Tecnología y comida casera: la 'startup' que ayuda a las mujeres egipcias

Pollo agridulce, pasta barbacoa o ensalada de verduras frescas. Todo casero y cocinado por mujeres egipcias en sus propias cocinas. Es el proyecto de la startup Mumm, una plataforma que conecta a las cocineras que preparan diariamente comida en casa, con consumidores que buscan platos caseros y saludables. Parece que con este nuevo negocio de comida a domicilio todos ganan. Mientras las mujeres cocinan, la empresa se encarga del marketing y de las entregas a domicilio.

Mumm ofrece a «las mujeres la oportunidad de crear un medio de vida sostenible por sí mismas, desde sus propios hogares, donde cuentan con los ingredientes y utensilios adecuados para ofrecer una comida de calidad, segura y sabrosa», afirma Waleed Abd El Rahman, cofundador y CEO de la empresa, quien añade «que cada compañía del sector privado tiene una responsabilidad social», y esta nueva plataforma apoya a la economía local egipcia.

La empresa tiene sede en El Cairo, la capital de un país donde el desempleo femenino asciende a más de un 23% y eso «es solo contando las que buscan puestos de trabajo regulares», dice Waleed Abd El Rahman. En Egipto solo el 11% de los hombres considera que las mujeres deberían trabajar fuera del hogar, según publica el Foro Económico Mundial. Con este negocio, una mujer cocinando en casa puede ganar hasta 6.000 libras egipcias al mes (300 dólares), ganando también independencia y libertad.

¿Cómo funciona?

Los clientes especifican su localización en la web de la empresa y a partir de ahí pueden escoger entre diferentes opciones. Hay porciones individuales, porciones familiares e, incluso, comida congelada por si los usuarios prefieren hacer un encargo. De momento, la compañía cuenta con 20 platos diferentes aunque asegura que seguirán aumentando. El tiempo de espera para recibir el pedido puede ser de unos 90 minutos, y se paga hasta un 20% menos que en un restaurante.

En lo que se refiere a la seguridad alimentaria, los clientes pueden estar tranquilos. «Durante la inducción inspeccionamos la cocina y seguimos con la inspección cada dos semanas, con controles en todo momento», dice el CEO de la compañía a la revista Egyptian Streets.

¿Y el nombre?

«Mumm es una palabra jeroglífica de 7.000 años que significa comida», cuenta Waleed Abd El Rahman, quien añade que es también la primera palabra que un niño aprende a decir cuando tiene hambre. «Para los egipcios ‘mumm’ es la comida. La gente local sonríe cuando lo escuchan».

Esta empresa arrancó en noviembre de 2015 y ya ha creado más de 120 empleos. Además de ayudar a las mujeres locales, la compañía se ha asociado con Fard Foundation, una organización egipcia sin ánimo de lucro, para ofrecer la participación en esta plataforma a refugiados sirios, iraquíes y sudaneses que llegan al país. «Como mujer siria casada durante 23 años, por supuesto que sé cocinar», dice Iman Omanein, una refugiada que prepara distintos platos a la vez que obtiene un sustento para mantener a su familia.