Los mejores videojuegos para aprender idiomas
Si te estás plantando dedicar tiempo a los videojuegos en estas vacaciones, ¿por qué no aprovechas también para aprender idiomas?
Parece que ha pasado un suspiro desde que abrimos nuestra agenda y plasmamos en la primera hoja, perfectamente alineados y subrayados, nuestros propósitos para el año nuevo. Quizás se encuentren reflejados en un documento de texto que preside nuestro escritorio, siempre vigilante, como un ojo que nos persigue allá donde movamos el cursor. De repente, sin previo aviso, estamos a mitad de año. Y a muchos nos aterra volver a esa lista y comprobar, otra vez, cuántos buenos propósitos hemos pasado por alto, tal vez olvidados o empequeñecidos por la tiranía de lo inmediato y el día a día.
Pero no hay que desesperar ni dejar que el remordimiento nos martirice; no demasiado, al menos. Por suerte, la llegada del verano es una oportunidad extra. Un pequeño bonus que se nos ofrece, con la promesa del añorado tiempo libre, para dedicarlo a esas tareas personales pospuestas, a esos placeres que no tienen por qué estar ligados a la productividad, o a la mejora de nuestras competencias y capacidades. Es el momento de ver el año medio lleno y no medio vacío.
Seguro que existe un punto en común en muchas de esas tristes listas abandonadas: aprender idiomas, o mejorar lo que ya sabemos de alguno. En el momento en que rescatamos la idea y la colocamos en primera línea, se despliega todo un abanico de posibilidades: cursos intensivos en alguna academia, cursos online que nos permitan mayor libertad; y por supuesto, la ficción, en forma de series, películas o libros. Sumergirnos en la cultura es una de las mejores maneras de mejorar nuestro conocimiento de un idioma o adaptar el oído a distintos tipos de habla. Pero tampoco podemos dejar fuera la interactividad, por supuesto. En este sentido, los videojuegos tienen mucho que decir.
Podemos comenzar por lo más básico: atrevernos a jugar en inglés, sin más. Sin subtítulos en español siquiera, en caso de que nos sintamos aguerridos. Naturalmente, si nuestra intención es mejorar nuestro conocimiento de un idioma a la vez que disfrutamos del juego, es importante escoger uno adecuado: un título de ritmo frenético, donde se nos exija una respuesta inmediata, no será la mejor elección si queremos pararnos a leer y comprender la información en pantalla o los diálogos.
Los RPGs o las aventuras gráficas son una opción bastante útil en este sentido; muchos de los que fuimos adolescentes en la época dorada de ambos géneros les debemos gran parte de nuestro nivel de inglés. Pero hay que romper una lanza por otro género bastante desconocido, e idóneo para practicar un idioma extranjero: la ficción interactiva. Presente en el mundo del videojuego desde sus inicios, las historias que permiten nuestra interacción mediante hipertextos, otorgándonos poder para decidir sobre el desarrollo y el final según nuestras elecciones, son un medio excelente para mejorar o poner a prueba nuestro conocimiento de manera divertida.
Las ficciones interactivas se encuentran a medio camino entre la literatura y el juego, por lo que su componente textual puede ser bastante más elaborado que el que encontramos en otros géneros. Son muy recomendables los títulos de Choice of Games, disponibles en distintas plataformas (PC y móvil), a precios muy asequibles e incluso gratuitos. Ponen el énfasis en la narración, por lo que cuentan con una interfaz muy limpia, pensada para que nos centremos en disfrutar de la lectura y nuestra implicación en ella. En España, como representantes notables del género, tenemos a Cubus Games, quienes acaban de publicar un nuevo librojuego digital para los más pequeños de la casa: Normal Club.
¿Y qué hacemos si necesitamos una guía un poco más definida, un maestro, un sherpa en esto tan complicado de escalar la cordillera de los idiomas? Pues los juegos también pueden echarnos una mano. Uno de los videojuegos para aprender idiomas más populares es Influent, disponible en PC. Basado en el aprendizaje intuitivo mediante la exploración del entorno, Influent nos ayuda a ampliar nuestro vocabulario y pronunciación en más de 15 idiomas disponibles (que deben adquirirse por separado). Se define como un sandbox, es decir, un juego que nos ofrece libertad para descubrir el entorno y aprender a nuestro ritmo. No es tan completo como disponer de un profesor, claro está, pero desde luego es una opción muy divertida y perfecta para iniciar a los más jóvenes.
Con la misma premisa de la exploración como punto de partida tenemos Lingotopia, otro juego disponible para PC a través de la plataforma Steam, en el que encarnamos a una niña perdida en una ciudad sin poder entenderse con sus habitantes. Empleando el inglés como base, Lingotopia nos permite aprender idiomas como el chino, el ruso, el francés o el alemán mientras charlamos con los personajes que nos salen al paso. En este caso tenemos una historia de fondo, por lo que es recomendable para aquellos que prefieran una narración en lugar de la libertad absoluta del sandbox.
Si lo nuestro es la cultura japonesa y queremos, por fin, dar los primeros pasos en su idioma, os recomendamos dos posibilidades: para Steam, Learn Japanese to Survive, una trilogía en forma de RPG clásico que nos permite practicar con los silabarios hiragana y katakana, y con los kanjis. Aprenderlos e identificarlos serán las claves para avanzar en una historia de fantasía, muy reconocible para los aficionados al género. Eso sí, la interfaz está en inglés; puede ser una buena opción para practicar ambos idiomas a la vez. Con una estética menos agradable a la vista tenemos Slime Forest Adventure: un juego para navegador que nos permitirá aprender casi 2000 kanjis, con unas 3000 palabras de ejemplo, y por supuesto una introducción a la gramática.
No queremos que os llevéis a engaño: dominar un idioma no es cuestión de unas vacaciones, por supuesto (¡ojalá!). Pero tampoco tiene por qué ser tedioso. Disfrutar de las posibilidades de la interactividad o de una buena historia son excelentes puertas de entrada. Así que os animamos a escoger un idioma y mirarlo frente a frente, sin miedo, ¡y a seguir tachando propósitos pendientes!