Luis García Montero, un poeta que reivindica el diminutivo de García Lorca
García Montero, un poeta que reivindica el diminutivo de García Lorca
Un homenaje a lo habitual y en tono menor. Mantener la estética que Federico García Lorca consideró como “genuinamente granadina”. Allí podemos encontrar parte de la poesía de Luis García Montero, también granadino, quien afronta ahora el reto de dirigir el Instituto Cervantes tras su breve paso por la política como candidato de Izquierda Unida a la Presidencia del Gobierno de la Comunidad de Madrid.
García Montero perteneció al grupo de los escritores de la “poesía de la experiencia”, también conocido como «la otra sentimentalidad», que en los 80 rechaza, en principio, la literatura romántica, por el ‘yo’ sublimado.
“La estética genuinamente granadina es la estética del diminutivo, la estética de las cosas diminutas (…) Lo que se llaman escuelas granadinas son núcleos de artistas que trabajan con primor obras de pequeño tamaño”, escribió Lorca en su conferencia ‘Paraíso Cerrado para muchos, jardines abiertos para pocos’. Se trata de la ceremonia del día a día, donde cada cena es un ritual, cada llamada es un respiro, y la compañía se mantiene atada por el hilo invisible de la cotidianidad.
Lo granadino encuentra en las cosas pequeñas la poesía, y la misión del diminutivo, tan mencionado por Lorca es achicar la grandilocuencia y amputar lo heroico a la existencia. El poeta de la Generación del 28 explicaría que “Granada ama lo diminutivo. Y en general toda Andalucía. El lenguaje del pueblo pone los verbos en diminutivo (…) El diminutivo no tiene más misión que la de limitar, ceñir, traer a la habitación y poner en nuestra mano los objetos o ideas de gran perspectiva”.
Esta presencia de lo íntimo y diminuto está latente en la poesía de Montero. En su libro ‘Completamente viernes’, la encontramos en este fragmento del poema que lleva el nombre del libro:
«Por detergentes y lavavajillas,
por libros ordenados y escobas en el suelo,
por los cristales limpios, por la mesa
sin papeles, libretas ni bolígrafos,
por los sillones sin periódicos,
quien se acerque a mi casa
puede encontrar un día
completamente viernes».
Cuando la experiencia y la vida le han pasado el diminutivo aumenta en presencia. Veremos si esa será la misma actitud que mantenga al frente del Instituto.
García Montero nació en 1958 y es uno de los poetas más importantes de su generación. Militante de IU desde hace años, afirma reivindicar la poesía como forma de resistencia en un mundo «que está renunciando a demasiados valores».
Entre otros de sus títulos, además de ‘Completamente viernes’, están ‘El jardín extranjero’ (Premio Adonais, 1983), ‘Diario Cómplice’ (1987), ‘Las flores del frío’ (1991), ‘Habitaciones separadas’ (Premio Loewe y Premio Nacional de Literatura en 1994), ‘Vista cansada’ o ‘Un invierno propio’. También es adaptador teatral y ha sido reconocido con los Premios Nacionales de Poesía en 1995 y de la Crítica en 2003, entre otros.
Además, es ex catedrático de Teoría de la Literatura en Granada, novelista y ensayista. Sus allegados le consideran un hombre de consenso que defiende que «un libro y un poema» pueden cambiar la sensibilidad de un individuo y crear una conciencia crítica.
Está casado con la escritora Almudena Grandes y es padre de tres hijos. Este viernes su nombramiento ha sido aprobado por el Consejo de Ministros, convirtiéndose en el octavo director del Cervantes, una institución dedicada a promover universalmente la enseñanza, el estudio y el uso del español y contribuir a la difusión de las culturas hispánicas en el exterior.