María Benjumea (South Summit): «Una crisis, aunque es negativa, siempre trae oportunidades»
La fundadora de South Summit, la plataforma de encuentro de ‘startups’ que se celebra estos días, cree que «dar más ventajas a las mujeres es completamente contraproducente»
Habla con convicción. Con pasión. Constantemente enfatiza y levanta la voz —para remarcar sus posturas, ojo, siempre dentro de la máxima educación— al hablar de emprendimiento y startups. Tras vender su anterior empresa, infoempleo.com, María Benjumea presentó al mundo en 2012, en pleno chaparrón de la crisis financiera, South Summit, una plataforma de encuentro de startups que se ha convertido ya en un referente del emprendimiento y la innovación en el sur de Europa y que todos los años organiza una competición que ayuda a las startups más innovadoras a dar a conocer su proyecto y a conseguir financiación. ¿El objetivo de South Summit? Impulsar el ecosistema «startupero», como ella lo llama, y potenciar la marca España.
Este año, South Summit ha recibido para la competición «en torno a unos 3.800 proyectos procedentes de más de 120 países, con un 75% de fuera de España». Y eso a pesar de que la pandemia[contexto id=»460724″] ha obligado a que este año la cita, que se celebra estos días, sea semipresencial. Pero aun suponiendo un obstáculo, el coronavirus no ha sido un impedimento para que la autodenominada «startupera de 66 años» detuviera su proyecto. «Hemos generado este año esta plataforma omnicanal que, en este momento, está actuando con una complementariedad sumamente interesante, que es un formato televisivo muy atractivo que te permite reunir a todos los actores», celebra.
¿Qué fue lo que te hizo ver, en aquel momento tan complicado, en 2012, que South Summit podía tener éxito?
Yo toda mi vida he emprendido y quería crear una compañía donde conectáramos a las startups con las grandes compañías porque ya veíamos que el mundo iba a una velocidad de vértigo y que para las grandes corporaciones iba a ser muy difícil innovar y seguir el ritmo que le demandaba el mercado para poder responder con nuevos productos y nuevos servicios y veíamos que la capacidad de las startups, de pequeñas compañías con una mentalidad muy emprendedora, para responder a las necesidades del mercado era total.
Y lo que vimos en ese momento, 2o12, era depresión a nuestro alrededor, una imagen malísima de España, que las personas creían que no tenían oportunidades, que no había trabajo… Yo estaba convencida de que la crisis iba a pasar aunque se avecinara un cambio estructural de unas dimensiones alucinantes y eso fue lo que nos llevó, en pocos meses, a hacer el primer South Summit. Y, por otra parte, el otro mensaje que queríamos trasladar es la imagen de España. Para mí es muy importante nuestro país, creo que tenemos un país maravilloso, un país lleno de talento, de creatividad, que salimos como nadie de las crisis cuando nos lo proponemos y cuando nos juntamos y que, a lo mejor no éramos tan guapos como habíamos creído unos años antes, pero que, desde luego, somos extraordinarios.
¿Qué paralelismos ves entre la crisis de aquel momento y esta?
La similitud en cuanto a la situación es que estamos en crisis, pero son dos crisis muy diferentes: las dos muy gordas, pero esta sin precedentes porque está acompañada de una situación sanitaria muy gorda y es la primera vez que se confina a todo el mundo en sus casas. Pero nuestra respuesta ha sido la misma: una reinvención total que estamos viendo que está dando unos resultados extraordinarios. Y esa sensación de ilusión y de esperanza que generamos en el año 2012, este año 2020 se está multiplicando y estamos viendo cómo de verdad se está conectando gente de cualquier parte del mundo y, además, nos da ese mensaje de que podemos hacerlo, que no tenemos límites, que no solo podemos volver adonde estábamos, no, nosotros vamos mucho más allá, queremos ir a un desarrollo muchísimo más grande y que nos favorezca a todos.
¿Qué papel tiene en el mercado el emprendedor de startups frente al empresario tradicional?
Para mí lo bonito de la situación actual es cómo trabajan de la mano. Es decir, tenemos distintos tipos de empresario tradicional: tenemos desde la corporación, que es la grande y la que tiene más posibilidades, hasta la pyme. Y por otra parte tenemos al emprendedor innovador, que es, para mí, el startupero. La diferencia en todo el contexto de los emprendedores es que el startupero es un emprendedor innovador, es un emprendedor con alta cualificación que realmente está identificando de forma constante qué se necesita para poder ofrecer a la empresa tradicional o a la sociedad en su conjunto para responder a determinada necesidad. Para mí, no es una confrontación entre uno y otro. Hoy día, la empresa tradicional que tiene ya una capacidad y que quiere dar una respuesta al cliente conforme a lo que va demandando el mercado no lo puede hacer sola por muy grande que sea, por muy grandes y buenos que sean sus departamentos de innovación. Es imposible porque esto va demasiado rápido. Y ese trabajar de la mano beneficia a los dos.
¿Momentos de crisis e incertidumbre como este son poco idóneos para emprender o son una oportunidad?
La característica del startupero es la agilidad de respuesta. Como en cualquier compañía, hay sectores a los que les ha ido muy bien con todo lo relacionado con la transformación digital y hay otras a las que la situación les ha pegado muy fuerte. Pero yo me miro en el espejo, yo también soy una startupera, de 66 años, y yo lo que veo es que el startupero es el que mejor identifica esas oportunidades, o bien para crear nuevos proyectos, o bien para reinventar el que ya tiene, pero nunca se queda parado. Y de verdad creo que la crisis, y las crisis en general, tienen las dos connotaciones: crisis significa cambio. Una crisis, aunque es negativa, siempre trae oportunidades y lo que tenemos que hacer es salir de nuestra zona de confort y buscar esa oportunidad, que seguro que la encontramos.
Más allá de este momento coyuntural, ¿cuál es la dificultad principal con la que se encuentran los startuperos españoles, los puntos en los que España debe mejorar?
Yo creo que claramente es importante el cambio fiscal, fundamentalmente porque lo más importante para hacer que un proyecto sea exitoso es el equipo de personas que hay detrás y una startup no tiene dinero para pagarles y competir con el mercado. Y creo que es importantísima la parte de financiación, es decir, hay mucho dinero, pero donde estamos muy atrasados, aunque hemos cambiado mucho a mejor, es que, en un porcentaje muy importante de las startups, la vía de financiación es más por recursos propios y los grandes proyectos, a partir de un determinado momento, necesitan mucha gasolina. Entonces, cuanto más se profesionalice eso y cuantos más cauces de financiación profesional haya, muchísimo mejor. Eso son dos temas claves. Dinero en las primeras fases, si tú tienes un buen proyecto y sabes venderlo bien, hay mucho; lo que quizás nos falta es que haya dinero en las fases de crecimiento.
¿Por qué crees que sigue esta brecha de género en el mundo de las startups?
En todos los mundos. A mí me encantaría tener la contestación. Yo llevo trabajando en este tema desde hace muchísimos años. Mi convencimiento es que no es un tema de la sociedad: la sociedad nos quiere, nos necesita. Es un tema más de trabajar con nosotras las mujeres porque las oportunidades las tenemos. Todos los años, cuando presentamos el mapa de emprendimiento, le dedico un espacio al tema de la mujer y yo la única medida que te puedo decir no es una medida de dar más ventajas a las mujeres; creo que eso es completamente contraproducente: no somos víctimas, no lo somos. En el 2003, que yo tendría como 49 años, no entendía nada de por qué se seguía hablando de techo de cristal. Hicimos un estudio y producto de este estudio salió un programa que se llamaba Lidera, que hicimos con la Comunidad de Madrid. Y el éxito fue bestial: pasaron por ahí 2.000 mujeres y lo que más me gusta es que, después, el convencimiento y la sonrisa de esas 2.000 mujeres decía: «De pronto es como una ventana que se me abre y me doy cuenta de que yo no dependo de los demás ni de lo que los demás me tengan que dar, dependo de mí misma». Y eso es lo verdaderamente importante.
¿Qué retos le quedan conseguir a South Summit en ediciones futuras?
Todos, porque el tiempo nos irá marcando los retos. ¿Qué es lo que nos depara el futuro? Pues espérenme y sobre eso ahí estaremos reinventándonos de nuevo y haciendo que cada vez el mundo de la conexiones produzca más oportunidades para todos.