Carlos Cubeiro: “Los personajes de este libro son amigos que siempre me han acompañado”
‘Raros, radicales y rebeldes’ de Carlos Cubeiro son 66 microbiografías ilustradas de seres peculiares que hicieron de su sueños (o insomnios) su vida.
El ilustrador barcelonés publica Raros, radicales y rebeldes (Modernito Books, 2018), un compendio de minibiografías de personajes que se rebelaron contra su destino.
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La anécdota es siempre reveladora
Sentados en una terraza barcelonesa, cuenta el ilustrador y diseñador gráfico Carlos Cubiero a The Objective que “este libro viene de una costumbre que he adquirido desde hace unos cuantos años de hacer mis propios proyectos al margen de mi trabajo habitual, de mis clases, de mis cubiertas de libros, de mis encargos profesionales. Pero viene también de una voluntad de intentar casar mis dos mundos: el mundo como escritor y el mundo como ilustrador/diseñador. Si lees mucho al final acabas escribiendo”.
Este proyecto se suma a otros suyos anteriores como Crónicas de un diseñador jubilado o Manual de autoayuda para suicidas. Y es lógico que sea un libro dedicado a los otros, pues como dice el ilustrador, quien también es profesor de diseño en la Escuela Massana, “todos mis libros se basan mucho en la obra de otra gente”.
En Raros, radicales y rebeldes se compendian las microbiografías de 67 personajes, y no se trata de vidas ejemplares, sino que más bien quienes habitan este libro son, como escribe Carlos Cubeiro en el prólogo, “seres que han hecho de la diferencia su divisa, afrontando los riesgos que implica vivir sin burladeros, aun a costa de retorcerle el brazo al destino. A pesar de la presión y la inercia de la tribu, ninguno de ellos ha renunciado a construir su vida a imagen y semejanza de sus sueños o de sus insomnios.” En su mayoría se trata de artistas: escritores, pintores, y cantantes, aunque también hay una escultora (Camille Claudel), un cineasta (Orson Welles) y un físico e inventor (Nikola Tesla). Todos ellos son “mujeres y hombres de talento excepcional, profundamente humanos, que han trazado entre su biografía y el arte vasos comunicantes”, sentencia Cubeiro en la introducción.
El método para abordar las biografías, nos cuenta Cubeiro, “fue el de entrar a ellas de una manera insólita, oblicua”, buscando la anécdota, porque la anécdota es reveladora. Hay algunas más poéticas, otras más humorísticas; lo más importante, sin embargo, es manejar buenas fuentes, dice el barcelonés. Y es que Cubeiro no es biógrafo, a pesar de ser un gran lector de biografías, ni su interés era el de realizar una investigación exhaustiva y seria. Los personajes, por contra, están tratados aquí de la manera en la que hablaríamos de un familiar, de un amigo. “Hay una visión cariñosa sobre los personajes, tan familiar que, de alguna manera me permite sacar los trapos sucios de cada uno de ellos sin que ello quede mal”, explica el ilustrador. Al fin: una manera de homenajear a los héroes que han nutrido sus lecturas y su visión del mundo. “Para escribir las biografías –continúa Cubeiro- agarré cosas de diferentes fuentes y realicé una síntesis, cogiendo aquello que me pareció razonablemente cierto. Me quedé con aquello que me parecía una conclusión lógica. Documentales artículos, biografías… para lo único que utilicé la wikipedia fue para lugares y fechas de nacimiento”.
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El germen de este libro: Mariano José de Larra
Nos cuenta Carlos Cubeiro que el origen de este libro es su fascinación por el escritor y articulista español del s. XIX Mariano José de Larra, “porque es un personaje muy raro y extraño. No se le ha reivindicado como se le debería reivindicar. Un personaje con una vida absurda porque con 27 años y todo ese talento se pega un tiro y se borra por un amorío con una mujer casada que no iba a ningún lado. Una persona tan brillante cuya biografía se detiene de un modo tan abrupto. Larra fue intento de la intelectualidad española por ser más europa. Era un afrancesado. Larra era nuevo periodismo avant la lettre.” Así, Larra le sirvió como pieza base para establecer un patrón, y entonces, continua Cubeiro, “empecé a pensar que lo podía ampliar a más personajes y ahí se me vino la lucecita. Y dije, ¡claro: mi panteón sagrado!, esos personajes que me han endulzado la vida, que han provocado que sea más feliz”. A partir de aquí, Cubeiro comenzó a encontrar conexiones naturales entre unos personajes y otros y todo comenzó a fluir, buscando siempre explorar la parte de sí mismo que se suele quedar fuera de sus trabajos habituales.
Para abordar las ilustraciones, en las que su mayor propósito ha sido el de transmitir el espíritu del personaje, Cubeiro se ha basado principalmente en fotos, exceptuando la de Luis Cernuda, que ha hecho de memoria. Todas las ilustraciones, además, tienen un plus, un elemento añadido que a veces los define y a veces es como un juego. Su método es el siguiente: “Primero dibujo a mano. Mi primera aproximación es bocetar a mano, y luego ese boceto lo escaneo e intento trabajar con eso como plantilla luego en el ordenador para no perder la espontaneidad. Porque si trabajas directamente con el ordenador queda muy frío.”
Es cierto que, como reconoce el propio Cubeiro, no hay demasiadas mujeres en el libro, lo cual tiene que ver sencillamente con el hecho de que la elección de los personajes fue una cosa muy visceral, “pero las que hay están tratadas con un espíritu reivindicativo”, puntualiza Cubeiro, quien ya está preparando el segundo volumen de estos personajes raros y queridos, y promete que habrá muchas más mujeres en él; Lou Andrea-Salomé o Bette Davies, entre ellas. “Me están saliendo muchas actrices”, sentencia.