80 años de Catwoman, 7 vidas de la Felina Fatal
Se dio a conocer en 1940 como experta ladrona de joyas. Sobrevivió a un accidente de avión, a Deathstroke y a la censura de los 50. A veces villana, otras heroína, Selina Kyle se reinventó como ninguna otra en estas ocho décadas de existencia
Azafata de vuelo, ladrona de guante blanco y antigua prostituta, su carisma saltó de las azoteas del Universo DC a la pequeña pantalla con el rostro de Julie Newmar en los 60 y de Eartha Kitt después. Ambigua y seductora, a veces heroína, a veces villana, no es la más antigua ni simbolizó nunca el feminismo como lo hizo Wonder Woman pero Michelle Pfeiffer, Halle Berry y Anne Hathaway no dudaron en enfundarse bajo su ajustada piel de gato. A sus 80 años, siete vidas parecen pocas para esta Catwoman que pasó de personaje secundario a protagonista, tuvo una hija, vivió una tórrida historia de amor-odio con Batman, protagonizó innumerables vaivenes a uno y otro lado de la ley y fue capaz de sobrevivir a la censura más estricta en la década de los 50.
Pero retrocedamos en el tiempo. Selina Kyle nació sin memoria y sin origen hace ocho décadas. La Gata, como se llamaba en sus primeros cameos, apareció por primera vez en el número 1 de Batman de Bob Kane y Bill Finger en la primavera de 1940. «Sabíamos que necesitábamos una némesis femenina para darle atractivo sexual a la historia -contaba Kane en su autobiografía Batman y yo-. Así que Bill y yo decidimos crear un enemigo amistoso que cometiera crímenes pero que también introdujera cierto interés romántico en la vida de Batman. Una especie de Batman femenina, excepto que ella era una villana y Batman un héroe”.
Disfrazada de anciana como tapadera para robar joyas en aquella primera aparición, su carismático personaje atrajo pronto la atención de todos. “Resulta curioso que una simple ladrona de joyas que intentaba hacerse con un valioso collar en altamar tuviera tanta repercusión entre los lectores, los autores y los editores”, analiza Fran San Rafael en la introducción del especial por sus 80 años que acaba de publicar ECC Ediciones en España. Un repaso por la vida de esta delincuente con historietas de algunos de los nombres más importantes en su existencia como Ed Brubaker, Mindy Newell, Paul Dini, Tom King, Mikel Janín, Liam Sharp, Chuck Dixon, Kelley Jones, Jeff Parker o Howard Chaykin.
Muerte y resurrección, las siete vidas de La Gata
Así las cosas, Catwoman apareció en los primeros tres números de Batman pero no fue hasta los años 50 cuando, de la mano de Bob Kane, Bill Finger y Lew Sayre Schwartz, supimos un poco más de su historia. Azafata de vuelo antes que ladrona, Selina Kyle había perdido la memoria después de sobrevivir a un accidente aéreo, lo que le llevó a iniciar una vida delictiva.
Sin embargo, a lo largo de su existencia, la delincuente se repuso a muertes peores que aquel aparatoso accidente. La peor fue sin duda en 1954, año en que se despidió de los lectores en Detective Comics núm. 211, escrito por Edmond Hamilton y dibujado por Dick Sprang. “La razón de su desaparición no se debió a nada que ocurriera en los cómics, sino a lo que se estaba cociendo en el Senado de Estados Unidos -explica San Rafael-. Aquel año, un psiquiatra llamado Fredric Wertham había publicado un libro tristemente célebre titulado La seducción del inocente, en el cual cargaba contra los cómics y los acusaba de estar detrás de la delincuencia juvenil basándose en casos aislados de menores con problemas que, por simple coincidencia, también leían tebeos”.
En particular, Catwoman, “igual que Wonder Woman y las amazonas de Themyscira, también fue objeto de las reflexiones de Wertham –continúa más adelante el traductor-. Según él, en los cómics apenas había mujeres atractivas y decentes, y la Felina Fatal era el típico personaje femenino violento que, además, usaba un látigo con frecuencia, lo cual, para él, era una muestra clara de la misoginia de los autores”.
Un nuevo origen, de personaje secundario a protagonista
Las editoriales accedieron ante la presión de Wertham y prefirieron autocensurarse, pero a Selina aún le quedaban balas por disparar. Dirigida por Leslie H. Martinson, fue la serie de televisión Batman la que la rescató de los callejones del olvido en enero de 1966. Interpretada primero por Julie Newmar, papel por el que la actriz sería recordada después, y más tarde por Lee Meriwether y Eartha Kitt, Catwoman volvía a estar de actualidad.
Después de vivir unos apacibles años 70 donde el personaje se consolidó y pasó de villana a redimirse junto a Batman, con quien tendría a su hija Helena en Tierra 2, en 1987 Frank Miller, junto al dibujante David Mazzucchelli, reescribió su historia en la aclamada Batman: Año uno. Con un tono bastante más oscuro y adulto, la nueva Catwoman era ahora una prostituta, víctima del abuso sexual de su padre, que había crecido en las peligrosas calles de Gotham al quedar huérfana.
Aquella nueva imagen propició además su primer título propio. Catwoman había tenido que esperar casi 50 años, hasta 1989, para protagonizar su primer cómic en solitario, una serie limitada de cuatro números escrita por Mindy Newell, con dibujos de J.J. Birch, que ampliaba el origen propuesto por Miller y profundizaba en el duro pasado de la heroína y su relación con su hermana Maggie, una religiosa perseguida por un proxeneta. Su paso por los burdeles resultó entonces la excusa perfecta para tratar asuntos tan serios como el tráfico de mujeres y la explotación sexual.
Poco después, en 1992 Selina volvió al cine de la mano de Tim Burton en lo que probablemente sería su mejor versión cinematográfica. Para protagonizar a la Felina Fatal, Michelle Pfeiffer se enfundó en un ceñido e incómodo traje negro y aprendió a dominar tanto el látigo que fue capaz de rodar, en una sola toma, la escena en la que golpea las cabezas de varios maniquíes uno detrás de otro con absoluta precisión. No en vano, su interpretación como Kyle, una solitaria secretaria que sobrevive al intento de asesinato de su jefe, es una de las más recordadas hoy.
Gracias a aquella película, que popularizó de nuevo su figura, llegó también su primera serie regular en 1993. Un idilio que acabó en 2001 tras ser asesinada por Deathstroke. Pero a la felina aún le quedaban vidas por gastar y apenas un año después, en 2002, la teníamos de vuelta. “El universo de Batman adquirió un tono más urbano que nunca con la entrada del siglo XXI, cuando se ocuparon de sus andanzas dos guionistas expertos en el género policíaco llamados Greg Rucka y Ed Brubaker. Este último sería el encargado de urdir el destino de Selina Kyle a lo largo de los años siguientes”, señala San Rafael.
Acompañado del dibujante Darwyn Cooke, Brubaker firmaría hasta 2005, de hecho, lo que para muchos es la mejor serie de Catwoman hasta la fecha. El nuevo guionista, siguiendo la línea de Miller, dotó a su protagonista de humanidad. Ya no era la villana que conocimos, pero tampoco se ajustaba del todo a las normas ni a la ley. A la nueva Selina le preocupaba proteger a costa de todo a los seres marginados, inocentes o no, del East End de Gotham City.
Llevada al cine por Halle Berry en la versión libre del director francés Pitof, que no terminó de gustar demasiado, su personaje se resarció un poco en 2012 gracias a la interpretación de Anne Hathaway en la última entrega de la trilogía de Christopher Nolan. En el especial que le dedica ECC la vemos, como sus trajes, en todos sus colores: fiel defensora de los animales, a estas historietas saltan también las versiones de Newmar y Pfeiffer, su conflicto con la maternidad y una Catwoman decidida y segura de sí misma. Con una mudanza de Villa Hermosa a Gotham City, dos de los autores de este volumen, Ram V y Fernando Blanco, han sido los últimos recientemente en coger las riendas de esta gata que siempre se las apaña para caer de pie. Como poco, a sus 80 años, una nueva Catwoman, en la piel de Zoë Kravitz y bajo las órdenes de Matt Reeves y acompañada de Robert Pattinson en el papel de Batman, nos dará una nueva versión. ¿Será la definitiva?