde que empezaste tu carrera hace unos veinte años?
Yo vine aquí a hacer teatro, era lo que había experimentado. Yo no esperaba ser una actriz de cine. Luego lo he ido descubriendo. Igual ahora tenemos más visibilidad, pero yo creo que antes se hacía películas muy buenas también. Ha cambiado porque la forma de rodar es diferente. Debido al tipo de consumo, todo es más rápido. Ahora, con las plataformas, hay mucha más proyección.
¿Cómo ves las plataformas de streaming y la nueva manera de consumir cine que han traído?
A los actores nos da mucho más trabajo porque se hacen muchas más producciones. Las plataformas necesitan contenidos y hay que generarlos. También se abre a un público más mayoritario. La media que va a ver cine español a una sala no es muy alta, y en plataformas se ve más.
¿Crees que se pueden compaginar con las salas de cine? ¿Cómo afecta el uno al otro?
Creo que hay que encontrar la forma en que sea compatible, que lo uno no quite a lo otro. El viaje que supone ver una película en un cine no es ni por asomo lo que tu puedas ver a través de una plataforma en tu casa. Es cierto que en tu casa hay una intimidad. Yo he visto series en el móvil mientras rodaba, eso antes lo veía impensable. Pero lo que supone el cine no es comparable con nada. Tú entras en una sala de cine, te pones a ver la película y es un viaje casi espiritual. Las luces apagadas, el sonido que envuelve… eso solo te lo puede dar estar en una sala de cine. Aunque todo tiende a las plataformas, no creo que el cine vaya a extinguirse.
Hablando de cosas que han cambiado, ¿consideras que el papel de la mujer en el cine ha evolucionado a lo largo de tu trayectoria?
Yo siempre he hecho personajes contundentes, con profundidad. Es cierto que igual ahora mismo el cine español sí nos está dando más espacio, con mejores personajes, para que tengamos mayor presencia. No solo a las actrices sino al equipo técnico. En ese sentido vamos por buen camino. Antes la mujer era más florero en el cine español. La mujer como objeto ha ido eliminándose. Eso es de agradecer y espero que llegue un momento en que todo se iguale. Ahora mismo es una profesión que sigue gobernada por hombres. Tradicionalmente ha sido así, y muchos tienen tendencia a contar sus propias historias, que son historias de hombres en las que la mujer tiene un papel más pequeño. Pero Paco Cabezas ha hecho esta película donde hay tres heroínas, y yo creo que somos personajes bastante importantes dentro de la trama. Mujeres fuertes y valientes. Yo creo que ahora está habiendo una tendencia hacia eso. No sé dónde va a llegar, pero creo que, también porque nosotras nos estamos poniendo al mando de muchas cosas, va a llegar a algo más igualado.
Al fin y al cabo, el cine refleja la sociedad. Ruth, ¿tú te sientes cómoda en ese papel de mujer contundente en escenas de acción?
Me siento muy cómoda. Hay momentos incómodos porque llueve y hace frío pero, en general, me siento cómoda siendo una mujer fuerte. He interpretado a mujeres más frágiles, pero prefiero no ser víctima, porque al final eso te pesa como una losa. Me siento cómoda en personajes echados palante, con un punto de dureza pero frágiles. Me gusta que no sean monotema, que tengan capas.
Esta ya te la habrán hecho pero, ¿qué te llevó a querer ser actriz?
Cuando era pequeña era muy fantasiosa. Como veía las películas en la tele, pensaba a veces que formaba parte de la película. Cuando estaba sola hacía cosas fingiendo que alguien me estaba viendo. En mi colegio se empezó a hacer teatro y ahí empecé a sentir que quería ser actriz. Era en 3º de EGB, con Doña Mari. No era porque había visto en la tele una interpretación, era por algo que vivía.
¿En algún momento has querido dejarlo?
No, y eso que ha habido momentos complicados, pero nunca pensé en tirar la toalla. Yo sentía que en algún momento tenían que cambiar las cosas. A veces es muy frustrante porque, claro, la oportunidad si no te llaman no surge. Hubo una época de crisis para todos, yo trabajé poquísimo y mi madre hasta me decía ‘Ruth, te vas a tener que venir para Cantabria’ y yo le decía que no y que no. Porque sabía que volver era tirar la toalla y yo la toalla no la tiro. Me puse a estudiar guion, dirigí un cortometraje, empecé a escribir… Al final, si quieres algo tienes que gestionártelo tú. Aprendí a no esperar y a tener esa parcela de la creatividad cubierta escribiendo.