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'Terapia de conversión': una de las formas más crudas de homofobia

João y Bruno estaban a punto de mudarse a su nueva casa en un barrio de Curitiba, en Brasil, cuando se encontraron con un mensaje por parte de algunos de los que iban a ser sus nuevos vecinos. Hace alrededor de un mes, un panfleto con la fotografía de la pareja fue distribuido por todo el vecindario.

‘Terapia de conversión’: una de las formas más crudas de homofobia

João y Bruno estaban a punto de mudarse a su nueva casa en un barrio de Curitiba, en Brasil, cuando se encontraron con un mensaje por parte de algunos de los que iban a ser sus nuevos vecinos. Hace alrededor de un mes, un panfleto con la fotografía de la pareja fue distribuido por todo el vecindario.

“Pronto la calle será más ‘alegre’. Todos los días por la mañana o al final de la tarde tendrás una visión que influirá al vecindario. A ti, a tus hijos, a tus nietos, a tus amigos”, dice el texto. “Si así están en público, imagínate lo que hacen cuando están solos, o con amigos cercanos, o con personas próximas a ti”.

Este panfleto fue el que la pareja encontró alrededor de todo el vecindario. | Imagen: O Tempo (medio de comunicación en Brasil)
Este panfleto fue el que la pareja encontró alrededor de todo el vecindario. | Imagen: O Tempo (medio de comunicación en Brasil)

Hace una semana este caso de homofobia saltó a todos los medios brasileños y se hizo viral en las redes. La pareja fue a la policía para denunciar la situación. «Lo que he aprendido de esta lección es que el que fue el peor día de mi vida se transformó en el mejor, cuando la gente muestra que nos preocupamos unos por otros”, ha afirmado a los medios João, tras recibir infinitas muestras de apoyo en las redes y en el propio vecindario.

La pareja se ha encontrado también con miles de muestras de apoyo. | Imagen: Facebook de João
La pareja se ha encontrado también con miles de muestras de apoyo. | Imagen: Facebook de João

Es solo uno de los muchos casos de discriminación que se dan día tras día contra parejas del mismo sexo. Por tanto, sí, la homofobia existe y todavía hay 72 países donde se penaliza el amor y ocho en los que se aplica la pena de muerte a las personas homosexuales, según el informe que acaba de hacer público la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersexuales (ILGA).

Cada 17 de mayo se celebra el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia conmemorando el aniversario de la eliminación de la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales de la Organización Mundial de la Salud (OMS). A pesar de no ser considerada como una enfermedad, las llamadas ‘terapias de curación’ siguen siendo legales en la mayor parte del mundo: solo tres países (Brasil, Ecuador y Malta) prohiben por ley este tipo de tratamientos. «La ley maltesa establece un estándar altísimo sobre cómo legislar este tipo de prácticas que son pseudoterapias», afirma Lucas Ramón Mendos, uno de los coautores del informe sobre ‘Homofobia de Estado’ publicado por ILGA. «No solamente prohíbe las ‘terapias de conversión’ por parte de profesionales, sino que prohíbe también aquellas que son administradas por quienes no tienen un título profesional, como grupos religiosos, por ejemplo. Y las prohíbe para niños, pero también para adultos», nos cuenta. Generalmente, este tipo de terapias solo se suelen prohibir en el caso de menores.

 

«Estas terapias se siguen dando en muchos países, incluido España»

 

Sin embargo, en España no hay legislación a nivel nacional, aunque sí hay comunidades autónomas como Madrid, Cataluña o Extremadura con leyes que ilegalizan dichos ‘tratamientos’. «Desde luego es una gran laguna en la legislación la falta de regulación en este sentido. Por un lado se reconoce y se protege la libre expresión de la identidad sexual, pero se sigue permitiendo que se apliquen tratamientos ineficaces, fraudulentos y generadores de un gran sufrimiento en la población sobre la que se aplican», afirma Rosa María Redondo, vicesecretaria del Consejo General de la Psicología de España.

Rosa María Redondo asegura que desde el Consejo «consideran inadmisibles que los y las profesionales de la salud mental indiquen, insten o hagan creer a sus usuarios que es posible modificar su orientación sexual y puedan llegar a convertirse en heterosexuales mediante algún tipo de intervención terapéutica», y añade en The Objective que «las llamadas ‘terapias de conversión’ no tienen ningún apoyo científico, mas bien al contrario».

'Terapia de conversión': una de las formas más crudas de homofobia
Mapa incluido en el informe ‘Homofobia de Estado 2017’ de la ILGA. | Imagen: ILGA
s servicios se ofrecen ahora desde una sede en Toledo para que no se puedan denunciar. Es por esto por lo que necesitamos una ley estatal que prohíba en todas las comunidades autónomas este tipo de fraude que hace realmente un gran daño».

Métodos basados en la repetición, «en darse con una gomita cada vez que tienes un pensamiento con una persona, para ellos, equivocada» y unas ciertas fórmulas psicológicas que lo «que hacen es un gran daño a la larga a las personas porque nadie va a dejar nunca de ser homosexual o ser heterosexual con una terapia de curación o algo por el estilo», afirma Rubén López.

Solo hay tres países que prohíben las 'terapias de curación'. | Foto: FELGTB
Solo hay tres países que prohíben las terapias de ‘curación’. | Foto: FELGTB

Este tipo de terapias se aplican, generalmente, a personas que padecen una homofobia interiorizada y que se ven forzadas por su entorno a buscar «soluciones milagrosas, soluciones del todo ineficaces que propician la aparición de trastornos de ansiedad, depresión e incluso pueden abocar al suicidio», asegura la psicóloga Rosa María Redondo.

El activista por los derechos de las personas homosexuales, Lucas Ramón Mendos, conoce muy de cerca estos ‘tratamientos antigais’. Hace 10 años, cuando tenía 23, contó a su núcleo familiar que era homosexual. El siguiente paso fue visitar a un psicólogo que le dijo que su caso era «reversible» y que se podía «curar». «Uno en esos momentos cae en dudas y se cuestiona sobre eso que le están preguntado. Hay muchas personas que esta situación que yo viví a los 23 años, la viven a los 12, 15, 18 años y son momentos en la vida en las que se tienen menos herramientas». Mendos hace hincapié también en que es muy difícil «poder identificar quiénes son aquellas personas que en la privacidad de su consulta ofrecen este tipo de ‘terapias'».

Pero este activista no solamente visitó a un psicólogo, sino que tuvo una reunión con un sacerdote debido a la gran tradición católica de su familia: «Usó un lenguaje sumamente confuso que ponía en un manto de crítica, de misterio y obviamente de reprobación muy fuerte hacia mi orientación sexual. Si yo hubiera estado, como sí lo estuve durante mi adolescencia, más involucrado con la labor pastoral y la iglesia, hubiera caído en las redes de estos argumentos sumamente falaces. La única suerte que tuve es que esto a mí me ocurrió en un momento de la vida en el que tenía algún elemento de juicio crítico».

Las 'terapias de curación' y la lucha contra la homofobia
En Rusia, muchas personas se manifiestan por el derecho de las personas homosexuales. | Foto: Dmitry Lovetsky / AP Photo

Cuando hablamos del informe de ILGA con Lucas Ramón Mendos, este nos cuenta e incide en que aún queda mucho por hacer en la lucha contra la homofobia. Uno de los grandes desafíos ante el que nos encontramos, dice, es lograr más sensibilización e implementar más políticas educativas para erradicar estereotipos. Mendos analiza la situación de Rusia, donde no hay una ley que penalice la homosexualidad pero sí «existe una ley que prohíbe la promoción de valores que atentan contra lo que ellos consideran como el cuidado de los niños, y que se conoce como ley de Propaganda», afirma el abogado, quien añade además que «es una de las que más daño está provocando porque restringe la libertad de expresión, afecta a que se pueda debatir y a que se puedan impartir políticas educativas».

Dicha sensibilización y educación ayudaría, incide Lucas Ramón Mendos, a evitar escenas tan dramáticas como la construcción, en Chechenia, de campos de concentración para personas homosexuales.

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