De la Guerra de Irak a la lucha contra el cambio climático: la historia del dron que cambió su destino
De las bombas al deshielo; mismo dron, diferente cometido. La historia del ArcticShark comienza con las guerras de Estados Unidos en Oriente Medio, dando apoyo en combate en Irak y Afganistán, pero a día de hoy, su renovada versión sobrevuela Alaska de la mano de científicos que investigan el cambio climático.
De las bombas al deshielo; mismo dron, diferente cometido. La historia del ArcticShark comienza con las guerras de Estados Unidos en Oriente Medio, dando apoyo en combate en Irak y Afganistán, pero a día de hoy su renovada versión sobrevuela Alaska de la mano de científicos que investigan el cambio climático.
Antes era un dron que detectaba explosivos. Ahora recoge datos sobre las partículas de la atmósfera en el Ártico, ¿cómo ha llegado esto a suceder? Ventajoso en ambos contextos, la particular trayectoria de este vehículo autopilotado demuestra la capacidad de transformación de los objetivos de una misma herramienta en diferentes manos.
Este aparato volador de mutante utilidad fue creado por la empresa Navmar Applied Sciences Corporation, contratista del Departamento de Defensa estadounidense. Fundada en 1977, en su origen Navmar se especializó en ofrecer al ejército de Estados Unidos soluciones anti-submarinos, pero entrando en el nuevo siglo, las batallas bajo el mar parecieron quedar relegadas a un segundo plano en la escala de preocupaciones bélicas. Defensa solicitó a la empresa la creación de aviones no tripulados: el arma del futuro.
El ejército estadounidense empezó a usar drones en el 2000, primero para la vigilancia y más tarde para ataques dirigidos, requiriendo modelos con diferentes cometidos. Necesitaban drones veloces, como el famoso Predator, capaz de asesinar rápida y silenciosamente (desde un punto de vista político) y a gran distancia. Necesitaban drones potentes, como el Reaper, capaces de transportar grandes cargas de armamento. Y, finalmente, necesitaban drones ágiles y precisos, ideales para llevar consigo un equipo de cámaras que consiguiera capturar imágenes del enemigo.
Con este fin nació Mako, el primer antecesor del ArcticShark. Dos años después, actualizaron ese primer dron creando un modelo conocido como TigerShark, que fue utilizado para localizar artefactos explosivos durante la Guerra de Afganistán: «La carga útil que volamos neutralizó estas amenaza», declara Ken Lewko, Director de Operaciones Financieras de Navmar en una entrevista en Wired.
¿Qué pasó cuando Obama comenzó a retirar tropas de Afganistán en 2011? Navmar necesitaba otros clientes a los que ofrecer sus drones para sobrevivir, y su campo de actuación se amplió desde lo bélico a lo científico. En esta nueva etapa, científicos del Laboratorio Nacional del Pacífico Noroeste perteneciente al Departamento de Energía encargaron a la empresa un dron que fuera capaz de volar sobre Alaska para tomar datos en la atmósfera ártica, y el antiguo TigerShark, rebautizado con el prefijo “Arctic” resultó perfecto para la tarea.
Entre otras cosas, el ArcticShark mide el tamaño de las partículas atmosféricas, los niveles de radiación infrarroja, la humedad y la dirección del viento, aportando datos que ayudarán a los científicos a entender los procesos atmosféricos relacionados con el cambio climático. Este dron es básicamente el mismo que el TigerShark, aunque sí que muestra algunas modificaciones.
Alaska no es Afganistán, por lo que los ingenieros de Navmar tuvieron que rediseñar ciertas partes para adaptar su funcionamiento a las bajas temperaturas de Alaska e impedir el congelamiento de las partes y otras modificaciones para hacerlo aún más útil en su cometido han perfeccionado el anterior modelo.
Como militar retirado, el nuevo y renovado dron de casi 7 metros de envergadura y capaz de transportar más de 45 kilos de peso a 120 kilómetros por hora estará equipado con más de una docena de instrumentos diseñados para ayudar a los científicos a comprender una de las regiones más sensibles del planeta. Aún queda por conocer su valía en la lucha contra el cambio climático, pero su historia demuestra que la lucha más pertinente sea quizá la que batallamos los humanos para eliminar nuestros devastadores efectos en el medioambiente.