La comunidad musulmana de Barcelona se manifiesta en contra del terrorismo
Este lunes, 153 asociaciones reunidas en la Plaza de Catalunya, leyeron un comunicado en catalán, castellano y árabe, condenando los atentados terroristas de las ciudades de Barcelona y Cambrils. Hicieron reflexión, un minuto de silencio y autocrítica, antes de pedir a los más de 2.500 asistentes, según cálculos de la Guardia Urbana, que se sumaran a la manifestación de este sábado, convocada por la Alcaldesa de Barcelona, Ada Colau y el president de la Generalitat, Carles Puigdemont.
Este lunes, 153 asociaciones reunidas en la Plaza de Catalunya, leyeron un comunicado en catalán, castellano y árabe, condenando los atentados terroristas de las ciudades de Barcelona y Cambrils. Hicieron reflexión, un minuto de silencio y autocrítica, antes de pedir a los más de 2.500 asistentes, según cálculos de la Guardia Urbana, que se sumaran a la manifestación de este sábado, convocada por la Alcaldesa de Barcelona, Ada Colau y el president de la Generalitat, Carles Puigdemont.
Ha sido la primera manifestación de alcance de la comunidad musulmana en la ciudad de Barcelona, después de los ataques del jueves 17 de agosto. Sobre la tarima, Míriam Hatibi, una joven de 24 años de edad y activista de su comunidad, leyó un comunicado breve pero contundente de “rechazo y condena a los terribles atentados de Barcelona y Cambrils”. Lo hacía como portavoz de la Fundació Ibn Battuta, entidad sin ánimo de lucro preocupada por la divulgación cultural entre los países árabes y Europa.
Con ella, más de 150 entidades y organizaciones se adherían al manifiesto contra “la barbarie y la sinrazón”. Expresaron apoyo a todas las víctimas y heridos: “Hoy, queremos decirle al conjunto de la comunidad musulmana y no musulmana, con la voz bien alta, no al terrorismo, no a la violencia y sí a la paz”. Agradecieron a los cuerpos de seguridad —aplausos aparte para los Mossos d’Esquadra— y a los asistentes en general por acompañarlos esa tarde. Hatibi dijo que era algo que ya venían diciendo, cada uno, por su lado, pero que hacía falta decirlo siempre: “El dolor es común. Todos hemos llorado y no hemos entendido por qué ha sucedido esta tragedia. Debemos trabajar en conjunto para que no vuelva a pasar nunca más”.
Míriam llamó también a la reflexión para entender cómo los autores de los ataques, casi todos nacidos en Cataluña, se habían rebelado contra su propia ciudad. Cómo y por qué: “Para que nuestros jóvenes, catalanes musulmanes, no abracen ideologías perversas”, que nada tienen que ver ni con el islam, ni con la religión, apuntó. Dijo estar convencida de que Cataluña sabría responder, cómo ha hecho siempre, contra los ataques xenófobos e islamófobos: “Eso no tiene cabida en nuestra democracia”. Se trata, eso sí, como dijo la portavoz, de un problema que ya no se puede ocultar y que demanda soluciones serias y de conjunto.
Para repetir sus palabras en castellano y árabe, le siguieron Touqeer Tahir y Sohaib Hassani, presidente y portavoz, respectivamente, de la Joventut Multicultural Musulmana, asociación juvenil con sedes en Barcelona, El Maresme, Badalona, Granollers, Tarragona y el Valles.
Delante de ellos, un cinturón de mujeres sostenía una larga pancarta verde que en mayúsculas blancas leía “la comunidad musulmana contra el terrorismo”. Autoridades, prensa —Aswat Radio, orgullosa de ser “la primera radio árabe en España”— intentaban capturar las emociones del momento: “Son criminales no son musulmanes. No queremos terroristas”, fueron algunas de las frases que corearon cientos de personas hasta sumar miles.
Luego del minuto de silencio, los asistentes siguieron Rambla abajo, hasta llegar al Pla de l’Os, el mosaico de Joan Miró, punto exacto donde Younes Abouyaaqoub, abatido ayer por las autoridades, detuvo la furgoneta que condujo a lo largo de 600 metros de terror.
Este sábado, la comunidad musulmana se sumará a la convocatoria hecha ya por la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona, para caminar a partir de las 6 de la tarde, desde los Jardinets de Gràcia, pasando por el Passeig de Gràcia, hasta desembocar en Plaza de Cataluña.