The Life and Suffering of Sir Brante, buscando el sentido a través del grimdark
¿Seremos capaces de renunciar a un camino para acceder a otro, sin tener claro qué es lo correcto?
Hemos sido testigos, no hace mucho, del resurgir de los libros de Elige tu propia aventura, con cierta controversia a causa del cambio en las portadas, ahora con un estilo mucho más naif y colorido. Como siempre, la polémica viene de la mano del cambio generacional y las distintas perspectivas que esto implica. Lo relevante aquí no deberían ser los juicios de valor, sin embargo, o el creer —casi siempre erróneamente— que «cualquier tiempo pasado fue mejor», sino constatar que se trata de un formato que puede seguir evolucionando y atrayendo el interés sin perder fuelle. Y en este sentido, cómo no, el videojuego tiene mucho que decir.
A la hora de pensar en librojuegos digitales, hay compañías de referencia que nos vienen a la mente enseguida a poco que tengamos algún conocimiento del género: Inkle Studios, Tin Man Games, Choice of Games, Cubus Games en nuestro país. En plataformas como Itch.io podemos encontrar trabajos de todo tipo, pero es cierto que no son muchos los estudios noveles que se atreven a nivel comercial con este género sin un respaldo previo de audiencia. Así que la llegada de Sever al mundillo, con The Life and Suffering of Sir Brante, es refrescante y sin duda un ejemplo de valentía.
Un estilo artístico que emula aquellos dibujos en blanco y negro de los librojuegos originales; el refuerzo de la capacidad inmersiva gracias a los efectos sonoros y la actuación de voz; y, fundamentalmente, una escritura interesante y concienzuda. Estamos ante un título ambicioso, que sabe bien qué cartas debe jugar, y no duda en aportar su granito de arena trabajando a fondo la narración, que suele quedarse coja en el género.
Sin resultar rompedor de forma dramática, The Life and Suffering of Sir Brante, lanzado en Steam el pasado 4 de marzo, aprovecha de manera inteligente los principales tropos del grimdark, un subgénero de la literatura de fantasía que ha acaparado las miradas de los aficionados en los últimos tiempos. El término es un híbrido entre dos ideas, lo oscuro y lo funesto. Las historias grimdark son aquellas en las que la esperanza o la heroicidad no suelen existir, o al menos no a través de los cauces que consideraríamos «felices».
Hay salidas y modos de luchar contra la injusticia, pero casi siempre derivan en experiencias agridulces o se hace necesario aceptar pérdidas irreparables. El grimdark se construye en oposición a la fantasía heroica, mostrando mundos imaginados a través de la estética del realismo sucio; se regodea en esa crudeza que aquella trata de esconder o minimizar, en el cinismo que no nos deja apenas respiro. Aunque puede verse como una marca comercial, lo cierto es que es, más que ninguna otra cosa, una respuesta a los tiempos que vivimos. El desencanto nos golpea a diario, y muchas personas encuentran más fácil identificarse hoy en día con los personajes desesperanzados y castigados de Canción de Hielo y Fuego o la saga de Geralt de Rivia que con los de Tolkien, Lord Dunsany o C.S. Lewis.
Para alguien que no esté familiarizado con el grimdark, The Life and Suffering of Sir Brante puede ser una puerta de entrada excelente y accesible —siempre que sepamos desenvolvernos leyendo en inglés, claro—. Desde el principio nos deja claro de qué modo va a subvertir algunos de los postulados de las historias fantásticas. Nuestro protagonista nace en un mundo en el que el destino de las personas está marcado por los designios de dos deidades gemelas, un poco al estilo de las castas hindúes. Dependiendo de esto, es posible nacer noble o plebeyo. Sin embargo, cuando asistimos a esos momentos iniciales, en los que se determina nuestra alma, nos damos cuenta de que hay algo tras los dioses. Una tercera presencia, quizás una entidad con el mismo poder, capaz de determinar nuestro destino. ¿Es posible llegar hasta ella? Y si lo hiciéramos, ¿cuál sería el resultado de nuestra vida?
La agencia del jugador está personificada en esta entidad misteriosa, y también se vincula directamente con la voluntad de cambiar lo establecido, aunque sea a través del dolor, que es consustancial al grimdark. A lo largo del librojuego seguiremos la vida de nuestro personaje, nacido en una familia noble, y le ayudaremos a decidir su identidad y encontrar su lugar en el mundo a través de decisiones que irán forjando su carácter —determinado, como en un RPG, mediante estadísticas—. Nuestra complicada relación con nuestro padre y nuestros hermanos, las amistades de infancia, las decisiones que tomemos con respecto a nuestra pertenencia en sociedad; todo ello irá abriendo ramificaciones narrativas a las que podremos acceder. Algunos caminos quedarán vetados para siempre, aunque podremos ver esas elecciones que hemos perdido. Y, tal vez, preguntarnos si hemos escogido las alternativas correctas… El principal punto de inflexión llegará cuando nuestro padre nos envíe a estudiar a Eterna, la capital del Gran Imperio, y nos encontremos en medio de un clima revolucionario. Las castas bajas han decidido que no quieren seguir bailando al son de las leyes restrictivas, sino crear sus propias normas y tener peso por sí mismas. La Inquisición eclesiástica, garante de los designios de los dioses gemelos, tratará de impedir esto. Y nuestro personaje se hallará justo en el ojo del huracán.
Hemos acumulado experiencias, hemos tenido encuentros y desencuentros. La capacidad de decisión, al contrario de lo que sucede en otros títulos narrativos de carácter más lineal, es real y está en nuestras manos. ¿Seremos capaces de renunciar a un destino para acceder a otro, sin tener claro qué es lo correcto?
La lucha de clases, el descreimiento frente a las normas divinas, la necesidad de gritar nuestra identidad en un mundo que nos trata casi siempre con condescendencia. La carga que llevaremos en este librojuego será pesada, y la atmósfera ominosa, siempre presente, no lo hará más fácil. Como jugadores, puede que nos preguntemos por qué estamos aquí, si todas estas cosas ya son suficientemente complejas en el mundo real. Pero la sólida escritura y los inteligentes puntos de giro harán muy difícil que podamos dejar de pasar páginas, o que nos resignemos a abandonar a nuestro protagonista a su suerte. Al fin y al cabo, lo hemos visto nacer; qué menos que acompañarle hasta que le llegue el momento de dejar el mundo definitivamente. Su búsqueda de sentido es la nuestra, al fin y al cabo.