¿Fue 'La venganza de Freddy' la primera película gay de los ochenta?
‘Scream, Queen! My Nightmare on Elm Street’ es la historia del actor Mark Patton convertido en la Greta Garbo del cine de terror. Un documental de activismo gay, terror queer y superación personal
Se estrena el documental Scream, Queen! My nightmare on Elm Street (¡Chilla, reina! Mi pesadilla en Elm Street) que inspecciona la vida del actor protagonista de Pesadilla en Elm Street, Mark Patton, convertido en involuntario icono gay de los años ochenta a través de la saga de Freddy Krueger. El estreno es en el XL Festival de Terror de Molins de Rei que también se emite por la plataforma Filmin y se encuentra disponible en Prime Video. Los directores del documental son Roman Chimenti y Tyler Jensen mientras que el propio Mark figura entre los productores.
El documental se vuelve una pieza muy especial para amantes del cine de terror ochentero o interesados en el cine queer por muchos motivos. El primero y más evidente es el ajuste de cuentas del propio Mark Patton con uno de los guionistas de la película, David Chaskin. El jovencísimo actor se vio de repente interpretando un papel leído como homosexual en un momento de profunda homofobia. Cuando Chaskin fue preguntado por el contexto homoerótico, echó la culpa al casting. Así, Patton ocupó sin pretenderlo el papel de la Greta Garbo del terror. Treinta años más tarde todavía le reconcomen esas declaraciones y la cinta nos ofrece un encuentro conmovedor entre las dos partes.
Un segundo motivo es que es muy sencillo llegar a compartir las emociones de frustración del Mark Patton retirado y por ende vivir con él la catarsis que hay en el documental. Es sencillo que en algunos aspectos evoque al éxito de Searching for Sugar Man (2012) en el sentido en que nos encontramos con personajes marginados o apartados que vivieron con el éxito a las espaldas y que salen de nuevo a la carretera a ponerse al día con su legado.
El tercer motivo es que mientas Sixto Rodríguez dejó de triunfar por la distancia geográfica aquí está perfectamente claro que se trata de un problema generalizado de homofobia en la industria del cine de aquella década. Sirve el documental también como testimonio de la paranoia y pánico moral al VIH durante la época de Reagan, como pedazo de la historia LGTBIQ con profundas anécdotas sobre el impacto que tuvo el virus y su inicial alta mortalidad.
La infancia homosexual en las décadas de los setenta y ochenta significaba represión y silencio. Eso lo trae hasta el presente Patton al mostrar el dolor oculto y el alto precio que tuvo que pagar por ser quien era. No dejan los directores de mostrarnos parte del material en redes lleno de desprecios e insultos que suponen un reto a la cordura de cualquier persona pública.
Pero, por suerte, ha habido cierta evolución desde todo aquello y la cinta aborda tanto el pasado como el presente. Donde antes había desprecio hay ahora admiración y multitud de hombres reconociendo ese film como su puerta de entrada oculta al cine gay. En 2010 se grabó el documental sobre la saga de Freddy Krueger titulado Never Sleep Again (No vuelvas a dormir) para el que contrataron a un detective privado que localizó a Mark Patton en México, donde vive con su marido. Desde entonces ha vuelto a las giras de convenciones en Estados Unidos convertido en icono queer.
Teoría slasher
Son muchos los ensayos cinematográficos que teorizan sobre el cine con monstruos asesinos denominado slasher. Suelen coincidir en que hay una mirada profundamente fálica por parte del asesino/director/espectador y en que el monstruo sirve para enfrentar «la otredad», ya sea racial o por orientación sexual. Todo esto se debe a la obsesión del monstruo por la reina de los gritos o chica final, la protagonista femenina pura que logra llegar hasta el final y empoderarse matando al monstruo.
El tropo de la chica final funcionaba mejor entonces tras décadas de representación pasiva de las mujeres en el cine de terror. Sin embargo, lo que hicieron en Pesadilla en Elm Street 2: La venganza de Freddy (1985), dirigida por Jack Sholder ya a mitad de los ochenta, fue probar a intercambiar los roles de género pensando que ofrecían otra variación del tropo.
Tal vez hubiera funcionado con otro tipo de inversiones y alteraciones pero una sociedad homófoba no estaba preparada para el doble salto que suponía la existencia de un hombre jugando el papel de chica final. La chica final tenía sentido en sus conservadoras mentes porque las mujeres desposeían algunas habilidades que luego conquistaban; la existencia de un hombre desposeído les suponía una herejía.
Activismo gay
Mark Patton nació en Missouri y se mudó a Nueva York tras graduarse en el instituto. Empezaría haciendo anuncios pero rápidamente logró mejores papeles. Ya hizo un papel homosexual en 1982 junto a Cher en la obra de Broadway y luego en la película Back to the 5 & Dime, Jimmy Dean (Vuelve a la tienda de baratijas, Jimmy Dean). Rodó la secuela de terror tres años más tarde y luego desapareció de la escena pública.
Él mismo explica que contrajo el VIH y luchó largos años contra la enfermedad. Sobre esa experiencia habla con total transparencia como parte de su activismo gay. También queda para la historia reconvertida la película en una representación de lucha del homosexual contra el abusón que es Freddy Krueger y la hace por ello especialmente valiosa dentro de toda la saga.
El documental recoge estos treinta años de historia para convertirlos en una historia de superación y celebración del presente. En palabras de Mark Patton: «Este es mi testimonio de que puedes sobrevivirlo todo».