Sprinters (Salto de Página, 2018), la novela de la escritora Claudia Larraguibel que narra la historia de la Colonia Dignidad en Chile.
En 1961 llegaron tres alemanes a Chile y fundaron la Colonia Dignidad a 350 kilómetros al sur de la capital chilena. Uno de estos alemanes era Paul Schäfer, quien huía de Alemania al ser acusado por abuso infantil. En Chile, Schäfer prosiguió con la secuela del horror; signado por el lema “Silencio es fortaleza”, no solo se cometieron crímenes de vejación infantil, sino de alienación, esclavitud y aislamiento de varias personas dentro de un entorno tóxico; para realizar las torturas del régimen de Pinochet; un espacio al estilo Saló de Pasolini, asegura Claudia Larraguibel al promocionar su libro Sprinters en España.
Sprinters, que hace referencia a los corredores que van por los mandados de su amo ‒Paul Schäfer en este caso‒, “es una historia real atravesada por la ficción”, como afirma la autora chilena; un libro híbrido que mezcla varias historias y voces dentro y fuera de la Colonia Dignidad, con testimonios reales de las víctimas y viñetas que ilustran un guión cinematográfico.
Larraguibel toma como hilo narrativo la misteriosa muerte de un niño durante una cacería en paralelo a dos historias que enriquecen la secuencia de la novela: una periodista, hija de exiliados, que regresa a Chile para escribir el guion de una película sobre Colonia Dignidad –una referencia clara a la propia Larraguibel- y la historia de Lutgarda, una colona que llevará a la periodista a encontrar las huellas de Paul Schäfer.
Para la autora, este cúmulo de voces recrea una visión general de la Colonia Dignidad sin dejar de lado relatos individuales o de colectivos segregados por la misma colonia como fue el caso de las mujeres, de ahí la construcción del personaje de Lutgarda. “En el año 2000 me encontré con la historia de dos adolescentes que se escaparon de la colonia y fue la primera historia de la que empecé a recopilar información y como no quería dejarla fuera la conté como si fuera una película. Tampoco quería dejar fuera los testimonios de toda la gente que yo entrevisté, entonces el ensamblaje fue un poco complicado” afirma Larraguibel al explicar la estructura de la novela.
Investigar para escribir Sprinters ha sido una forma de reconciliarse con su pasado. Larraguibel creció fuera de Chile, primero en Venezuela y luego en España. Viviendo en Madrid se encontró con las noticias sobre la historia de la Colonia Dignidad: “Me dio mucha vergüenza después de veintitantos años no haber sabido nunca lo que ocurría en Colonia Dignidad y creo que en mi regreso a Chile me pregunté ¿qué hubiera pasado si no hubiese vivido en el exilio?, ¿me hubiera enterado de Colonia Dignidad? o ¿hubiera visto para otro lado, como lo hizo un país que tenía esto al lado y miró para otro lado? ¿Me hubiera implicado?” afirma Larraguibel.
La crítica personal hacia la sociedad chilena se expresa claramente en la narración: ¿por qué un país corría el bulto debajo de la alfombra?, sin embargo la autora entiende el porqué del olvido y precisamente lo expresa a través de uno de los personajes de la novela desde la auto ficción. Uno de los personajes secundarios de la historia es una periodista que regresa a contar la historia de Colonia Dignidad pero que se encuentra con las dificultades que representa estar cohabitado y entrevistando a los colonos, unos individuos “muy complicados porque piden cosas a cada rato, desde sacar dinero en el cajero hasta que los acompañaras a pagar la luz, entonces entiendes en algún momento que tu te querías olvidar de ellos como hizo un país por más de 40 años”. Esa dependencia que genera incomodidad y culpa es expresada en el libro para que sea captada y recorrida por el lector, finalidad que Larraguibel afirma logró debido a su interés personal con respecto al lenguaje: “la literatura que me interesa es la que te hace las preguntas incómodas, como un espejo que pone enfrente de ti esos sentimientos que quieres mantener alejados. Me interesa una literatura que te confronte con esos sentimientos”.
La vergüenza chilena recorre incómodamente el caso de Colonia Dignidad porque el procedimiento por los crímenes cometidos en el lugar no ha sido cerrado, además de que ciertos personajes de la política chilena actual intentan tapar los hechos. “Han pasado dos cosas recientemente, los alemanes se dieron golpes de pecho y crearon una comisión mixta que se reunió en Chile en marzo para lograr compensar a las víctimas (ancianos o niños abusados) e intentando que los trámites judiciales sean más fáciles, que se agilizasen los procesos, lo que es una ganancia pero ahora no sabemos qué pasará con el gobierno de Piñera, debido a que el ministro de justicia actual es Hernán Larraín, una persona muy cercana al círculo de amigos de Colonia Dignidad, que defendió a Paul Schäfer; por lo tanto, uno se pregunta cómo este funcionario va a afrontar esa ola de defensa y de compensación a las víctimas”, comenta la autora.
Sprinters – Claudia Larraguibel / Booktrailer from Iván Larraguibel on Vimeo.
A pesar de que Claudia Larraguibel no sabe cómo terminará el caso, quizás lo manifiesta con una duda desesperanzada, lo que le interesa es que la historia de los colonos se conozca y así zanjar tantos años de aprovechamiento por parte del Estado y vergüenza por parte de la sociedad chilena. Sprinters da voz a un grupo de gente que fue invisibilizada, rompiendo con el lema “Silencio es fortaleza”, que tanto daño hizo a la Colonia Dignidad.