Castelvines y monteses: En clave de comedia, Lope de Vega imagina otro destino para Romeo y Julieta
Castelvines y monteses, de Lope de Vega, interpretada por la Compañía Nacional de Teatro Clásico, con puesta de Sergio Peris-Mencheta, ofrece una maquinaria teatral perfecta en la que los artistas, además de cantar y bailar, ejecutan instrumentos musicales
Matteo Bandello, autor del Renacimiento, recogió en un cuento la leyenda medieval sobre la desdicha de dos jóvenes amantes de Verona, un amor imposible cuyo obstáculo era la enemistad entre sus familias. La sfortunata morte di due infelicissimi amanti es la fuente que inspiró casi de modo simultáneo –se desconoce con exactitud quién fue el primero en trasladar este mito a la dramaturgia– a dos genios del teatro.
William Shakespeare escribió Romeo y Julieta, una tragedia, mientras que Lope de Vega imaginó un final más piadoso, y, en clave de comedia dio forma a Castelvines y monteses. Los estudiosos del Siglo de Oro español a menudo se encuentran con la dificultad de precisar las fechas de las obras, porque aunque algunas obras se representaran en teatros, demoraban quizá en ser publicadas, como ocurrió con esta tragedia de Lope, editada póstumamente en 1647.
«Desde que existe el mundo hay una cosa cierta: unos hacen los muros y otros, las puertas». Con este verso de Carlos Varela desplegado en el telón el espectador ingresa en la sala y minutos después es transportado a Verona, a un tiempo que no se precisa (ni tampoco es necesario). Sergio Peris-Mencheta, polifacético artista que dirigió la elogiada producción Lehman Trilogy, un espectáculo insignia del maravilloso momento que atraviesa el teatro español, propone esta original puesta –siempre fiel a los versos de Lope–, una producción de la Compañía Nacional de Teatro junto con Barco Pirata Producciones Teatrales.
Castelvines y monteses es un espectáculo total, una maquinaria perfecta, inteligente, dinámica y entretenida. El director propone a sus trece artistas un desafío interpretativo y físico que deslumbra a la audiencia: el elenco de actores (siempre fieles a los versos octosílabos), como figura en el programa de mano, se desempeña también como orquesta, coro y cuerpo de baile. Muchos de ellos además trepan muros durante los tres actos que integran esta versión de 135 minutos.
Lope de Vega recrea el amor entre Roselo (Andreas Muñoz) y Julia (Paula Iwasaki), pero, a diferencia de la tragedia de Shakespeare, donde solo los protagonistas son atravesados por la pasión, en Castelvines y monteses también surge un romance entre los desopilantes Celia (María Pascual) y Marín (Xabi Murua), y entre Dorotea (Almudena Salort) y Anselmo (Gonzalo Ramos), primos de los protagonistas. Tampoco se encontrará el espectador con Mercucio o la nodriza de Shakespeare, ni con balcones. Estos últimos, en la mirada que propone Lope, son muros, símbolo de los obstáculos que padecen los amantes para encontrarse. Curt Allen Wilmer diseña la escenografía y los espacios de Verona, interiores y exteriores, donde se mueven estas inquietas criaturas que trepan, bailan, pelean y aman.
Hay un gran protagonista en esta versión: la música. Castelvines y monteses es un texto clásico y también teatro musical de excelencia, dirigido por la batuta de Joan Miquel Pérez. Hay un total de 15 temas, entre originales y otros famosos de la canción italiana, entre ellos de Mina y del recientemente fallecido Franco Battiato.
Adaptar una obra de casi cuatro horas de duración implica un riesgo y una aventura a la que no muchos espectadores están dispuestos a sumergirse. Peris-Mencheta junto con José Carlos Méndez efectuaron la adaptación del texto original y a su vez incluyeron otros textos de Lope (como el soneto Ir y quedarse, que de modo conmovedor recita y canta Iwasaki en el tercer acto). También hay un soneto de Francisco de Quevedo que pronuncia el personaje de Anselmo, y textos de Francisco de Rojas Zorrilla. Aquellas partes más importantes del material omitido, son, en los dos brevísimos intervalos, rescatados. Siempre, en clave de comedia, aparece Director´s Cut donde se comentan los andariveles de las subtramas que no se han recogido en la puesta.
«Quien lo probó lo sabe», escribe Lope en su célebre soneto sobre el amor. El espectador sale de la sala cantando, saboreando aquello que acaba de presenciar en Castelvines y monteses, y también, y tras esta experiencia, un poco enamorado.
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Castelvines y monteses
Sala Principal del Teatro de la Comedia
De martes a domingo · 19hrs · Hasta el 13 de junio