'American anarchist': la historia tras el manual que inspiró la masacre de Columbine
Apenas tenía 19 años cuando escribió aquel libro lleno de furia y frustración, pero lo cierto es que William Powell pasó el resto de su vida arrepentido. El libro se publicó en 1970 y recetaba los ingredientes para ser un guerrillero: un libro que combinaba ensayos sobre la libertad absoluta con fórmulas para convertir un rifle en un lanzagranadas o fabricar dinamita en la cocina de casa. “Tenía 19 años, estaba cabreado y pensaba que el gobierno estaba fuera de sí”, dijo Powell muchos años después.
Apenas tenía 19 años cuando escribió aquel libro lleno de furia y frustración, pero lo cierto es que William Powell pasó el resto de su vida arrepentido. El libro se publicó en 1970 y recetaba los ingredientes para ser un guerrillero: un libro que combinaba ensayos sobre la libertad absoluta con fórmulas para convertir un rifle en un lanzagranadas o fabricar dinamita en la cocina de casa. “Tenía 19 años, estaba cabreado y pensaba que el gobierno estaba fuera de sí”, dijo Powell muchos años después.
Aquella obra, llamada The Anarchist Cookbook (El libro de cocina del anarquista, en castellano), generó un revuelo enorme: los setenta fueron tiempos de rebeldía, los manifestantes se radicalizaron, las manifestaciones se masificaron, y no era extraño que muchas concluyeran con heridos, con vehículos en llamas, con explosivos y disparos en los peores casos. Y era en estos cuando la policía, después de detener a los culpables, inspeccionaban sus casas y encontraban el libro de Powell.
Ninguno de ellos tenía en cuenta la advertencia de la contraportada. “Lea este libro, pero mantenga en mente que los temas aquí tratados son ilegales y constituyen una amenaza”, dice. Y continúa: “Casi todas las recetas son peligrosas. Ese libro no es para niños, ni para idiotas”.
Durante muchos años, Powell rechazó entrevistas y reportajes, desapareció de la primera plana. Aquel libro que solo una editorial de vanguardia se atrevió a editar –ganando toda una fortuna tras vender más de dos millones de copias– le costó una imagen terrible que arrastró siempre: Powell acabó pagando caro el pecado de juventud. Los años de silencio quedaron atrás con la grabación de un documental dirigido por Charle Siskel y disponible ahora en Netflix bajo el título de American Anarchist.
En esta obra se conoce a otro Powell: al británico con problemas de integración en la escuela, hijo de diplomático, inmigrante en Estados Unidos. Al orador sereno y progresista, recluido en Francia, docente de alumnos con déficit de atención. Viajó por América y África, logró hacerse un nombre, pero le rechazaron una y otra vez en decenas de escuelas tras descubrir que había escrito un libro tan violento.
Aquel recetario sobre cómo destruir el sistema no pasaba de moda y volvió a coger fama en los 2000, después de que los dos asesinos del instituto Columbine, donde mataron a 12 alumnos y un profesor durante un asalto de 50 minutos, manifestaran la influencia de la obra de Powell: este hecho quedó reflejado en el documental Bowling for Columbine, de Michael Moore.
En una entrevista publicada en la norteamericana National Public Radio, Siskel hace una serie de reflexiones sobre cuanto percibió en las palabras de Powell. “Sé que le afectó profundamente descubrir las relaciones entre el libro y los actos violentos”, dice. “En sus propias palabras, aquello le llenó de remordimiento, aunque luego distinguió entre remordimiento y arrepentimiento. Creo que no se arrepintió de haber escrito el libro, ya que de alguna manera le ayudó a definir quién era y maduró con la experiencia”.
Y continúa:
“Pero también creo que aunque el libro haya estado relacionado con algunos casos de violencia y haya sido influyente para la gente que lo ha leído, eso no le convierte en responsable en ningún sentido legal o causal. La información que está en el libro está disponible en Internet y en muchos otros lugares, incluso en aquel momento. Quiero decir: el propio Bill consiguió la información de la biblioteca pública, estaba ahí. Creo que la gente que estaba decidida a actuar violentamente habría encontrado la forma de hacerlo de cualquier otra manera. Así que dibujar una especie de vínculo directo es injusto. Con todo, mi sensación es que nada de eso ha servido de consuelo para Bill a lo largo de su vida”.
William Powell murió de un ataque al corazón el 11 de julio de 2016 a los 66 años, aunque pasaron muchos meses hasta que su familia lo hizo público. Powell murió, sin embargo, sin ver concedido su último deseo: la retirada definitiva de la obra que marcó su vida.