La pasión de Tosca hace vibrar a Madrid
La valentía y la astucia de la primma donna que da nombre a una de las óperas más célebres y representadas de todos los tiempos, Tosca, interpretada por grandes artistas del género, es ovacionada en El Teatro Real
Javier del Real | Teatro Real
Icono de la ópera, obra maestra universal por su partitura, de Giacomo Puccini, y su libreto, del propio Puccini y de Luigi Illica, Tosca, hace vibrar a Madrid con su pasión. Nicola Luisotti, director musical de esta puesta, y Paco Azorín, director de escena, ofrecen en El Teatro Real este espectáculo que también se emitirá el 11 de julio, a las 23, en La 2 de TVE. Con un aforo del 66% de la sala, para conservar la distancia social, esta fastuosa producción que se estrenó en 2014 en el Teatro del Liceu, regresa con una ovación.
Tosca, coproducción del Gran Teatre del Liceu de Barcelona y del Teatro de la Maestranza de Sevilla tiene tres diferentes repartos que encarnan los tres protagonistas de esta tragedia: las sopranos Sondra Radvanovsky, Maria Agresta y Anna Netrebko interpretan a Tosca; cuatro tenores, Joseph Calleja, Michael Fabiano, Yusif Eyvazof y Jonas Kaufmann, componen a Mario Cavaradossi; y tres barítonos, Carlos Álvarez, Gevorg Hakobyan y Luca Salsi, le dan vida al Barón Scarpia.
«Tosca es una ópera perfecta. Hay otras operas que musicalmente son una maravilla, pero que dramáticamente no se sostienen», decía Azorín en la presentación del espectáculo para la prensa.
El experimentado director español, es también escenógrafo (ha trabajado con Lluís Pasqual o Carme Portaceli), y este virtuosismo es nítido en el diseño que ha realizado de los tres espacios principales donde se ambienta la acción: la iglesia Sant’Andrea della Valle, el Palazzo Farnese y el Castel Sant’Angelo. La ampulosa escenografía circular, por donde se cuelan proyecciones, es también un personaje y, sin desvelar el efecto, la transición del segundo al tercer acto no se oculta detrás del telón, sino que el espectador contempla con admiración aquellos mecanismos que propone Azorín.
Por su parte, Nicola Luisotti, el maestro italiano, quien fuera director del Teatro de San Francisco, dirige su novena ópera en el Teatro Real. Luisotti tuvo antes a cargo, entre otras, la aclamada versión de Turandot, de Bob Wilson, en 2018.
Este melodramma en tres actos del creador de La Bohème y de Madama Butterfly está basado en la obra de teatro La Tosca (1887), de Victorien Sardou, que fue estrenada en el Teatro Costanzi de Roma el 14 de enero de 1900, protagonizada por Sarah Bernhardt, y, ese mismo año, en diciembre, en el Teatro Real de Madrid.
La acción dramática de Tosca está concentrada en dos días: el 14 y el 15 de julio de 1800, en el norte de Italia, tras la batalla de Marengo, en el norte de Italia, donde las tropas Napoleón se enfrentaba contra las de la despótica reina María Carolina, hermana de María Antonieta, quien rechazaba sucumbir ante el avance de quien luego se convertiría en emperador. Puccini hace hincapié en la trama política e intelectual, en la lucha de dos posturas irreconciliables: los liberales, voltarianos, y los conservadores. En esta versión Azorín incluye un personaje que no se encuentra en el libreto original, una mujer que simboliza la revolución y que evoca La Libertad guiando al pueblo, de Eugène Delacroix. Testigo, musa y silencioso espíritu acompaña a los personajes en su lucha, con astucia o con lealtad, por la supervivencia y en su camino hacia la libertad.
La Tosca, una famosa y bella prima donna, mantiene un vínculo apasionado con el pintor Mario Cavaradossi, quien se encuentra en la iglesia Sant’Andrea della Valle trabajando en el retrato de María Magdalena. Allí, el artista descubre a un preso político que se acaba de escapar y, sin dudarlo, le brinda su ayuda. Este plan lo esconde incluso de Tosca, pues teme que ella le cuente a su confesor y luego sean acusados ante la cruel policía romana, ejercida por el tirano Scarpia. Tosca es también una mujer presa de celos ardientes y, cual Yago, en Otello, será manipulada por el sádico Scarpia para romper el vínculo que tiene con Cavaradossi. Tosca, caprichosa, incluso infantil, revela su verdadera naturaleza en el segundo acto, donde despliega su lealtad, su independencia, su lucha a ser poseída y sus valores.
Tosca es, desde la dramaturgia, una ópera interesantísima porque no solo es el primer plano de la acción, sino también el segundo plano (allí se escuchan los alaridos de las torturas y la interpretación escénica de la cantante), aquello que desata las acciones y la furia de sus personajes. La marquesa Attavanti, por ejemplo, cuya belleza envidia Tosca, jamás aparece en escena.
«El principio de la opera parece escrito por alguien que odia a los tenores, tiene una gran dificultad que exige mucho esfuerzo del cantante, luego se relaja, y adquiere un gran lirismo», bromeaba Joseph Calleja, quien interpreta a Mario Cavaradossi, en la rueda de prensa. Si bien las convenciones de la ópera no ven con buenos ojos el aplauso después de las interpretaciones, como «E lucevan le stelle», la ovación irrumpe en el Teatro Real, como también lo hicieron los bises a Sondra Radvanovsky la velada del estreno. Además, el coro es un personaje fundamental de la obra y brillan los pequeños cantores de la Joven Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid (JORCAM).
Un trágico triángulo amoroso en plena revolución 👀 Este sábado, no te pierdas este ‘thriller operístico’ desde el Teatro Real: Tosca, de Puccini con @SondraRadvan, @MalteseTenor y Carlos Álvarez 🎶 ¡En abierto! #YouTube #MyOperaPlayer ▶ https://t.co/WSZ8WnZO5Z #ToscaLive pic.twitter.com/64sG8ZIMk6
— Teatro Real (@Teatro_Real) July 6, 2021
La pasión de Tosca vibra dentro y fuera del Teatro Real. El 10 de julio, a las 21, será retransmitida en la Plaza de Oriente y en la Plaza de Isabel II, con aforo limitado a 1000 asientos, y también podrá verse ese mismo día, también a las 21, en MyOperaPlayer y en los canales de YouTube del Teatro Real y de RTVE.
Los clásicos siempre regresan y en esta ocasión vuelve Tosca con la fuerza de un huracán, intempestiva e inmortal.
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Tosca, de Giacomo Puccini
Del 4 al 24 de julio.
