¿Por qué está subiendo el precio del alquiler?
El precio de los alquileres en España ha subido un 19,7% en el último año hasta dejar el metro cuadrado a 9,4 euros, según una serie de informes elaborados por el portal inmobiliario Idealista, cuyos últimos datos son de este junio. En marzo de 2014, el metro cuadrado estaba a 6,7, según la misma fuente. Es decir, desde entonces, los alquileres se han encarecido más de un 40%. El estallido de la burbuja inmobiliaria que dio origen a la crisis económica ha sido sustituido por un aumento de precios que no afecta a los potenciales propietarios, sino a los inquilinos.
El precio de los alquileres en España ha subido un 19,7% en el último año hasta dejar el metro cuadrado a 9,4 euros, según una serie de informes elaborados por el portal inmobiliario Idealista, cuyos últimos datos son de este junio. En marzo de 2014, el metro cuadrado estaba a 6,7, según la misma fuente. Es decir, desde entonces, los alquileres se han encarecido más de un 40%. El estallido de la burbuja inmobiliaria que dio origen a la crisis económica ha sido sustituido por un aumento de precios que no afecta a los potenciales propietarios, sino a los inquilinos.
«El causante de estas subidas, que vienen produciéndose desde antes de 2017, hay que buscarlo en el INEM. El aumento del empleo ha provocado que la competencia entre personas buscando un alquiler sea cada vez más feroz y empuja los precios hacia arriba, mientras que la oferta no ha conseguido crecer al mismo ritmo», valora para The Objective Fernando Encinar, jefe de Estudios de Idealista.
José, que prefiere no dar su apellido, es portavoz del Sindicato de Inquilinas e Inquilinos de Madrid y tiene una versión diferente sobre las causas de este aumento de los precios: «La fundamental y la que da origen a todas las demás es la última reforma de la Ley de Arrendamientos Urbanos«, opina. «Los cambios que se hicieron iban claramente enfocados a favorecer al propietario», valora. También apunta, como segunda causa, a que los inversores «han dejado de ganar dinero con la venta de vivienda a raíz de la crisis del mercado inmobiliario y han empezado a fijarse en el mercado del alquiler como un negocio donde obtener grandes rentabilidades«. Un tercer factor, señala, «tiene que ver con la proliferación de plataformas de viviendas turísticas. Este factor es el que está de moda ahora y todo el mundo habla de él», pero esta causa, puntualiza, «no es más importante que las otras».
La última causa que señala José ha saltado recientemente a la actualidad informativa a raíz de la polémica generada por el colectivo juvenil independentista Arran, afín a la CUP, que ha protagonizado una serie de protestas en las últimas semanas en Cataluña y las Islas Baleares por el «turismo masivo» que, según la organización, provoca que los barrios se pongan de moda y se encarezcan (lo que se conoce como gentrificación) y que se destruya la economía local (The Objective ha intentado ponerse en contacto con Arran en dos ocasiones para este reportaje pero no ha recibido respuesta). También en otros puntos de Europa ha habido protestas por el mismo motivo.
La preocupación de los vecinos es hasta cuándo van a seguir subiendo los alquileres. ¿Dónde está el límite? Una inmobiliaria neerlandesa se vio obligada este verano a retirar de su web un anuncio de un estudio de 35 metros cuadrados situado en Ámsterdam en el que no se podía cocinar «por normativa» y en el que no podían estar más de dos personas a la vez. El precio era de 1.000 euros. En España, el portavoz del Sindicato de Inquilinos e Inquilinas de Madrid no titubea al hablar de una «nueva burbuja inmobiliaria». El jefe de Estudios de Idealista prefiere no utilizar este término, pero concede que el mercado de alquiler «está claramente caliente en algunas ciudades».
«La gente se está teniendo que ir de sus casas»
Encinar no se atreve a ponerle fecha de caducidad a la subida de los precios. «Estamos ante una normalización del mercado a distintas velocidades que no se desarrollan de modo simultáneo», explica. Pero considera que la situación es cíclica ya que «los alquileres tienen techo y no pueden subir indefinidamente si la demanda no puede asumirlos». Mientras, los inquilinos se enfrentan a una serie de dificultades. «El efecto más claro es que la gente se está teniendo que ir de sus casas», alerta por su parte José.
Es lo que le ocurre a María Hernández, una murciana de 25 años que actualmente reside en el barrio madrileño de Argüelles. Paga 460 euros, gastos incluidos, por una habitación exterior en un piso que comparte con otros cinco jóvenes. En junio, su casera le dijo que, si quería renovar el contrato, tendría que pagar 40 euros más. «Le dije que me lo tendría que pensar pero en agosto le dije que me iba», explica. A partir del 15 de septiembre se mudará con otros tres chicos a un piso más barato porque considera que la subida del precio «no está justificada».
El Sindicato de Inquilinas e Inquilinos de Madrid propone varias soluciones para frenar el aumento de los precios. «Lo primero que tendrían que hacer las administraciones es penalizar la tenencia de pisos vacíos», sugiere su portavoz. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadísicas, más de 3,44 millones de viviendas españolas están vacías. Es decir, un 13.65% de todas las propiedades. De hecho, España es, según el diario británico The Guardian, el país de la Unión Europea con más casas y pisos sin ocupar. «Lo segundo es regular el precio del alquiler», añade José.
Desde Idealista optan por unas soluciones menos intervencionistas. «El camino correcto supone olvidar las medidas coercitivas e incentivar la aparición en el mercado de nuevas viviendas, ya sea asegurando las rentas, ofreciendo ayudas para las rehabilitación, etc», considera su jefe de Estudios.