Estudio anatómico de El Palmar de Troya

El 30 de marzo de 1968 fue sábado. Todo empieza con la inocencia de cuatro niñas que dicen ver a la Virgen entre unos arbustos en la finca de La Alcaparrosa. O mejor dicho, primero creen ver un toro de cuernos verdes, luego les parece que podría ser un ahorcado y por último, se dan cuenta de que es la cara de una mujer que las mira complacida y les sonríe. En ese preciso momento aún nadie lo sabe pero acaba de plantarse la semilla de la secta de El Palmar de Troya. Con la perspectiva del tiempo, podemos tomar este primer relato de la aparición como una buena metáfora de lo que vendría: una mezcla exacta de surrealismo, tragedia y ardor místico. 

≪Dejad que los niños vengan a mí≫ Marcos 10:14

Unos días más tarde Massiel nos regalará la gloria ganando Eurovisión con el ≪La, la, la≫, en ese momento ya no queda ni una ramita de los arbustos donde se apareció la Virgen. Beatos y curiosos han ido arrancándolos hasta convertir el lugar en un páramo inhóspito. Técnicamente la fe no necesita pruebas pero ¿quién no querría tener un souvenir del milagro a modo de reliquia?

Además de las niñas, otras vecinas dirán haber visto a la Virgen en el mismo lugar. De una manera inocente y folclórica, con la banalidad de la idolatría popular, se corre la voz por los alrededores. La finca de La Alcaparrosa se convierte en una atracción más para familias que van el fin de semana a la playa y hacen parada a la vuelta en El Palmar para ver si a la Virgen le diese por aparecerse otra vez. En pocas semanas se les unen peregrinos profesionales que hacen las rutas de las apariciones de la época: Fátima, Lourdes, Garabandal… La primera congregación huele a aftersun, filete empanado frío e incienso. 

≪Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, y dentro son lobos rapaces≫ Mateo 7:15

En plena dictadura, un entorno pobre y poco ilustrado se convierte en el centro de atención porque la Virgen parece haberlo elegido para aparecerse sin parar y comunicarse con sus vecinos. La picaresca y los buscavidas llegan aproximadamente un año después, son Clemente Domínguez Gómez y Manolo Alonso Corral, actor principal y guionista de esta trama. Da igual que no fuesen los primeros en llegar, se agarrarán tan fuerte esta historia que, oyéndolos y viendo las performances de Clemente dará la sensación de que fue él quien invocó a la Virgen para que se apareciera. 

Con esto no quiero decir que las anteriores visiones fuesen verdaderas y estas no, pero lo que sí es seguro es que, como nos explica el autor de ¡Milagro! Éxtasis y sombras en El Palmar de Troya, nadie hasta ese entonces le sacó rendimiento más allá del protagonismo, con ellos llegó la lucha por hacerse con el control. 

Jorge Decarlini señala en este punto que la base sobre la cual se asienta toda la empresa de la secta de El Palmar es la desilusión general con el Concilio Vaticano II. En un país como España, donde el nacionalcatolicismo era una columna fundamental de régimen, no se esperaban que Roma diese ese golpe de timón y reconociese, por ejemplo, la libertad de religión y conciencia, así como la dignidad humana. De repente, la Iglesia Católica resultaba progresista y eso, curiosamente, no se calificó de milagro. El Vaticano estaba decidido a desligarse del franquismo y Franco no se lo perdonaría jamás. 

En este punto exacto de crispación, Clemente y Manolo despliegan su estrategia para cerrar filas en torno a la tradición, negar el aperturismo y llevarse con ellos a todos los fieles  estupefactos ante este cambio de rumbo de la iglesia. Siempre habrá descontentos a los que toda disciplina les parece poca, aquellos que se escandalizan porque confunden libertad con falta de orden. Esos, los asustados por el miedo al caos y al libertinaje, fueron los primeros en alistarse. Algunos de ellos nunca volvieron a la vida normal. 

≪Escribe, pues, las cosas que has visto, tanto las que son, como las que han de suceder después de estas≫ Apocalipsis 1:19

Jorge Decarlini traza una cronología de los hechos amplia y detallada. Con un estilo ágil y ameno va colocando en escena todas las pequeñas piezas de este rompecabezas enorme que cuenta una historia divertida y oscura al mismo tiempo. En las páginas de ¡Milagro! hacen cameos Antonio Burgos, Dan Brown, Camilo José Cela, Gonzalo Torrente Ballester, Sinéad O’Connor y una señora de Wisconsin, entre otros. La secta de El Palmar parece minúscula pero sus tentáculos llegan a donde nadie se podría imaginar y Decarlini sigue todas y cada una de las pistas. Con la cantidad de personajes que protagonizan y se cruzan en esta historia podría perfectamente haberse escrito un índice como los de las grandes sagas míticas e incluirlo junto a la bibliografía. 

Léan ¡Milagro! y ríanse a gusto pero no se dejen engañar por la parte de ópera bufa, la de El Palmar de Troya es una secta peligrosa con todos los ingredientes sórdidos dignos de la peor trama oscura. Por eso, precisamente, no deben perderse este libro y por eso también, cuesta entender que en esta época dorada de las series a nadie se le haya ocurrido crear una ficción con este guion que no necesita ni una gota de inventiva.