Narcos se queda sin protagonista
«Pablo Escobar es más peligroso cuando estamos a punto de atraparlo.»
La historia detrás de la imagen de la muerte de Pablo Escobar
La segunda temporada de la serie original de Netflix Narcos, que ha obtenido un amplio reconocimiento internacional, se centra en los últimos 18 meses de vida del narcotraficante. Aviso, spoilers: el protagonista muere. Ante el estreno de la segunda temporada nos adentramos en una imagen para la historia: la de Pablo Escobar siendo abatido por las fuerzas de seguridad colombianas.
Pocas presentaciones se necesitan para uno de los personajes más conocidos, estudiados y odiados -o adorados- de la segunda mitad del siglo XX. Pablo Escobar fue el gran jefe del cártel de Medellín, amasando así una fortuna que le aupó al séptimo puesto de la lista de millonarios de Forbes gracias a los 25.000 millones de dólares que ganó con la producción de unas 20 toneladas de cocaína al mes. Pero Escobar fue mucho más que un ‘simple’ narco. Tuvo aspiraciones políticas y desafió al establishment gracias a sus actividades delictivas y corruptas. De hecho, ser más que un narco fue lo que le mató -o eso cuentan los historiadores-. Su muerte fue una verdadera carrera de fondo: 18 meses de huida, tensiones y pérdidas hasta terminar abatido. Y esta es, precisamente, la trama que centra la nueva temporada de Narcos.
«El Patrón acababa de cumplir 42 años cuando fue hallado y abatido en Medellín.»
Escobar escapó de su propia cárcel, de La Catedral -la había construido él mismo a su gusto-, como vemos al final de la primera temporada. Desde ese momento, vivió en una fuga constante. Le perseguían las autoridades colombianas, pero también las estadounidenses a través de la Administración para el Control de Drogas (DEA). Escobar luchó por su libertad hasta el final: en el año y medio que pasó entre el momento en que escapó y su muerte, el cartel de Medellín mató a 3 oficiales, 7 suboficiales, 103 agentes y 6 miembros de la policía secreta, según las estadísticas oficiales. Se calcula que, en total, asesinó unas 4.000 personas.
El Patrón acababa de cumplir 42 años cuando fue hallado y abatido en Medellín. En el momento de su muerte estaba intentando escapar de la casa en la que se encontraba subiéndose a la terraza para tratar de saltar hacia la parte posterior, pero los disparos de las autoridades lo alcanzaron y su cuerpo cayó sobre el techo de una casa vecina.
Más de dos décadas después de su muerte, sigue provocando fascinación este personaje que encarna el arquetipo de héroe épico: libros, series de televisión, películas, documentales, y un intento de registrar la marca «Pablo Emilio Escobar Gaviria» por parte de su viuda e hijos. Y es que muchos llegaron a considerarlo el Robin Hood de Latinoamérica -en las zonas pobres de Medellín donde construyó canchas de fútbol aún lo adoran-, a pesar del baño de sangre y dolor que dejó a sus espaldas. La segunda temporada de Narcos es la historia de una muerte anunciada, una huida hacia a la nada, el declive del auténtico Patrón de Colombia. Eso, precisamente, pueda hacer a este personaje -encarnado en la serie por el brasileño Wagner Moura– más interesante y rico en matices incluso que en la primera entrega.
La nueva remesa de capítulos puede visualizarse en streaming en Netflix a partir del viernes 2 de septiembre.