Smachz, un PC gamer con alma portátil
Tras recaudar más de 1 millón de euros en 2016, parece que queda poco para tener con nosotros a Smachz, la portátil española nominada a mejor hardware en el E3
Ahora que todos llevamos en el bolsillo un móvil que nos proporciona acceso a cientos de juegos y entretenimiento en un abrir y cerrar de ojos, podríamos pensar que las consolas portátiles son cosa del pasado. Tan solo la todopoderosa Nintendo sigue confiando en su 3DS, aunque poco a poco la va relegando a un segundo plano, para desgracia de sus todavía numerosos fieles. Su exitosa Switch se mueve entre dos aguas, como híbrido que es de portátil y consola de sobremesa. Un experimento arriesgado que ha salido bien, pero que solo una empresa como la de Kyoto podía haber acometido sin temor al fracaso más absoluto. O, al menos, con la tranquilidad de no acabar hecha añicos si se estrellaba.
No todo el mundo tiene ese paracaídas asegurado, pero todavía hay quien se atreve a lanzarse al mundo de las portátiles. Existe toda una cultura de aficionados que siguen disfrutando de llevar sus juegos favoritos allá donde vayan, en muchos casos gracias a consolas que aprovechan las posibilidades de la emulación, ese conjunto de software que nos permite ejecutar juegos antiguos en plataformas de hoy en día. Numerosas portátiles de bajo coste, en muchos casos fabricadas por la propia comunidad retro, nos permiten recuperar esos clásicos de NES o Megadrive que llevamos en nuestro corazoncito; los ejemplos son demasiados para mencionarlos sin que este artículo se convierta en una página de la Wikipedia. Pero dejémoslas a un lado para hablar de un rara avis, una consola portátil que va más allá y se atreve con todo; que no aspira a vivir de nuestras nostalgia sino a trasladar la experiencia de nuestro PC gamer a nuestro bolsillo (bueno, o nuestra mochila). Nada más y nada menos. Una iniciativa española, además, con el contundente nombre de Smachz.
Un procesador Ryzen V1605, una tarjeta gráfica integrada AMD Vega, una pantalla táctil Full HD, sistema operativo Windows 10 o Linux; y varios modelos con RAM de 4, 8 o 16 GB y almacenamiento interno de 64, 128 o 256 GB. Todo esto se puede resumir en una frase: la potencia de juegos de PC de última generación está disponible en un dispositivo que podemos llevar de un lado para otro. Ya no tendremos que suspirar por nuestra biblioteca de Steam cuando estemos lejos del ordenador. Como muestra tenemos este vídeo reciente en el que vemos un prototipo de la Smachz reproduciendo Sekiro: Shadows Die Twice, uno de los títulos punteros de los últimos meses, con una calidad bastante aceptable.
La historia de Smachz comenzó hace tres años, en las siempre revueltas aguas del crowdfunding. Tres emprendedores de Mallorca, Daniel Fernández, Antonio de la Torre e Ignacio Armenteros tomaron como fuente de inspiración las fallidas Steam Machines, los ordenadores-consola con los que la empresa Valve quiso trasladar el entorno de juego de PC al salón de nuestros hogares, y comenzaron a plantearse otras opciones.
Dos campañas en Kickstarter e Indiegogo les facilitaron el camino: más de tres mil mecenas contribuyeron a recaudar 1.2 millones de euros. El reclamo era de lo más atractivo: se trataba del primer exponente de “una nueva generación de consolas portátiles”, decían, con más de cinco horas de batería y controles configurables para adaptarse a las necesidades de cualquier gamer. Se publicitaba, además, como un centro multimedia, puesto que permitía instalar programas como Skype, Twitch o incluso emuladores. Sin embargo, no dejaba de ser un proyecto muy ambicioso gestionado por un equipo pequeño, por lo que el camino hasta convertirse en realidad ha sido largo y accidentado, con la pérdida inesperada de proveedores como escollo.
Tras un prolongado silencio, el tráiler de lanzamiento se reveló en un foro excepcional: la feria E3 del pasado año, en Los Angeles. En el E3 de este año el equipo mallorquí repitió presencia y parece que el esfuerzo dio sus frutos, ya que Smachz fue candidata al premio de mejor hardware. Por fin, los asistentes a la feria pudieron probar de primera mano el dispositivo y sacar sus propias conclusiones.
Pero ¿qué podemos esperar nosotros, pobres mortales que no soñamos siquiera con acudir al E3? ¿Cuáles son las primeras impresiones que nos ofrece esta portátil tan atípica? Para empezar, a simple vista parece tan lejos de nuestro alcance como ese billete de avión a Los Angeles: el modelo más básico de Smachz, el que cuenta con 4 GB de RAM y 64 GB de almacenamiento interno, cuesta 699 euros. El modelo Pro sube hasta los 899 euros y el Ultra hasta los 1099 euros. Sin embargo, pasado el estupor inicial debemos tener algo en consideración: si la compramos, estaríamos realizando un desembolso similar al de un ordenador portátil. Está claro que, por las características de su diseño, no le sacaremos el mismo partido. Al contrario que un móvil de gama alta, que puede resultar intuitivo y útil para muchos perfiles distintos, solo podremos exprimir todas las posibilidades de la Smachz, incluso como centro multimedia, si somos gamers y estamos habituados a utilizar esa clase de controles.
Las reservas están abiertas a través de la página web y el lanzamiento, originalmente previsto para diciembre del año pasado, tendrá lugar durante 2019, aunque todavía no hay una fecha fijada para ello. En la web podemos encontrar un vago “septiembre”. En Internet, especialmente en Youtube, podemos encontrar algunos unboxings y vídeos de rendimiento, por si nos pica el gusanillo y nos planteamos empezar a ahorrar. Por el momento, no obstante, la acogida de la comunidad de videojugadores parece tibia. Al gamer habitual de PC ya le cuesta, por lo general, trasladarse a jugar en consola de sobremesa, por no hablar del móvil; es bastante probable que, tras el largo proceso para salir al mercado, a Smachz aún le quede el trance de vencer las reticencias de sus potenciales compradores.