La comedia femenina y LGTBI+ conquista los escenarios
Riot Comedy y LGTBI Comedy Jam son dos espacios de micrófono abierto que amplían las fronteras del humor integrando discursos habitualmente olvidados: el de las mujeres y el de las personas LGTBI.
Riot Comedy y LGTB Comedy Jam son dos espacios de micrófono abierto que amplían las fronteras del humor integrando discursos habitualmente olvidados: el de las mujeres y el de las personas LGTBI.
Hasta hace poco el humor creado por los hombres era la medida universal. De este modo, muchos consideraban la comedia pergeñada por mujeres o de temática LGTBI+ un contenido de nicho, que podría interesar a las personas pertenecientes a estos colectivos, pero difícilmente sería capaz de convertirse en algo mainstream. Por suerte, los tiempos están cambiando y tanto pequeñas salas como grandes teatros acogen espectáculos de micrófono abierto como Riot Comedy o LGTBI Comedy Jam.
“Hay una discriminación, una especie de pared de cristal que impide que las mujeres se suban al escenario por múltiples razones, entre otras, que no se sienten cómodas”, explica Penny Jay, artífice de Riot Comedy, un show que combina monólogos de mujeres con proyecciones o música. “Yo iba a ver muchos open mics y la mayoría de las personas que se subían eran hombres. Entonces empecé a preguntarme por qué no se subían las mujeres”, continúa Jay, que se sentía excluida no solo como cómica sino como espectadora.
Ella y cualquiera se preguntarían entonces, ¿acaso las mujeres no son graciosas? ¿Son más tímidas o más vergonzosas que los hombres? ¿O es que sienten que el escenario no es su sitio? Quizá haya un poco de esto último, por eso Jay se lanzó a crear “un espacio seguro para poder hacer comedia con mis amigas y sentirme muy a gusto, un espacio para poder equivocarnos, tener un discurso común y encontrar un público”, afirma.
A punto de cumplir un año –el próximo 17 de mayo–, este espectáculo de monólogos femeninos y feministas ha pasado de ser una pequeña propuesta en la sala Superlativo a llenar Moby Dick y en mayo ocupará el Palacio de la Prensa. Además de triunfar en Madrid, ha comenzado a girar por toda España, estableciéndose en Barcelona en el Teatre del Raval y debutando en Bilbao, Mallorca, Málaga o Valencia. De manera que Jay ha decidido dejar su trabajo como creativa publicitaria para dedicarse a jornada completa a su criatura. Y al programa de Playz Señoras Fetén, su próximo disco con Los Lomanos o su marca de ropa Kill Joys.
Igualmente ocupada debe estar Elsa Ruiz, cómica transgénero, ilustradora, colaboradora del programa de Risto Mejide en Cuatro Todo es mentira … Y volviendo al tema en cuestión, creadora junto a Albert Boira y Archie Bezos del micrófono abierto LGTB Comedy Jam, que acaba de cumplir tres meses de éxito en la madrileña sala El Intruso, donde se celebra todos los lunes. “Surge dentro del proyecto de Humor de Transmisión Sexual, que es un show que hacemos por teatros de toda España y que estrenamos el año pasado en El molino de Barcelona”, concretamente el 21 de junio de 2018 dentro de la programación del Orgullo. “Nuestro objetivo es dar visibilidad a cómicos con texto dedicado al colectivo LGTB y a otras artes como la poesía o la música”, añade Ruiz, que también ha participado en Riot Comedy.
“Creemos que este show es muy necesario y siempre hemos dicho que el humor es el mejor lubricante de la vida”, continúa Ruiz. “No hacemos comedia exclusivamente para personas que forman parte del colectivo LGTB, sino que mediante el humor compartimos una serie de vivencias y momentos que son accesibles para toda la gente”, asegura. “Yo creo que se puede hacer humor con todo y es muy importante hacer humor desde. Activismo hay de muchas maneras: lo hay más sesudo, de charla, de conferencia, de artículos, de libros, pero la comedia es de consumo muy rápido, muy accesible al público y sabes en todo momento si está funcionando porque el público se ríe o no”, asegura.
Cómo el humor y la comedia han ayudado a Elsa en su transición
De este modo, los cómicos de la LGTB Comedy Jam consiguen hacer humor con la homofobia, la reasignación de sexo, el VIH o el Grindr. “Combatir ciertos estereotipos a través de la risa sirve para bajar la crispación y encontrar un punto en común”, cuenta Ruiz. “Yo particularmente hago humor con lo que vivo, lo que pienso y lo que padezco. En mi caso, hacer humor con mis circunstancias como mujer trans me ayuda a llevarlo. Porque para mí el humor es visibilización. Y hay una cosa curiosa en la comedia y es que buscas la aceptación del público, que te aplaudan y que te rían, entonces para mí tiene un doble componente liberador: cuento cosas que me pasan como mujer trans, el público se ríe y aplaude eso, y me están validando como cómica y como persona”.
📍Riot Comedy Barcelona
➡️ @PennyJayG 😍 pic.twitter.com/jfDRAXXilN— Riot Comedy (@RiotComedyFem) January 20, 2019
Las chicas de Riot Comedy hacen lo propio con Tinder, el machismo, el racismo, la sexualidad o cualquier tema que puedas imaginar. “Más que temas tabú, yo diría que hay gente que se espera que hablemos de ciertas cosas: las relaciones de las mujeres, las peleas entre nosotras, los hombres y cómo nos tratan, y a lo mejor me apetece hablar del terraplanismo como hace Paula Púa o de la última noticia sobre represión de la comedia”, asegura Jay.
Elsa Ruiz explica la transexualidad con el monólogo Pizza con piña
Como mujer trans, Ruiz insiste en la falta de referentes tanto en la comedia como en la televisión o el mundo del espectáculo en general. De ahí la importancia de actuar no como un referente, palabra de la que huye para situarse como un precedente. “Por desgracia en el imaginario colectivo cuando hablas de personas trans solo se piensa en mujeres –no en hombres trans ni en personas trans no binarias – y se tira de estereotipos y topicazos. Obviamente en el imaginario colectivo está La Veneno, por ejemplo. Que no está mal, pero que la sociedad entera tome la medida a las personas trans por una sola me parece incorrecto. Ella tenía su personalidad y su estilo y se representaba a sí misma. Yo tengo la mía. Y nos parecemos tanto como un huevo a una castaña. No tenemos nada que ver en lo personal, pero las dos somos personas trans”, explica. “Desde pequeños nos inculcan el rechazo a lo distinto, a las personas diferentes, cuando precisamente es la característica común a la Humanidad: hay tantas formas de ser persona como personas hay”, añade.
Tanto Jay como Ruiz aseguran que los hombres blancos, cisgénero y heterosexuales son bienvenidos en sus espectáculos. Y se lo pasan pipa. “Antes no se querían reír con nosotras porque nos consideraban inferiores. El problema es ese. Había una predisposición al rechazo, pero ahora cada vez son más y lo disfrutan más. También porque es un discurso totalmente nuevo. Muchos llegan pensando que les vamos a quemar. Y tengo otras preocupaciones como, por ejemplo, yo misma, y como mucho meterte alguna pulla. Cuando comprueban que no todo es lo que dicen en Forocoches, lo flipan”, cuenta Penny divertida.
El feminismo se ha convertido en el amplio paraguas que acoge tanto a las mujeres como al colectivo LGTBI en su búsqueda de la igualdad. En este sentido, Jay afirma: “Al encontrarnos con un movimiento tan fuerte como es el feminismo, nos podemos apoyar entre nosotras y, por fin, hablar. Siempre está ese idiota que me llama feminazi y me dice que no tengo gracia, pero también tengo a 50 hermanas más que se sienten identificadas y se están partiendo el culo con lo que estoy diciendo. Entonces, ¿quién tiene más razón?”. Y Ruiz añade: “El feminismo tiene que ser inclusivo y tienen que estar las mujeres trans, las mujeres racializadas, las mujeres con diversidad funcional y las mujeres psiquiatrizadas. No entiendo el feminismo excluyente a ningún tipo de mujer porque eso es clasismo”.
¡Nuevo webcómic!
(Perdonad el retraso)
Esta semana @gemmuay y yo hablamos de disfrazarse en pareja.¡Compartid si os gusta! ¡Todos los miércoles nuevo webcomic! pic.twitter.com/sWw1dcCUuf
— Elsa Ruiz Cómica (@elsaruizcomica) March 7, 2019
A modo de conclusión, la reivindicativa Jay sentencia: “Estas iniciativas son importantes más que nada porque estamos creando espacios seguros sobre temáticas de las que normalmente no hemos hablado. Mientras más grandes seamos, más vamos a crecer todos. Tenemos que hacer nuestra propia industria porque ellos no nos van a dejar entrar y si nos dejan es bajo sus condiciones. Pero si creamos nuestra propia industria podemos poner nuestras propias reglas”.