Amancio Ortega, más allá de Inditex
Amancio Ortega es el segundo hombre más rico del mundo. Pero el dato es susceptible de cambiar en cualquier momento, porque la lista de millonarios que históricamente elaboraba solo de forma anual la revista Forbes se ha convertido ahora en una moderna clasificación en tiempo real y, como ya titulaba la propia publicación hace unos meses, «Lo que fácil viene, fácil se va. Amancio Ortega y Bill Gates se turnan la posición de hombre más rico del mundo». Porque el pasado septiembre, ambos intercambiaron el título en al menos cuatro ocasiones. Un mano a mano que hizo que durante las horas que duraron los dos sorpassos de Inditex el gallego se convirtiera en la persona más acaudalada del planeta.
Amancio Ortega es el segundo hombre más rico del mundo. Pero el dato es susceptible de cambiar en cualquier momento, porque la lista de millonarios que históricamente elaboraba solo de forma anual la revista Forbes se ha convertido ahora en una moderna clasificación en tiempo real y, como ya titulaba la propia publicación hace unos meses, «lo que fácil viene, fácil se va. Amancio Ortega y Bill Gates se turnan la posición de hombre más rico del mundo». Porque el pasado septiembre, ambos intercambiaron el título en al menos cuatro ocasiones. Un mano a mano que hizo que durante las horas que duraron los dos sorpassos de Inditex, el gallego se convirtiera en la persona más acaudalada del planeta.
La mediática economía del padre de Zara contrasta con una vida discreta en La Coruña, donde vive con su segunda esposa, Flora Pérez Marcote. No concede entrevistas. No se ha escondido nunca pero tampoco se ha expuesto más de lo esctrictamente necesario. Así, nunca ha publicitado personalmente su lado filantrópico, plasmado en la fundación que lleva su nombre, cuyo objeto social es favorecer «el desarrollo de las personas», según la propia web de la entidad.
Este reto se concreta en el trabajo en cuatro áreas: Cultura educativa («Impulsando el cambio con el uso de nuevos instrumentos educativos y favoreciendo el acceso al conocimiento»), Infancia y juventud («Situando a los estudiantes en el núcleo del proceso del aprendizaje potenciando sus habilidades»), Apoyo social («Contribuyendo a encaminar las iniciativas de instituciones dedicadas a los sectores menos favorecidos») y Sociedad/Personas («Mejorando la calidad de vida de los beneficiarios, y facilitando soluciones, desde la igualdad de oportunidades»). O lo que es lo mismo: dar cantidades millonarias a la Seguridad Social.
Lucha contra el cáncer
Fue lo que hizo el pasado 29 de marzo, cuando anunció la donación de 320 millones de euros a la sanidad pública «para la adquisición de 290 equipos de última generación» para luchar contra el cáncer. El programa se había iniciado en Galicia y Andalucía y se extendió el mes pasado al resto de las Comunidades Autónomas.
Y la salud no es el único tema en el que trabaja la fundación del multimillonario. Cada año concede 80 becas a estudiantes gallegos y otras 420 a alumnos del resto de España para estudiar 1º de Bachillerato en Estados Unidos y Canadá. Los requisitos son estudiar 4º de ES0, tener una media igual o superior a 7 y una nota mínima de 8 en inglés en 3º de ESO, y no haber estudiado un curso en el extranjero previamente.
El origen
Amancio Ortega no nació millonario. Es un rasgo que comparte con el resto de las cinco personas más adineradas del mundo. Su carrera empezó en una pequeña tienda coruñesa. En su primera aventura empresarial, el magnate vendía batas para estar por casa y albornoces junto a su entonces mujer, Rosalía Mera, mediante Confecciones GOA (Amancio Ortega Gaona, al revés). Hubo que esperar hasta 1975 para que la calle Juan Flórez de La Coruña acogiera la primera tienda de Zara. Para entonces, el matrimonio había dejado las batas para lanzarse al mundo de la ropa que se vendía a precios económicos.
Las prendas de Zara comenzaron a ser muy populares y el negocio comenzó a expandirse con tiendas en toda España. En 1988 la apertura de un establecimiento en Oporto convierte la empresa en internacional. En los años siguientes, Ortega amplía el grupo con firmas como Stradivarius o Pull and Bear, arropadas bajo en paraguas de Inditex.
La vida alejada de los focos de Ortega difiere de la extendida costumbre de magnates de todo el mundo de trasladar al público su visión de la actualidad y, en ocasiones, de alterarla (paradigmático es aquí el caso de Donald Trump). Es lo que ocurre con Tadashi Yanai, propietario de Fast Retailing, grupo textil de precios asequibles cuya marca más reconocida, Uniqlo, aterrizará en Barcelona en otoño. Tadashi Yanai posee la segunda mayor fortuna de Japón, pero su enfoque empresarial pasa por tomar partido en la actualidad de su país. Mientras el nipón da su opinión sobre el mercado empresarial e incluso sobre la cultura de su país («Los japoneses son educados, disciplinados», se mojó en una entrevista con The Economist), Amancio Ortega ha optado por mantenerse alejado de los focos y solo ha mostrado su cara más personas en contadas ocasiones, como cuando su hija Marta le orquestó un flashmob el año pasado para celebrar su 80 cumpleaños en su empresa de Galicia.
Compraventa de edificios
Ortega no es el segundo hombre más rico del mundo y el más rico de España gracias sólo a su red de tiendas de ropa y de lencería, sino también por su actividad en el mundo de los negocios de compra venta de edificios. El ladrillo le ha dado importantes beneficios a través de la sociedad Pontegadea Inmobiliaria. La empresa se dedica a la compraventa y el alquiler de grandes edificios principalmente de oficinas situados en el centro de grandes ciudades en España, Reino Unido, Francia y Estados Unidos.
¿Y qué dice el hombre más rico de España?
En el libro Por qué unas tiendas venden y otras no, de Luis Lara y Jorge Mas, aparecen algunas frases que, según los autores, son claves para saber un poco cómo piensa un Ortega que no se prodiga en las declaraciones públicas.
«Mi universidad es mi profesión. Fui dependiente a los 13 años»
«Delegaba lo que no me gustaba, los temas fiscales, de finanzas y de recursos humanos. Y me involucraba en lo que me gustaba, la distribución y el producto»
«Dar autonomía real a las personas es clave. Damos autonomía cien por cien a todo el mundo»
«El optimismo es negativo. Las cosas son fáciles, rebuscamos demasiado. Hablar tanto es negativo… Hay que poner diariamente la organización boca abajo»
«Si he ganado tanto dinero ha sido porque mi objetivo no ha sido nunca ganar dinero»
«Mi gran consejo a quien quiera hacer algo rompedor es que mire a la calle. Es la gran pasarela»
«No podemos fallar. El producto tiene que ser acertado. Hay que potenciar la unidad entre el diseño y el área comercial»
«Jamás comprar un local caro ha sido un fracaso. Lo barato es un fracaso»
«Lo que más nos ha ayudado a tener éxito de venta es que a diario recibimos la información de lo que está ocurriendo en las tiendas de todo el mundo»
«Quiero soluciones inmediatas a los problemas»