¿Qué significa que Shonda Rhimes se vaya a Netflix?
Shonda Rhimes no sólo es una precursora por sus historias, lo es por ser una poderosa mujer negra en una industria predominantemente masculina y blanca.
Tras más de una década y más de cuatro series la reina de la televisión dejó ABC y comenzará a producir con Netflix. Pero esos no son todos sus planes.
El nombre de Shonda Rhimes es de sobra conocido, por lo menos para quienes ven y siguen la televisión actual. Es por eso que llegó como una sorpresa y un gusto el anuncio de que Shonda deja ABC, el canal que básicamente ha dedicado un día a sus series (los jueves para más señas), y se va a Netflix. Si, sus series anteriores seguirán donde están, pero las nuevas, las que están por venir, saldrán de la cabeza de la que es probablemente la mayor creadora de televisión en 20 años para un servicio de streaming… eso es un cambio de paradigma muy fuerte.
Shonda Rhimes no es nueva en el negocio. Antes de que estrenara su primera gallina de los huevos de oro, La anatomía de Grey, tenía un currículo dudoso, uno que no dejaba entrever la titán en la que se convertiría luego. En 2001, escribió la blanda Crossroads, vehículo cinematográfico de Britney Spears, y luego las dos entregas de Diario de una princesa. Pero fue con su primera serie que su vida, y la de la televisión, cambió. La anatomía de Grey, sobre un grupo de médicos en su programa de residencia, que sumaba amores imposibles y casos emotivos, se ganó a las audiencias y a las críticas. Hoy tiene 13 años al aire y aún, tras cambios de reparto, giros de locura y altibajos de calidad, logra atrapar la atención de la crítica y ser un fenómeno mediático cuando lo quiere.
De La anatomía de Grey salió Private Practice -bastante mediocre y empalagosa- y luego llegó su segunda gallina de los huevos de oro: Scandal, sobre el amor imposible entre una experta en imagen y al presidente de Estados Unidos. Cómo defender a un asesino (How to Get Away With Murder), producida por ella, le valió un Emmy a Viola Davis, y lastimosamente su serie sobre ladrones de alto rango e investigadores privados y, sí, un amor prohibido, The Catch fue cancelada hace poco.
Shonda es responsable de la vuelta del melodrama a la televisión… más que eso es la responsable de que la telenovela -exagerada, descabellada, imposible, romántica, intensa, apasionada- se haya convertido en un género respetado por la crítica, tomado en cuenta como algo más que la fuente de chistes sobre tramas desquiciadas y malas actuaciones que una vez fue. Y es también la precursora de los personajes femeninos fuertes y complejos y de los repartos diversos. Sus médicos/as, sus abogados/as, sus políticos/as: son de razas, géneros, preferencias sexuales y religiones de todo tipo, sin problema y sin discusión.
Hace unas semanas, Disney había anunciado que dejaría de emitir sus contenidos a través de plataformas de streaming ya que crearía la suya propia -recordemos que Disney es dueña de productos culturales como Star Wars, Marvel y Pixar-. El anuncio de Netflix, a quien Disney retiraría todos estos contenidos, podría asumirse como una respuesta, una movida agresiva hacia la gran productora, que está detrás de ABC, y que acaba de perder a la máquina de hacer dinero que es Shondaland (la productora de Rhimes que tenía un contrato de 10 millones al año con ABC).
Pero para Rhimes el futuro no está sólo en la creación y producción de contenido audiovisual de ficción. De hecho está convirtiéndose en una figura más similar a Oprah Winfrey que a David Chase. Hace unos años escribió un libro relatando su experiencia de vivir un año siempre diciendo que sí y tras las elecciones recientes en EEUU se ha vuelto una voz líder que, por ejemplo, apoya y ayuda en sus campañas a Planned Parenthood (ONG de derechos reproductivos) y ha elaborado campañas para Dove sobre mujeres reales.
Y luego está Shondaland.com. El sitio web -que estará pronto al aire- pretende ser un espacio abierto para ensayos, artículos, reportajes, podcasts y vídeos con un mensaje abiertamente feminista e inclusivo, como los de sus series. Rhimes estará directamente involucrada en el sitio.
La carrera espacial por la llegada a La Luna que es la audiencia global tiene a Netflix y Amazon atacando a las cadenas de televisión abiertamente -Amazon ya se robó al creador de The Walking Dead hace unas semanas- y no es difícil que presenten un buen escenario. Para creadores como Shonda, que ha empujado fronteras de raza, género y sexualidad, y que ha tratado temas complicados, como el aborto o la eutanasia, en televisión abierta, la libertad de un lugar como Netflix, que no depende de grandes anunciantes y de los límites “morales” de la emisión televisiva, es una oportunidad de explorar nuevos límites.
Queda por ver qué vendrá, pero si conocemos a Rhimes estará lleno de apelativos y expresiones pegajosas -o alguien ha olvidado a McDreamy o el tan repetido Seriously?-, de humor, sexo y drama del más intenso, y de historias de amor condenadas pero adictivas.
¿Quién no puede esperar más?