Este domingo Netflix hizo algo nunca hecho: estrenó un trailer y una película en pocas horas. Y el mundo del cine se volvió loco.
El fin de semana Netflix hizo historia del cine, o eso se habló extensamente en Twitter. ¿Por qué? El domingo se emitió el Superbowl, o lo que es lo mismo: el evento deportivo más visto y esperado de Estados Unidos, y como es tradición muchos trailers llenaron los espacios publicitarios… pero hubo uno especial. El teaser de Cloverfield Paradox, la tercera entrega de este universo (más sobre esto próximamente), se emitió durante el juego y soltó un coming very soon y no estaba mintiendo: la película comenzó a estar en streaming al segundo de terminar el partido.
Es la primera vez que una película se estrena básicamente minutos después de que salga su primer trailer y sin ninguna información previa de que llegaría a los espectadores. En su Twitter la directora Ava DuVernay (Selma) afirmó: “#FilmTwitter va a explotar esta noche. Algo viene que es casi imposible de creer” y luego “Justo al finalizar el juego, al estilo Lemonade. Siempre digo que los muros están cayendo. El cambio es bueno”.
#FilmTwitter is going to explode tonight. Something is coming that I can hardly believe. Lawd. History in the making.
— Ava DuVernay (@ava) February 4, 2018
Right after the game. Lemonade-style. I always say the traditional walls are collapsing. New pathways are necessary in this old system. Change is good. https://t.co/5wjzFaHR1z
— Ava DuVernay (@ava) February 5, 2018
Pero, ¿qué es esta nueva película con una distribución novedosa?
Cloverfield, y su fenómeno y su universo, se iniciaron en 2008 cuando una película de bajo presupuesto con un reparto de relativos desconocidos (Michael Stahl-David, Lizzy Kaplan y Mike Vogel se hicieron conocidos luego), sobre el ataque de un monstruo a Nueva York y grabada al estilo de Blair Witch Project (por los “supervivientes”) dio la sorpresa de triunfar tanto con audiencias como con críticos. La campaña de la película fue una de las primeras realmente virales (el primer trailer se lanzó por sorpresa y sin título) e incluía un juego de realidad aumentada en que pistas sobre la historia estaban repartidas por internet.
El director, Matt Reeves, era un desconocido (luego dirigió la segunda y tercera partes de la trilogía del nuevo Planeta de los simios), pero el productor no. J. J. Abrahms estaba detrás de este thriller oscuro y bien hecho y tras su estreno una idea pareció cuajar: ¿por qué no crear un amplio universo cinematográfico en este mundo?
No sería un universo cualquiera, de hecho es uno muy particular. En las historias de DC, Marvel o Star Wars personajes y eventos recorren varias de las películas, creando un mundo repleto de referencias. En Cloverfield las conexiones son más tenues y diseñadas para lo que se podría denominar un freaky (de hecho la mayoría de los guiones no estaban pensados inicialmente para pertenecer a este universo, se adaptaron).
En la primera película, y su campaña, se hace referencia a la existencia de una multinacional llamada Tagruato y sus subsidiarias Yoshida Medical Research, Bold Futura, ParaFun! Wax Distributors y Slusho! Estas compañías reaparecen en las siguientes entregas y puede que tengan que ver con los desastres que se ven en cada una de ellas. En Cloverfield encontrar conexiones depende del espectador y no tanto de quien narra la historia.
En 2016, ocho años después (lo que ya es otra extraña novedad), apareció -también de la nada, de hecho ni se sabía que se había rodado- 10 Cloverfield Lane. Completamente alejada de la primera, este filme es un thriller psicológico que se desarrolla en un búnker e incluye a tres personajes, uno de ellos un aparente psicópata que argumenta tenerles encerrados porque hubo un incidente en el exterior y todos han muerto. ¿Conexiones? Además del nombre, resulta que el aparente psicópata -si se busca online en los sitios de las compañías ficticias- trabajaba para una de ellas y luego está el final (spoiler alert) en que se descubre que ha habido una invasión extraterrestre. La segunda entrega tuvo también muy buenas críticas y funcionó muy bien en taquilla.
Y volvemos a la tercera. El mundo de la industria comentaba desde hace tiempo sobre Cloverfield Paradox (el nombre se conoció el domingo… en esta franquicia no son muy proclives a informar previamente), su “frustrada” distribución en cines, la venta de los derechos a Netflix... pero nadie esperaba que el servicio de streaming aplicara una jugada ¿maestra? de este calibre.
Paradox, sin embargo, no ha tenido tan buena relación con los críticos como sus primas anteriores, y es probable que la audiencia, conociendo el secretismo de Netflix con sus números, no se sepa… a menos que funcione muy bien. Una cinta de horror y ciencia-ficción, alla Alien, se desarrolla en el futuro, cuando el mundo vive una gran crisis de energía y una misión de científicos de todo el mundo es enviado a una estación espacial para buscar una solución… y, como es de esperar, no sale bien.
¡Ah! Y en octubre, según se comenta esta semana, se estrena una cuarta entrega que se desarrolla en la Segunda Guerra Mundial, cuando un batallón de aliados llega a un pueblo ocupado por los nazis en que hay más que alemanes… hay cosas sobrenaturales.
Una conclusión que puede extraerse de esta predilección por la sorpresa, las leves conexiones y los cambios de género es que esta es la primera franquicia que está aplicando normas televisivas a su narrativa: monográficos separados que tienen alguna relación y que se desarrollan en el mismo mundo, al estilo de Black Mirror o American Crime.
Puede que este universo sea una rareza, pero queda claro que este tipo de sorpresas van a convertirse en una norma en poco tiempo: no sólo generan publicidad gratuita, sino que atraen espectadores sin necesidad de hacer mucho… sea buena la película o no.