La lucha por la paz de Nelson Mandela sigue en pie
La lucha por la paz de Nelson Mandela, el primer presidente negro de Sudáfrica, conocido por su lucha contra el apartheid y por su gran solidaridad, sigue viva años después de su muerte.
Años después de la muerte de Nelson Mandela, la lucha por la paz del primer presidente negro de Sudáfrica, conocido por sus esfuerzos por acabar con el apartheid y por su gran solidaridad, sigue viva, especialmente a través del legado que dejó a su fundación.
El político, que recibió el premio Nobel de la Paz en el año 1993, dedicó su vida al servicio de la sociedad, como abogado defensor de los derechos humanos y como preso de conciencia.
Su lucha por la igualdad
En 1944, Mandela fundó, junto a otros políticos, la Liga Juvenil del Congreso Nacional Africano (ANCYL). Desde entonces, su vida estuvo caracterizada por una gran actividad política, centrada en la lucha por la igualdad, en concreto contra el apartheid.
Tras años de lucha contra las leyes injustas y de haber sido juzgado por traición y absuelto años más tarde, en 1961 se formó el movimiento ANC, con Mandela como comandante jefe. Pero al líder de la ANC solo le quedaba un año para predicar libremente por el mundo sus ideales y los motivos de su lucha política.
En 1962, fue detenido por salir ilegalmente del país y por incitar a la huelga y fue condenado a cinco años de cárcel. En 1963, cuando fue condenado a cadena perpetua junto a otros dirigentes del ANC, comenzaron los 27 años que el Nobel de la Paz pasó encarcelado por su oposición al gobierno.
Mandela pasó gran parte de su condena, 18 años, en una celda de cuatro metros cuadrados en la cárcel de Robben Island. Pero esta pequeña celda también fue el lugar desde donde creció su reputación, convirtiéndose en un potente símbolo de la resistencia a medida que el movimiento contra el apartheid cobraba fuerza. Durante sus años de encarcelamiento, Nelson Mandela se negó a cambiar su posición e ideas políticas para obtener la libertad.
Después de varios años de protestas en masa contra el apartheid y de negociaciones del ANC con el Gobierno de Sudáfrica, Mandela fue excarcelado en 1990.
Su presidencia
Su liberación fue un gran impulso en la carrera política de Mandela.
En 1993, su lucha por la paz y la igualdad fue reconocida al recibir el Premio Nobel de la Paz. Tan solo un año más tarde, el ANC ganó por abrumadora mayoría las primeras elecciones multirraciales celebradas en Sudáfrica y Mandela se convirtió en el presidente del país, un cargo que ocupó hasta 1999.
“Nunca, nunca jamás volverá a suceder que esta hermosa tierra experimente de nuevo la opresión de los unos sobre los otros”, dijo el día que tomó posesión del cargo. A sus 76 años, el líder político se sumergió de lleno en la creación de iniciativas para acabar con las desigualdades entre blancos y negros en un país con históricas diferencias entre razas. Durante su mandato, se centró en aspectos como el desarrollo de la vivienda, la educación y la economía para mejorar la calidad de vida de los sudafricanos.
La fundación Nelson Mandela
Tras acabar sus años de presidencia, en 1999, Mandela creó una fundación sin ánimo de lucro dedicada a mantener sus ideales sociales y políticos.
La fundación se ha encargado, tras su muerte en 2013, de mantener el legado y la misión del expresidente sudafricano de promover la libertad y la igualdad en la sociedad. Con este objetivo, lleva años defendiendo el diálogo y las actividades filosóficas sobre la justicia social.
Además, la fundación mantiene un archivo de información sobre la vida de Mandela para todo aquel que quiera conocer la obra del Nobel de la Paz.
En definitiva, el objetivo de la fundación es lograr “una sociedad que recuerde su pasado, escuche a todas sus voces persiga la justicia social”, como ellos mismos explican.