Cómo llenar las arcas públicas y atraer rodajes internacionales tras la crisis del coronavirus: los incentivos fiscales
Un nuevo marco fiscal pretende atraer una mayor inversión extranjera, ¿será España un destino preferente de grabación?
Escuchando las demandas del sector audiovisual, el Gobierno ha anunciado un aumento de los incentivos fiscales para captar producciones de Hollywood, China o Bollywood. Porque por muchos titulares que ocupara el rodaje de Juego de tronos en nuestro país, lo cierto es que los productores de la serie estuvieron a punto de no volver a grabar en España debido a la ausencia, hasta 2015, de una ley que contemplase estas deducciones. Que, por cierto, nada tienen que ver con las subvenciones. “Por cada euro que Hacienda devuelve a una producción extranjera en incentivos fiscales el estado español ha recaudado entre cinco y seis euros”, asegura Peter Welter, CEO de Fresco Film y productor encargado del rodaje del drama fantástico de HBO en España.
Habiendo entrado toda España en la fase 1 de la desescalada, los rodajes de series y películas ya están permitidos en el conjunto del territorio con las medidas de seguridad pertinentes. Además, un nuevo marco fiscal pretende atraer una mayor inversión extranjera, lo que permitiría a nuestra cinematografía competir a nivel global y posicionarse como un destino preferente de grabación de producciones venidas de Hollywood, China o Bollywood.
En plena crisis del coronavirus, el Gobierno presidido por Pedro Sánchez respondió a algunas de las súplicas del sector audiovisual, que llevaba años pidiendo una mejora en los incentivos fiscales para atraer rodajes internacionales. Resumiendo, las inversiones en producciones españolas de películas, cortos y series podrán beneficiares de unas deducciones fiscales del 30 por ciento para el primer millón de euros y el 25 por ciento para el resto del gasto. Antes, la cifra se limitaba al 20 por ciento. Y el límite máximo de reembolso era de tres millones, cantidad que ahora se eleva a los 10 millones de euros.
Estas medidas forman parte del decreto ley aprobado el 5 de mayo por el ejecutivo para ayudar al sector cultural a hacer frente al grave impacto económico y social que ha supuesto la pandemia. Y llegan cinco años después de que España aprobara su primera ley de incentivos fiscales ante la amenaza de perder el rodaje de Juego de tronos.
“Cuando captamos el rodaje de la quinta temporada, los productores nos dijeron que si no había incentivos como en el resto de países donde grababan no volverían. Y gracias a la ley hicieron la sexta, la séptima y la octava”, cuenta Carlos Rosado, presidente de la Spain Film Commission, ente creado en 2001 para ordenar la promoción de rodajes internacionales en nuestro país y aglutinar las distintas oficinas locales.
Para convencer al Gobierno, entonces presidido por Mariano Rajoy, y al Ministerio de Hacienda, liderado por Cristóbal Montoro, presentaron, entre otros argumentos, las fantásticas cifras de Exodus. Grabada en 2014 entre Almería y Fuerteventura, con un presupuesto total cercano a los 200 millones de euros, la película de Ridley Scott dejó en España alrededor de 43 millones, según la Andalucía Film Commission. “Era más que todo el fondo que tenía el Gobierno para proteger la cinematografía española”, apunta Rosado sobre el presupuesto de ese año, cifrado en 33,7 millones de euros.
Además, el Estado recaudó tres millones de euros en concepto de IRPF y 2,5 millones de euros de seguridad social gracias a los puestos de trabajo generados por el filme: unas 900 contrataciones de entre tres y cuatro meses y 8.000 eventuales y figurantes. Los gastos de alojamiento y hostelería ascendieron a siete millones de euros. Todo esto sin contar otros beneficios indirectos como la repercusión turística tras el estreno. “Estos datos abrieron los ojos del gobierno”, asegura Rosado.
Desde entonces, todos los rodajes internacionales con un productor patrio implicado y un gasto mínimo de un millón de euros comenzaron a disfrutar en enero de 2015 de un incentivo fiscal del 15%, cifra que a mediados de 2017 ascendió al 20% hasta los 15 millones de euros de gasto. De ahí que el descuento máximo fuera de tres millones. El problema es que, con ese límite, las superproducciones huían de nuestro país como explica Peter Welter, CEO de Fresco Films y productor encargado del rodaje de Juego de tronos en España.
“Terminator: Destino oscuro se iba a rodar íntegramente en España con un presupuesto total de 200 millones, de los cuales calculo que unos 100 millones se invertirían en el extranjero. Cuando se enteraron de que el tope de devolución era de tres millones nos dijeron que se llevaban la película a Hungría. Afortunadamente, conservamos una parte y se gastaron aquí 20 millones”, explica el productor, que no entiende que estos límites. Y por si no quedara clara la naturaleza de estas deducciones, insiste: “Gracias a la labor constante de Profilm”, asociación que representa al 90% de las empresas de producción que desarrollan proyectos audiovisuales con terceros países en España, “hemos hecho ver que los incentivos fiscales no son una subvención, sino que es una devolución para atraer inversión de fuera. Por cada euro que Hacienda devuelve a una producción extranjera en incentivos fiscales el estado español ha recaudado entre cinco y seis euros», afirma Welter, miembro de la patronal desde Fresco Film.
Por qué se graba en España: seguridad, diversidad paisajística y grandes profesionales
Adrián Guerra, productor y presidente de Profilm, lo tiene claro: “España no es un destino preferente de rodajes internacionales y, hasta ahora, el territorio peninsular contaba con uno de los peores incentivos de Europa”. Esta situación era en cierto modo compensada por las bondades de nuestro territorio. “Se ha logrado que vengan proyectos por la seguridad que ofrece Europa, la disparidad de paisajes de España, la cercanía y fáciles comunicaciones entre todos ellos, la calidad de sus técnicos, actores o especialistas y el riquísimo patrimonio histórico, pero, a igualdad de condiciones, no éramos la primera, ni la segunda opción para rodar”. ¿Y todo el ruido generado por los títulos arriba mencionados?
“Aunque se venían desarrollando algunos proyectos reconocidísimos internacionalmente, sólo podían hacerlo para algunos capítulos de una serie o para una porción de una película. Porque, a pesar del interés de los responsables de la obra por llevarla a cabo aquí por completo, económicamente no les resultaba viable y preferían viajar a Hungría, Malta, República Checa o Gran Bretaña”, explica Guerra sobre países vecinos donde los incentivos fiscales rondan el 30% y, sobre todo, no tienen un límite.
Según los datos de Profilm, los 35 proyectos que sus socios rodaron en 2019 en España generaron una inversión total superior a los 130 millones de euros, 13.600 contratos y una aportación a la seguridad social de más de 12 millones de euros. Aunque parezcan llamativos, “estos datos contrastan con los 800 millones que los rodajes internacionales han proporcionado a los húngaros, los 200 de los checos o los 186 de los franceses”, apunta Guerra, productor en nuestro país de series internacionales como Penny Dreadful o la película Escuadrón de la muerte a través de Nostromo Pictures.
Con la nueva normativa, España sumará a sus atractivos paisajes o su potente tejido industrial unos incentivos fiscales competitivos, pues la inversión total susceptible de obtener bonificaciones se eleva a 40 millones de euros en la península hasta el máximo antes citado de 10 millones de deducción. “Los beneficios son evidentes: más volumen de trabajo, más empresas de servicios, contratos laborales de mayor duración y, en definitiva, más inversión directa, indirecta e inducida para el país”, afirma el presidente de Profilm, que recuerda que países vecinos han tomado medidas similares ante la crisis del COVID-19.
“Es simplemente imprescindible conocer el calendario de una producción: en abril de 2020 un estudio internacional está decidiendo dónde realizará el rodaje de una producción en febrero de 2021. El Gobierno español efectuará el desembolso de ese incentivo a finales de 2022 o primeros de 2023. Por ese motivo, resultaba primordial para que algunas empresas no cierren, poder contar con ingresos futuros que vendrán seguro si saben ahora que contarán con ventajas fiscales cuando desarrollen aquí su proyecto”, explica Guerra.
“Ahora es el momento de anunciar esto precisamente por el coronavirus”, continúa diciendo en la misma línea Welter. “Con el miedo a querer viajar demasiado una producción que antes hubiera ido a Hungría, Croacia, España y Reino Unido porque le convenía por incentivos y localizaciones ahora se lo piensa porque cuanto menos viajen mejor. Y aquí ahora tenemos tanto mejores condiciones fiscales como una gran variedad de localizaciones donde poder ambientar diferentes partes del mundo”, señala el productor, detrás de los rodajes en España de series como Westworld, Killing Eve y Snatch o la película Spider-Man: Lejos de casa.
Cabe señalar que el decreto ley también rebaja a 200.000 euros el mínimo para que los trabajos de postproducción y preproducción puedan optar al incentivo, otra buena noticia para un sector en alza. “Si una producción realiza en España la mayor parte del rodaje, podría terminar todo el proceso sin moverse, ya que nuestro país cuenta con algunos de los mejores profesionales de esta especialidad del audiovisual. El Ranchito, por ejemplo, ha recibido galardones internacionales por su trabajo en Juego de tronos”, señala Guerra sobre otro de los socios de Profilm.
Las claves para el futuro: un hub audiovisual y una mayor promoción del turismo
Desde la Spain Film Commission Rosado cree que “España ya está en condiciones altamente favorables para no solo ser un buen destino para los rodajes internacionales, que ya lo es, sino de competir en las mejores condiciones”. Si bien reconoce que esta mejora simplemente sitúa a nuestro país dentro de la media de los incentivos fiscales ofrecidos por otros países. Como siguiente paso, sugiere la creación de un hub audiovisual que establezca una línea estratégica común para el sector audiovisual español y una legislación acorde con ese horizonte. “En España no existe una entidad oficial que evalúe el impacto económico, de empleo y de imagen de los rodajes como industria y este es mi objetivo”, afirma.
En este sentido, el turismo cinematográfico es una de sus prioridades. “El turismo de motivaciones es una modalidad que aporta porque este target de turistas tiene mayor poder adquisitivo, es más joven, está familiarizado con las redes sociales y las tecnologías digitales y profundiza más en el conocimiento del lugar y del entorno”, explica Rosado. “Este no es un turismo masivo ni invasivo, sino que por su propia naturaleza es más sostenible”, añade.
De la misma opinión es Welter, que suma el impacto que los propios rodajes tienen en el sector. “En estos tiempos en los que va a haber menos turismo de sol y playa, que nosotros podamos atraer rodajes contribuye a llenar las plazas de los hoteles. Y los técnicos que viajan con estas producciones también tienen un alto poder adquisitivo. Esto ayudaría a combatir la estacionalidad de nuestro turismo y, sobre todo este año, echar una mano al sector turístico”, asegura.
Volviendo a los incentivos fiscales, Guerra señala aspectos a mejorar en el esquema de tramitación. “España tiene un déficit en este sentido, ya que la seguridad jurídica de la inversión no está garantizada debido a la falta de concreción de la ley. Una vez que logremos mejorar este esquema para hacerlo competitivo, estamos convencidos de que España puede convertirse en el plató de rodajes de Europa, con todo lo que ello comporta”, afirma el productor y presidente de Profilm.
Welter, por su parte, explica su situación diciendo: “Lo más difícil aquí es la aplicación. Por poner un ejemplo, en enero de 2020 nosotros recuperamos el incentivo fiscal de dos proyectos que habíamos hecho en 2018, Terminator 6 y Juego de tronos. Ese dinero, nada más recibirlo, va íntegro para nuestros clientes. Hacienda nos devuelve ese importe sin inspección previa y, como esto es un incentivo que se tramita a través del impuesto de sociedades, legalmente nosotros somos los responsables de ese impuesto durante cinco años”. Y concluye: “En nuestras declaraciones nosotros somos muy conservadores, pero esto puede dar lugar a una disputa en el futuro sobre un dinero que yo ya no tengo porque el principal destinatario se lo ha llevado. La solución es fácil, antes de devolverme el dinero que Hacienda me haga una auditoría y con eso se cierra el caso”.