Frankenstein y Drácula, compañeros desde la distancia
‘Frank and Drake’, del estudio español Appnormals, es un caramelito visual que nos presenta a dos compañeros de piso bastante peculiares
Si pensamos en dos de las criaturas de ficción que más adaptaciones han tenido en la cultura popular, es bastante probable que el monstruo de Frankenstein y Drácula nos vengan a la cabeza enseguida. Dos personajes muy distintos en apariencia, que sin embargo representan respuestas a un mismo dilema universal: nuestra inquietud por el misterio de la muerte y nuestro deseo secreto de burlarla de algún modo.
También es frecuente imaginarnos cómo vivirían en nuestro mundo actual. ¿Cómo sería un monstruo de Frankenstein ideado por un científico moderno? ¿Y un conde Drácula que tuviera a su disposición miles de jugosos cuellos en la noche de una gran ciudad? No hay que rebuscar demasiado para encontrarnos películas, series de televisión, cómics, novelas con premisas como estas, ya sea trasladando a ambos personajes directamente o utilizando alter egos simbólicos. Esta segunda aproximación, a medio camino entre ambas reinterpretaciones, es la que escoge el estudio español de videojuegos Appnormals para su Frank and Drake. Una aventura de puzles narrativa que todavía no cuenta con fecha de salida, pero ya ha podido enseñarnos sus cartas en una prometedora demo en Steam.
Con ese título, está claro que no hay que explicar quién es quién. La novedad se encuentra en que ambos personajes interactúan de un modo peculiar: son compañeros de piso. Frank es un joven silencioso, taciturno, que trabaja como conserje en su edificio. Vive solo, pero cierto día recibe la noticia de que va a tener un compañero, un tal Drake. La particularidad de Drake es que trabaja siempre en turnos de noche, por lo que es probable que no se encuentren: cuando uno regrese del trabajo, el otro se marchará. Sin embargo, siempre pueden comunicarse a través de notas y cartas. Además, ambos se encuentran conectados por un nombre misterioso, Ham. La persona que les tutela, aparentemente, y quien da la noticia a Frank sobre su nuevo compañero mediante una carta. ¿Quién es y qué les une?
Frank and Drake llama poderosamente la atención en lo visual desde el primer momento. Al uso de la rotoscopia, una técnica más que conocida en la animación que consiste en dibujar a los personajes sobre modelos reales, se une la sensación de que los colores y las sombras están siempre en constante movimiento, de modo hipnótico, aportando dinamismo desde imágenes que parecen estáticas y planas. Nos recuerda a otra técnica, menos habitual y ya prácticamente en desuso, la squigglevision.
El término ‘squiggle’ significa ‘garabato’ en inglés: esta técnica de animación nos muestra imágenes de bordes temblorosos que parecen estar siempre dibujándose, siempre a medio hacer. Fue patentada por Tom Snyder y se convirtió en la seña de identidad de las series de su estudio, Soup2Nuts, entre 1995 y 2004. Aunque Frank and Drake no emplea exactamente el mismo estilo, las similitudes son evidentes.
Cuando ya tiene nuestra atención desde lo visual, es cuando Frank and Drake despliega una narrativa de lo más interesante. Jugaremos las historias paralelas de ambos personajes, durante el día y la noche. El distinto modo en que perciben el mundo se mostrará a través de su interacción con los objetos, y sobre todo de sus pensamientos y soliloquios.
Frank, como no podía ser de otro modo, es bastante callado: cuando estemos en su papel, el juego puede parecer mucho más pausado e introspectivo. Los objetos a su alrededor se dirigen a él como si tuvieran vida propia, y es que son sus aliados secretos: Frank parece haber perdido la memoria y necesita apoyarse en ellos para tratar de recordar. En cambio, Drake será mucho más explícito y dramático en su manera de entender el mundo. Mientras que Frank observa todo con serenidad, Drake lo hará con afectación, y sus escenas serán mucho más ricas en narración directa. Esta diferencia también se manifiesta a través de la tipografía de los textos en pantalla: mientras que la de Frank es sencilla, sin ornamentos, la letra de Drake será otra forma de mostrarnos su personalidad intrincada.
Los dos compartirán, sin embargo, la misma curiosidad por el otro. Por ese compañero de piso al que les une un vínculo común, y que están destinados a no encontrarse cara a cara. Examinando los objetos en el piso que comparten, leyendo notas, podrán ir aprendiendo y descubriendo aspectos del otro y su relación irá cambiando: comenzará siendo inexistente, después menos fría y distante, y puede llegar a convertirse en una verdadera amistad. Todo dependerá de nuestras decisiones y de los caminos que elijamos durante los siete días que dura la historia.
La demo de Frank and Drake deja muchos misterios por resolver y nos presenta los primeros compases de una historia prometedora, que sabe equilibrar dos estilos narrativos muy diferentes en apariencia. Al final, todo se reduce a una decisión. ¿Queremos centrarnos en nosotros mismos o abrirnos, de algún modo, a ese desconocido con el que tal vez tenemos más de lo que pensamos en común?