La cabina: el festival de mediometrajes único en el mundo que se celebra en Valencia (y Filmin)

A medio camino entre los cortometrajes y los largometrajes, se encuentran las películas más incomprendidas de la industria: los mediometrajes. Con una duración aproximada de entre 30 y 60 minutos, no pueden competir en los festivales dedicados a sus hermanos pequeños y mayores. A pesar de ser un laboratorio de experimentación tanto para directores noveles como para veteranos cineastas. Para dar cabida a todos ellos nació en 2008 La cabina: un espacio para las nuevas creaciones, lenguajes alternativos y la apuesta de la calidad por encima del formato.

Del 10 al 20 de noviembre celebra su decimotercera edición el único festival del España, y prácticamente del mundo, dedicado exclusivamente al mediometraje, un proyecto surgido de la inquietud por buscar estas propuestas y mostrarlas al público de Valencia, donde se celebra. Y desde hace unos años también a los espectadores de Filmin, que durante los mismos días podrán disfrutar de buena parte de las películas a competición.

Este año La Cabina ha recibido cerca de 300 películas de todo el mundo, de las cuales ha seleccionado 24: una docena competirán en la Sección Oficial, centrada en el cine de ficción, y las otras 12 lo harán en Amalgama, dedicada al cine experimental, el videoarte y el documental. La programación se completa con una selección de películas inéditas que este año incluirán filmes de Michel Gondry, Léos Carax, Joon-ho Bong, Sarah Maldoror y Juan Estelrich y el apartado Fashion Films, donde programan vídeos de moda y publicidad.

“Es difícil elegir, pero a mí, por ejemplo, me gusta muchísimo Revelaciones, un mediometraje colombiano que está en Amalgama y es estreno mundial”, cuenta Sara Mansanet, directora de La Cabina. “Es la conversación telefónica entre el director, Juan Soto Taborda, que está en Londres, y su madre, en Colombia. Y es una historia en la que solo con una llamada sin cortes conoces muchísimo su historia, las problemáticas políticas, de salud y sentimentales que afectan a esta familia”, explica.

“También es estreno mundial Domicílio Incert”, una obra conjunta realizada entre abril y julio de 2020 por los cineastas Davi Mello y Deborah Perrotta, que se intercambiaron estas cartas en vídeo desde São Paulo y Turín en el confinamiento. “Es imperdible Tendre, una producción francesa que estrenamos en España” sobre una historia de amor adolescente. “Y Aloma y Mila compite en la sección oficial. Es una película española de la directora Tuixén Benet sobre dos chicas que se conocen de manera casual. Tendremos a una de sus protagonistas en el programa de Carne Cruda que hacemos en directo”, añade Mansanet sobre una de las actividades paralelas del festival, que realizarán el jueves 12 de noviembre a las 20.00 horas desde La Mutant.

Hablando de la selección de mediometrajes en La Cabina, la directora asegura que valoran especialmente “los contenidos, el tipo de historia que nos cuentan y que haya variedad en cuanto a procedencia internacional: buscamos con mucha intensidad en otros continentes para tener una representación lo más amplia posible”. También tratan de buscar la paridad entre directores y directoras. “Aún no hemos llegado al 50/50 porque no llegan tantas mujeres en las inscripciones, pero en los últimos años está aumentando. Se están aligerando las complicaciones que normalmente tenían las mujeres para dirigir”, asegura Mansanet.

Esta cita cultural toma su nombre de la película de Antonio Mercero La Cabina (1972), ganadora de un premio Emmy. Protagonizada por José Luis López Vázquez, esta cinta tiene una duración es de 34 minutos: el tiempo justo para desarrollar una historia terrorífica y sobrecogedora. Y una muestra más de las posibilidades de este formato.

“Rastreando nos dimos cuenta de que muchos estudiantes proyecto de final de carrera hacen mediometrajes porque son más complejos que un corto, requieren más trabajo de guion, producción, etcétera, de manera que pueden poner a prueba todas sus capacidades, pero no son tan costosos como un largo”, cuenta Mansanet. “Para cineastas más experimentados que buscan contar sus historias sin cortapisas de duración es un espacio de libertad y creatividad”, añade sobre los directores que acuden a su cita.

“Muchos nos han contado que habían tenido que cortar, con dolor, por temas de distribución. Y al revés, todos hemos visto alguna película en la que piensas que sobra metraje”, continúa explicando la directora del festival. “Son artistas que quieren que su obra se vea como la han concebido. Porque muchos escogen el mediometraje, es al revés. Dicen, voy a contar una historia, cuánto dura, 42 minutos, pues vamos para allá”, remata.

Más de 7.000 espectadores disfrutaron de la pasada edición de La Cabina, que este año, debido a la coyuntura actual provocada por la COVID-19, verá sus actividades presenciales reducidas. Sólo habrá una sesión de Sección Oficial por día, con sede en La Filmoteca de Valencia a las 18.00 horas, en la que se proyectarán tres mediometrajes. Por su parte, la Sección Amalgama pasará a tener dos sesiones en las que se proyectarán dos mediometrajes (en su primer pase a las 18 h.) y un mediometraje (a las 20:30 h.) en el Centre Cultural La Nau de la Universitat de València. En todas las salas se cumplirá con la distancia física, habrá gel hidroalcohólico y los asistentes deberán llevar mascarillas. Además, ofrecerán entrevistas y encuentros online con los artistas internacionales y nacionales que exhiben su obra.

El Festival Internacional de Mediometrajes de València La Cabina está coorganizado por el Aula de Cine del Vicerrectorado de Cultura y Deporte de la Universitat de València y el Institut Valencià de Cultura, con la colaboración de Conselleria de Cultura a través de la Direcció General de Cultura i Patrimoni, Regidoria d’Acció Cultural de l’Ajuntament de València y Diputació de València y con el patrocinio oficial de Caixa Popular y Cerveza Turia.