Lorenzo, el último Medici: príncipe republicano y socialista
Con Lorenzo se extinguirá una familia que ha existido durante 800 años, que financió a poetas y artistas como Dante Petrarca, Leonardo Da Vinci, Donatello o Sandro Botticelli y que ha dado al mundo reyes, príncipes y tres Papas
Príncipe por imposición, republicano y socialista por elección. Así se define el escritor italiano Lorenzo de Medici, el último descendiente –junto a su hermano– de la saga de una de las familias más poderosas del Renacimiento: Los Medici. Ni Lorenzo ni su hermano tienen hijos, así que con ellos se extinguirá una familia que ha existido durante 800 años, que financió a poetas y artistas como Dante Petrarca, Leonardo Da Vinci, Donatello o Sandro Botticelli y que ha dado al mundo reyes, príncipes y tres Papas: León X, Clemente VII, y León XI.
Lorenzo de Medici nació en 1951 en Milán, pero nunca ha vivido en Italia, pasó su infancia en Argentina y Suiza, y ha vivido en Estados Unidos, España y Portugal, donde reside en la actualidad. Su padre fue un fascista convencido pero con límites: junto con su mujer huyo de Italia a Argentina en 1936, cuando el discurso de Benito Mussolinni comenzó a enfatizar el odio racial. «Esta noche los van a venir a buscar», le dijeron a Lorenzo padre el día que abandonó Florencia. En 1955, con la caída de Juan Domingo Perón, la familia se trasladó a Suiza, donde Lorenzo permaneció casi 30 años. Posteriormente, el escritor italiano vivió 20 años en España, en Sitges.
Atrás quedaron los años en los que los Medici reservaban sus opiniones políticas para lo más íntimo de su ser. Lorenzo habla sin tapujos sobre la política actual, Cataluña o el socialismo español. Lo hace vestido con un traje azul, camisa de cuello italiano y puños con gemelos y unos zapatos marrones muy clásicos. Elegante a la par que discreto.
Durante toda lo entrevista no deja de mirarme a los ojos. Una charla informal que se desarrolla en un escenario que le viene que ni cantado por la tradición familiar: en FERIARTE, la Feria sobre coleccionismo y antigüedades que anualmente se celebra en Ifema. Rodeado de joyas, estatuas y cuadros –la mayoría de ellos a la venta– de épocas pasadas. A apenas 10 metros, un busto egipcio se vende por 28.000 euros.
Comenzamos con la prueba de sonido y le pido que me diga su nombre y de dónde viene: «Hola, me llamo Julio», bromea, y comienza a reír. «En verdad, me llamo Lorenzo; Lorenzo de’ Medici». No necesita presentaciones. Pertenece a la familia que durante tres siglos tuvo en sus manos las riendas del poder.
¿Mucha presión la de ser el último Medici?
Sí, muchísima presión (ríe). La gente siempre espera algo de ti que tú no sabes lo que es. Al final lo importante es no defraudar a la gente. Hace 50 años que estoy acostumbrado a la idea de ser el último de la familia. No es una novedad. No he tenido hijos; no han venido. Esta es la realidad y hay que afrontarla.
¿Quién es su Medici favorito?
Sin duda, Ana María Luisa. Fue la última de otra rama, la del Gran Ducal, y ella hizo una cosa futurista impensable en 1742. Decidió regalar todo sus bienes, nuestros bienes, al Estado, a la ciudad de Florencia, para que las generaciones futuras pudieran ver en un museo todas las piezas de arte que los Medici habían acumulado durante tres siglos.
Ahora las personas pueden ver el arte por internet, pero no es lo mismo. Para mi es un fraude, porque no hay ninguna verificación. Yo puedo ver los cuadros en persona y juzgarlos, es diferente a verlo detrás de una pantalla.
Se dice que a pesar de su influencia a los Medici no les gustaba ostentar…
Siempre ha habido una regla en mi familia que es: si tú eres, eres, no tienes que demostrar nada. Los que necesitan demostrar algo es que no lo son. Si tú sabes que yo soy Lorenzo de Medici y yo me siento Lorenzo de Medici, no tengo la necesidad de sacar mi pasaporte para demostrarlo.
Una cura de humildad como esa no les vendría mal a nuestros políticos…
Yo soy socialista y votaré siempre al partido socialista. Es inútil empezar a votar al partido socialista y mañana dar un voto a un partido que no lo vale, no se puede cambiar de camiseta tan fácilmente. Votar a un partido de izquierda más pequeño es un voto perdido.
En cuanto a los políticos, ninguno de ellos se salva. Ninguno. Por ejemplo, respeto a Pedro Sánchez, pero le falta algo. Igual no debería ir con un bastón en el culo. No lo sé.
Príncipe, republicano y socialista: ¿me lo explica?
Soy príncipe porque he nacido príncipe, pero es un título que yo no utilizo y que no me gusta. Es cosa del pasado. Es muy sencillo, no es falsa modestia, soy ciudadano de una república, Italia, donde la monarquía cayó en 1946, o sea que yo soy el príncipe en una república que ha destruido todos los títulos y los ha anulado y prohibido. No tiene sentido, mi país no existe como tal, como monarquía. Soy socialista porque siempre lo he sido y republicano porque no me queda otra, yo creo que el futuro de los gobiernos va a ser este.
¿Cree que la Monarquía española con Felipe VI a la cabeza debería someterse a referéndum?
Es algo que me he preguntado muchas veces. Si alguien tiene dudas sobre su gobernante, este debería someterse a referéndum, pero te sorprendería que Felipe VI ganaría con gran mayoría, porque como persona, como jefe de Estado, es irreprochable, por mucho que digan los catalanes. Ha sido educado para este trabajo toda su vida y lo hace bien, o por lo menos no lo hace mal. Yo creo que mucha gente lo valora en este país.
A pesar de lo que digan los catalanes significa que Cataluña quiere la república y quema las fotos del rey, o que el presidente Torra no recibe al rey en algunos actos en Cataluña. Esto es una niñería. Felipe VI es el jefe del Estado y los catalanes pertenecen a España aunque no quieran. No van con un pasaporte catalán al extranjero, van con un pasaporte español.
Ha vivido 20 años en Cataluña, ¿qué futuro les queda a los catalanes?
Muy malo. Sufrirán un poco pero al final no cambiará nada. No van a tener la independencia. No lo van a tener nunca porque es algo que deben decidir todos los españoles, a menos que los españoles quieran darles una patada en el culo y que salgan de aquí de una vez, pero eso no les conviene a los catalanes porque el 60% de su comercio es con España. Entonces, por mucho que a la gente se le diga que estará mucho mejor sin España y que será mucho más rica y que les va a ir fantástico, es mentira. De momento 4.000 empresas se han ido de Cataluña, así que la realidad es otra.
¿Estamos viviendo un nuevo renacimiento político con el auge de la extrema derecha?
Yo creo que el origen de los regímenes populistas, de la extrema derecha, viene por el hartazgo de las personas. La gente está cansada de que nada funciona, de que no tiene dinero o de que no hay trabajo, y piensa que la solución fácil es votar a la derecha por que lo va a reordenar todo. No debería ser así pero la gente es tan tonta… basta con ver que se votó a Donald Trump, un hombre que es capaz de crear una guerra en todos los sitios. Ese es el problema, que realmente no somos democracias y dependemos de los hombres fuertes.
Nació en Italia pero nunca ha vivido allí… ¿Dónde va a acabar sus días Lorenzo de’ Medici?, ¿en Florencia?
No, no, no; en Florencia no. Soy incompatible con los italianos. He recibido una educación suiza muy rígida y los italianos son muy caóticos. No desprecio a mi país, Italia, es uno de los más bonitos del mundo, pero allí todo es complicado, desde ir a correos o al banco. Creo que igual termino mis días en Grecia, adoro ese país y los griegos me parecen muy simpáticos. Grecia me da un aire de libertad que no me da otro país.