Niña Pastori: "La mujer siempre ha sido una pieza fundamental en el flamenco"
Es la menor de cuatro hermanos –todos varones– e hija de Pastora, una popular cantaora de la provincia de Cadiz conocida como ‘Pastori de la Isla’, de ahí su nombre artístico: Niña Pastori.
Es la menor de cuatro hermanos –todos varones– e hija de Pastora, una popular cantaora de la provincia de Cádiz conocida como ‘Pastori de la Isla’, de ahí el nombre artístico de la gaditana Niña Pastori. Con sólo cuatro años, cuando aún era para el público María –a secas–, actuaba de la mano de su madre en los diferentes tablaos de San Fernando. De ella mamó el flamenco. De su padre, militar, la afición por este arte gitano.
A los ocho ya comenzó a presentarse a concursos de música. Fue en uno de ellos donde ganó su primer sueldo –25.000 pesetas– con el que se compró su juguete más deseado: una bicicleta. «Me costó 15.000 pesetas, el resto se lo embolsó mi señora madre», cuenta a este periódico entre risas la cantante de ‘Cai’. «Con cinco bocas a las que dar de comer y un solo sueldo tenía que ayudar a mi familia», recuerda con simpatía.
De su infancia rememora los días en la calle jugando al ‘lastiquillo’ y a la cuerda. Ahí todavía no sabía que se consagraría como uno de los máximos exponentes del flamenco, que se haría con numerosos reconocimientos, entre ellos cuatro Grammy Latinos -tres como mejor álbum de música flamenca y uno como mejor álbum folclórico- y que conseguiría diversos discos de Oro y Platino en España, Colombia y Argentina.
Con ocho años tampoco se podía imaginar que sólo cuatro años después el mismísimo Camarón de la Isla la presentaría en el Teatro Andalucía de Cádiz, quedando tan fascinado con ella que le pidió que actuase con él. «Ese momento lo recuerdo como mágico. Camarón era para mí un Dios, un genio», nos cuenta en las instalaciones de Sony Music, en pleno Paseo de la Castellana de Madrid, donde nos cita para presentarnos su nuevo trabajo: ‘Bajo tus alas’, su undécimo disco con el que, una vez más, conjuga el purismo de su voz con las nuevas tendencias musicales. «Este álbum es un pasito más en mi carrera profesional, lo único que espero de él es que le guste a mi gente y a mis fans. Esta profesión, al final, es una carrera de gustos y de placer, de seguir aprendiendo y disfrutando».
«Para llegar a todos los públicos no puedes hacer un flamenco puro»
‘Bajo tus alas’, que coge el nombre de la canción con la que abre el disco y que ha sido compuesta por su hija Pastora, de sólo nueve años, está formado por 11 tesoros que verán la luz el 27 de abril. En él cuenta con la colaboración de artistas de primer nivel como Pablo Alborán, Manuel Carrasco, Vanesa Martín y el grupo venezolano Guaco.
¿Su pasión? Sus hijas. «Mis dos ángeles, mis dos princesas», nos dice sin ninguna duda la cantante mientras mira los dos tatuajes dibujados en su antebrazo con el nombre de sus pequeñas: Pastora y María, de cinco años. «También tengo una Minnie en la espalda. Me la hice con 19 años. Era muy pequeña, no tiene ningún significado. Simplemente me gustaba y me la hice».
De sus ‘soles’ –así se refiere a sus hijas– nos cuenta que piensan que es igual de famosa que Rihanna y que les encanta cantar canciones de Shakira. «Ellas tienen otro rollo diferente al mío», cuenta con ojos brillantes y gran sonrisa, la que no pierde a lo largo de toda la entrevista y se hace más grande, aún si cabe, cuando habla de sus niñas. «Ellas creo que han sido una bendición de Dios. Yo no he tenido hermanas, y el tener dos hijas ha sido toda una suerte».
«Llevo muy mal el tener que separarme de ellas. A María, con tan sólo seis meses, me la llevé a Bruselas a un concierto. Cuando estoy con ellas intento aprovechar el tiempo al máximo, el cien por cien», nos cuenta en medio de una conversación en la que –sin querer profundizar mucho– saca por unos segundos su lado más reivindicativo para hacer hincapié en que «aún queda mucho por avanzar en la sociedad donde el hombre sigue teniendo más oportunidades que la mujer. ¡Qué injusto!».
«La sensibilidad de la mujer en el flamenco es vital»
—Sin embargo, la presencia de la mujer en el flamenco ha sido indispensable en comparación con otras profesiones, ¿ha revolucionado la mujer el flamenco? —le pregunto.
—La mujer siempre ha sido una pieza fundamental en el flamenco —responde orgullosa—. La sensibilidad de nosotras en este arte es vital. Una mujer cantando o bailando ha sido siempre fundamental. Quizá haya más hombres, pero nosotras siempre hemos estado ahí. No ocurre lo mismo en otros sectores donde apenas hemos tenido presencia.
Con la palabra ‘libertad’ –su favorita– siempre muy presente, del flamenco piensa que, a diferencia de lo que predican muchas voces que opinan que está estancado, sigue creciendo de la mano de grandes artistas que hacen de él un «arte vivo». «Hoy día hay flamencos muy fuertes, como Diego el Cigala, Miguel Poveda, Estrella Morente… Sin embargo, sí es verdad que para llegar a todos los públicos no puedes hacer un flamenco puro».
De ahí su pequeña revolución, abrir su arte a otros géneros, como el pop y el rock. Ahora, recién galardonada con la Medalla de Andalucía asegura que aún queda mucho de la niña de Pastori. «Me siguen dando miedo las alturas y me encantaría tener el súperpoder de aparecer y desaparecer… A veces miro para atrás y creo que no he hecho nada».