¿Cómo elijo mi copa menstrual y cómo la coloco bien?
Para que resulte más sencillo, respondemos a algunas de las dudas más comunes a la hora de elegir copa menstrual
Cada vez son más las mujeres que optan por dejar de usar compresas y tampones en sus días de regla para usar la copa menstrual, una opción más ecológica, menos invasiva para el cuerpo y, para muchas, mucho más cómoda.
El uso de la copa se ha generalizado en los últimos años y ya se puede comprar en farmacias, parafarmacias y numerosas tiendas online. Sin embargo, son muchas las mujeres que todavía tienen dudas sobre qué copa deben escoger y, sobre todo, sobre cómo colocarse este producto diseñado para recoger el flujo menstrual.
Para que resulte más sencillo, respondemos a algunas de las dudas más comunes a la hora de elegir copa menstrual.
¿Qué tamaño debo elegir?
La primera duda que surge a la hora de elegir una copa menstrual es sobre la talla. La mayoría de las marcas ofrecen dos, la pequeña y la grande, pero algunas cuentan con tres tallas.
Las instrucciones suelen ser claras: la talla pequeña es para ti si tienes menos de 25 años y no has tenido hijos, y la talla grande si eres mayor de 25 años o si has tenido hijos por parto vaginal.
Sin embargo, la edad es orientativa y muchas veces depende de cómo tengas de tonificada la musculatura del suelo pélvico. En caso de tener las paredes vaginales tonificadas o incluso tensas, es mejor elegir la talla más pequeña, aunque tengas más de 25 años.
Otro factor a tener en cuenta es el flujo menstrual. Si es muy abundante habitualmente, conviene elegir una talla más grande, mientras que, aunque pases de los 25 años, si tienes poco flujo, quizá sea suficiente con la copa más pequeña.
¿Qué forma debe tener la copa?
Las copas menstruales suelen tener forma de eso mismo, de copa. Al fin y al cabo, no deja de ser un recipiente cuyo objetivo es recoger líquido.
Sin embargo, cada vez hay más modelos con formas distintas, unas que se adaptan a la forma de las paredes vaginales, otras planas que se pueden usar durante el sexo con penetración, unas con anillas para sacarlas más fácilmente.
Cuál elegir es una decisión personal que dependerá de la práctica que tenga cada una, de si valora más la comodidad de no tener que cambiarla en muchas horas u otros factores.
Aquí dejamos algunas opciones y algunos consejos que pueden ser de ayuda:
La copa tradicional: esta simplemente tiene forma de copa y suele tener un pequeño tubo de plástico al final para facilitar el momento de quitarla. Las hay de muchos precios, pero lo importante es que te asegures de que el material es silicona médica y está probada dermatológicamente para no dañar los tejidos de la vagina.
Las de OrganiCup son un ejemplo: veganas, con material médicamente probado y y con tres tamaños a elegir.
Plegables o con anilla: aunque tengan la misma forma que las copas normales, hay algunas que cuentan con algún aspecto que las hace más cómodas. Por ejemplo, las hay plegables, que hace que sea más fácil y discreto guardarlas, y otras que cuentan con una anilla al final, por si te cuesta mucho sacarla.
Las que tienen una forma anatómica: algunas copas menstruales adaptan su forma a la de las paredes vaginales, por lo que son oblicuas en lugar de totalmente verticales.
Un ejemplo es la Lily Cup de Intimina, que es ideal para las personas con mucho flujo o el cérvix alto.
La copa plana: Intimina ha sacado al mercado una copa menstrual que no tiene forma de copa, la Ziggy Cup. Es ovalada y se coloca justo debajo del cérvix para recoger el flujo. Además, está pensada para que se pueda usar mientras se mantienen relaciones sexuales con penetración. Cuesta unos 35 euros y se puede comprar en su página web.
¿Cómo me la coloco para no notarla?
Una vez elegida la copa, viene la pregunta que nos hacemos todas: ¿cómo me la coloco? Aunque la primera vez parezca complicado, en realidad es muy sencillo. Estos son los pasos a seguir para colocarla con facilidad:
Lávate las manos: lo primero que hay que hacer es lavarse las manos antes de tocar e introducir la copa en el cuerpo.
Busca una posición cómoda: cuando estés acostumbrada a usarla, seguramente puedas ponerte la copa rápido y en cualquier postura, pero para la primera vez, es importante estar cómoda y relajada.
Hacerlo en la ducha es una buena opción, porque así no te preocupas de manchar nada si no lo consigues a la primera. Y normalmente hacerlo en cuclillas también ayuda, puesto que es más sencillo introducirla.
Sobre todo, recuerda que a veces no la colocamos bien a la primera, igual que ocurre con los tampones, por lo que no hay que ponerse nerviosa ni dejar de intentarlo.
Dobla la copa: hay dos maneras de doblarla, según cómo te resulte más cómoda para introducirla. Este esquema de Cyclo lo muestra muy bien.
Comprueba que se ha abierto: normalmente, al introducir la copa en la vagina, esta se abre automáticamente. Aunque se suele notar, no está de más pasar un dedo alrededor para comprobar que no sigue doblada.
Y ahora, ¿cómo la quito? Muy sencillo: puedes tirar del final de la copa para que salga, pero no es lo más recomendable, porque al abrirse habrá hecho vacío y es bastante incómodo sacarla así. Lo más cómodo es meter un dedo, apretar un poquito en la parte de abajo hasta que no haya vacío y sacarla lentamente para no volcarla.
Después, lávala con un gel que respete el PH de la zona íntima y lista para usarla de nuevo.