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Marc Ros: “No estoy contento con la época que me ha tocado vivir”

‘El regreso de Abba’ (Suma de letras), es una primera novela notable, que se sostiene perfectamente en sus más de 360 páginas, gracias a la pericia intuitiva de Marc Ros

Marc Ros: “No estoy contento con la época que me ha tocado vivir”

Marc Ros | Foto cedida por el autor

El cantante y compositor de Sidonie, Marc Ros, publica su primera novela, El regreso de Abba (Suma de Letras / Rosa dels Vents): un debut literario sobre la amistad y la música, ambientado en la ciudad catalana de Cadaqués y lleno de poesía, juventud y belleza, que tendrá su «ampliación» narrativa a través de un disco doble que la banda barcelonesa publicará en el mes de octubre.

Una novela de personajes

Confiesa Marc Ros a The Objective que ya ha podido dar rienda suelta a sus motivaciones literarias, sobre todo las relacionadas con la poesía beat, en las canciones de su grupo, Sidonie, pero que sentía que necesitaba algo más, porque las canciones tienen un límite y a él le apetecía explorar las vidas de sus ficciones de una manera más intensa y prolija. “Los personajes de una canción no tienen tiempo de hacer nada más, nos cuenta Ros, se enamoran, ven al demonio, se van de fiesta… pero no pueden cambiar las sábanas, tomarse tranquilamente un gin-tonic o hablar de la gauche divine”.

Pero el caso es que una novela exige bastante más tiempo y concentración que una canción (y también concede un amplio y peligroso espacio a la libertad), así Ros, fijándose en sus ídolos (Kerouac, Tom Wolfe, Ginsberg, Hunter S. Thompson, el primer Hemingway, Fitzgerald), pero también bajo la influencia de algunos músicos (Bob Dylan, Ray Davies, Jim Morrison)  y aprovechando el año sabático que pudo tomarse tras la celebración del 20 aniversario de su grupo, se puso manos a la obra y se lanzó a la piscina. El resultado es una primera novela “que sé que tiene errores y algún acierto y descubrimientos. Pero no deja de ser una primera novela de las que a mí me apasionan. Ese tipo de novelas que se lían un poco, en las que empieza el escritor a improvisar y se sale a veces un poco de la trama, pero pasan cosas chulas”.

Una primera novela notable, que se sostiene perfectamente en sus más de 360 páginas, gracias a la pericia intuitiva de Ros y al conocimiento del tema de estudio del texto. Se nota que Ros ha puesto mimo a los personajes, para que resulten convincentes. Pero se nota también el grado de intimidad. Dice Ros: “Conozco Cadaqués, conozco el mundo de las drogas, conozco el mundo de la noche, de la música y el proceso creativo. Y ahí estaba más cómodo y más preocupado por la forma de la escritura y menos preocupado por documentarme. No quería documentarme mucho, he consultado poco la Wikipedia”. El resultado es una novela de personajes sólidos, poliédricos y complejos; y no solo sus tres protagonistas principales, sino también el resto de secundarios que pululan por el libro.

La prueba del algodón para Ros, en los primeros embates de la construcción de la novela era la siguiente “mi obsesión cuando iba preguntando a mis colegas según escribía el libro era: “¿Tú te irías a tomar una copa con ellos? ¿Podrías ser su colega? Y cuando me respondían que sí pensaba, ‘vamos bien’”.

Quería ser el Fitzgerald mediterráneo

En puridad, El regreso de Abba tiene un aire de familiaridad con A este lado del paraíso, la primera novela del escritor estadounidense Francis Scott Fitzgerald. Ambas comparten la función de ser, en cierta medida, ritos de paso y fungen como elegía del final de un ciclo. En el caso de la novela de Ros esto se concreta en unos días de verano en Cadaqués, en el que dos músicos (Abba y Hugo) se encierran en una casa en Portlligat, tratando de componer un disco conjunto, mientras Domènech, un fotógrafo y realizador, documenta todo el proceso.

Ros confiesa que quería ser “el Fitzgerald mediterráneo” y es cierto que la novela tiene un algo de ensueño vaporoso de una época irremisiblemente perdida. A pesar de las referencias sixties, pero también de la bohemia parisina fin de siècle, aquí la melancolía es creativa y tiene que ver con la infancia y la primera juventud. En todos los personajes ésta funciona como motor de impulso hacia el futuro, como piedra filosofal que vivifica el presente (bien para hacer de él un lugar habitable, bien para demolerlo). En tanto que los personajes fitzgeraldianos van aprendiendo (y desprendiéndose de su pasado y sus cargas) a la carrera, aquí el proceso de conocimiento se produce de manera más situacional, a través de la fuerza de la amistad y la magia de la acción creativa, con la composición de canciones. Y de las drogas.

Marc Ros: “No estoy contento con la época que me ha tocado vivir”
Imagen vía Suma de letras.

Un canto a la belleza

El regreso de Abba es una novela que, en el fondo, es muy Sidonie, en el sentido de que comparte muchas de las referencias emocionales y creativas del grupo. En particular el tema de la belleza perdida, la juventud, las drogas, la cultura francesa y la inspiración hindú. Su valor entonces reside en la profundización de estos temas. Y, en particular, en la función social de los mismos. Esto es, el gran tema de la novela es el desclasamiento gracias a la música, la amistad y las drogas. Confiesa Ros que los diferentes personajes de la novela le permiten diseminarse aquí y allá, construyendo una especie de autoficción fragmentada, que tiene que ver tanto con sí mismo (con sus deseos, miedos y anhelos), como con la galaxia de personajes que han pululado por su vida gracias a Sidonie.

Así, por ejemplo, nos dice que “he intentado expresarme a través de Abba sobre el tema de la creación y los miedos a la hora de componer y llegar a hacer una canción. No hay término medio, se disfruta mucho, pero sufre mucho. Pasas de la euforia a la gran depresión. Eres un genio y luego eres una mierda, una rata.”

Con los personajes de su novela, Ros comparte una idea firme de la belleza. Dice el cantante y compositor y ahora también escritor: “Comparto con Abba el hecho de que no estoy contento con la época que me ha tocado vivir. Antes había más belleza que ahora. Estamos en la época de la fealdad absoluta”.

Uno de los momentos más increíbles de mi carrera

La idea de El regreso de Abba no surgió como proyecto global. Sino que, nos dice Ros, “se construye como un intento de ampliar la novela por otras vías”. Ros estaba escribiendo su novela cuando, en las primeras páginas, y al darse cuenta de que los personajes comenzaban a hacer canciones comenzó a preguntarse sobre si éstas debían existir y cómo sonarían.

El proceso fue una auténtica locura, nos confiesa el músico barcelonés, “pero, al final, cuando estábamos en el estudio de grabación y comenzamos a ver que la cosa funcionaba y que realmente había un diálogo de verdad me alegré mucho. Ha sido uno de los momentos más increíbles de mi carrera como artista”.

La idea es que el disco cuenta lo que van a hacer los personajes una vez se salen de las páginas. Sigue más o menos un orden cronológico. Comienza con Me llamo Abba, hay una suerte de presentación de personajes y la segunda parte (hablamos de un disco doble) se centra en cosas que suceden en la novela. La primer parte sobrevuela la novela y la segunda ya está adentro. Para construir esta contraparte musical, Marc Ros tomó en consideración el consejo de Pete Townshend, de The Who, quien dice que si vas a hacer un disco conceptual has de tener cuidado de que haya canciones que no hable directamente de la trama.

El disco, que se titulará igual que la novela y saldrá a comienzos del mes de octubre, no se puede comparar con ningún otro disco de la carrera de Sidonie, nos dice Ros. “Hemos metido todo lo que nos gusta a nivel musical. Está la chicha peruana que hemos descubierto hace poco, hay más sonidos indios, sitar, tanpura, pero también hay un momento en que se convierte eso en una radionovela, que hay dos actrices recreando un diálogo con base musical nuestra que Abba mantiene con la bailarina rusa”.

Proyectos musicales que van más allá de las canciones

Ha habido en los últimos años una fértil producción de material literario por parte de los músicos underground españoles. Generalmente novelas y poemarios, pero también cancioneros ilustrados o libros de arte, memorias en forma de novela gráfica y rememoraciones varias. Santi Balmes, Yonca Zarco, Ramón Rodríguez, Julio de la Rosa, Nacho Vegas, Kike Babas, Sergio Algora o Francisco Nixon son solo algunos de los nombres que han abierto su creatividad musical hacia la literatura, o quienes han entendido la literatura como un apartado más de su obra global. Sin embargo, se trata de complementos a sus carreras, no de objetos que sean parte de un proyecto ampliado en el que convivan en diálogo ambas disciplinas artísticas. Así las cosas, lo más parecido a este proyecto de Sidonie sería el reciente proyecto de Chucho, el álbum conceptual Corazon roto y brillante (Intromusica, 2020), que se complementa con el libro de Fernando Alfaro Pere y María (Muzikalia, 2020), una obra narrativa a partir de las doce canciones incluidas en el disco. ¿Se convertirá en tendencia?

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