'Descarrilados', la apuesta del cine español para reírse este verano
Arturo Valls, Ernesto Sevilla y Julián López unidos en una ‘trainmovie’ por Europa en la que la comedia está asegurada
¿Qué puede pasar si metes en un Interrail a Ernesto Sevilla, Arturo Valls y Julián López? El resultado puede ser catastrófico, pero la comedia está asegurada. Esta es la premisa con la que se estrena este viernes 20 de agosto Descarrilados, la ópera prima de Fernando García-Ruíz escrita por David Marqués, uno de los guionistas de Campeones.
20 años después de un viaje frustrado que acabó con su amistad, tres antiguos amigos a los que la vida ha llevado por diferentes caminos (ninguno de ellos el del éxito), se vuelven a juntar para cumplir la última voluntad de Juan Luis (Jordi Aguilar), el cuarto del grupo, que en su testamento les lega una cuantiosa fortuna a cambio de que terminen el Interrail que no pudieron disfrutar.
A partir de ahí, Europa se convierte en el telón de fondo para el decorado de la historia. El viejo continente es testigo y víctima de los diferentes destrozos y juergas que van encadenando durante su viaje. Con la participación de Dafne Fernández y Ana Milán, Descarrilados se presenta como una trainmovie en la que el patetismo de tres cuarentones recorriendo Europa como si fueran adolescentes garantiza la comedia de una disparatada y socarrona aventura sin ningún sentido del ridículo. Si a esto le añadimos la soltura cómica y los naturales golpes de gracia del elenco, el resultado acaba derivando en una demostración del humor absurdo y espontáneo al que nos tienen acostumbrados.
Salvando las distancias, Descarrilados recuerda por momentos a una especie de Resacón en Las Vegas a la española. El desastre sin límites, la relación de difícil amistad que los une y los diferentes perfiles de sus protagonistas contribuyen a dar forma a esta ambiciosa comparación. Roge (Julián López) es un maniático del orden y la limpieza cuyo matrimonio lo tiene amargado; Pepo (Ernesto Sevilla), un melenudo pasado de rosca que lleva una vida de nini y se pasa el día colocado y jugando a videojuegos. Por último está Costa (Arturo Valls) un falso triunfador, mujeriego y egocéntrico, que se dedica a estafar a ricos ingenuos en el mundo del arte.
La comedia se sustenta principalmente sobre el carisma y la capacidad para hacer reír de sus tres protagonistas. La trama, más allá de tratar de manera algo superficial la importancia de recuperar una amistad perdida, sirve básicamente para brindar un escenario atractivo y multicultural propicio para las aventuras de sus personajes. Sin embargo, aunque las escenas exteriores están bastante conseguidas gracias a la tecnología, es evidente que el ahorro en las localizaciones y la situación pandémica[contexto id=»460724″] han influido en el rodaje.
La película no es ni más ni menos de lo que se espera cuando uno ve en el cartel las caras de López, Sevilla y Valls. Una comedia simpática con la que pasar un buen rato y divertirse a través de la sucesión de delirantes episodios que protagonizan los tres cómicos, en los cuales se aprecia auténtica complicidad.