El califato islámico ha comenzado
El ISIS da un vuelco a la estrategia islamista: no somos una organización terrorista, sino un estado. Toda la verdad sobre la ruptura del ISIS y Al Qaeda y por qué se han convertido en una imprevisible amenaza, hasta reactivar la guerra de Irak. Para su líder, Abu Bakr al-Baghdadi, no hay ninguna lucha: sencillamente ha comenzado el gran califato islámico de Irak y Siria y él es el encargado de administrarlo. La única ley es la sharia y el único mapa político que admiten es el que están trazando en estos momentos.
El Estado Islámico de Irak y Levante anuncia en Twitter la ejecución de 1.700 soldados
El pasado lunes 9 de junio, después de varios días de dura batalla, el Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIS) asestó su golpe exprés a Irak haciéndose con Mosul. 1400 presos fueron liberados y pasaron a sus filas, mientras que miles de personas abandonaron la ciudad huyendo de la violencia. Establecidas en campamentos como el de Arbil, numerosas familias han tratado de quedarse al margen del recrudecimiento del conflicto durante las primeras horas.
El día a día en barrios donde ya rige su ley es brutal y vistoso a la vez. Por eso surgen de Siria imágenes que estremecen a los occidentales, como las crucifixiones de Raqqa, pero que llenan de pasión a muchos radicales islámicos: el ISIS logra por la vía de los hechos –ocupar una ciudad, matar a las autoridades, establecer la sharia y anunciarlo– lo que muchos terroristas islámicos intentan conseguir con otras estrategias de lucha.
Hablamos del ISIS –también conocido como Estado Islámico de Irak y Siria, entre otros nombres- como una organización terrorista o radical islamista. Sin embargo, sus militantes jamás responderían a esa definición. Y no porque no se consideren muyahidines, sino porque no creen que sean parte de una organización. El ISIS ha dado un paso más y esto ha desordenado el avance del terrorismo internacional: ahora Al-Qaeda es una organización terrorista en lucha contra Occidente, mientras que el ISIS es ya un estado, un califato operativo en el que ya rigen las reglas que ellos mismos marcan: prohibición de fumar, crucifixión de quienes no profesen el islam o de quienes quiebren los preceptos del Corán, y decapitaciones públicas de carácter ejemplarizante.
¿Una sharia descafeinada en Mosul?
Gas barato, energía, fin de las barricadas, y comida. Es la sorprendente oferta que el ISIS está realizando a los miles de refugiados que huyeron hace días de Mosul, cuando la ciudad cayó en manos del grupo islamista. Tras el pánico, los polos se han invertido, y numerosos iraquíes están regresando a sus hogares. “Vemos que ellos han hecho un Mosul mejor”, asegura Abu Mohammed, un taxista de 34 años que transporta a los que desean retornar. “El agua está de vuelta. La electricidad está de vuelta. Los precios son más bajos”, afirma en declaraciones que recoge The Indian Exprés.
Fumando y afeitados, reciben entre aplausos a los insurgentes. Ni siquiera la barba o el rostro descubierto de algunas mujeres parece un problema, según algunos testimonios que aseguran que los combatientes del ISIS que han entrado en Mosul planean por el momento una aplicación de la ley islámica menos estricta que en Siria, hasta lograr tranquilizar a otros grupos sunitas, y a los ex miembros del partido Baath, menos religiosos y leales a Saddam Hussein.
Ejecución de 1700 soldados
No obstante, hay otra cara en la llegada del ISIS a Mosul y no es secundaria. Se trata de los camiones llenos de soldados iraquíes y de la exposición de cientos de ejecuciones en diversos lugares de la ciudad, como consecuencia de su llegada al poder del pasado lunes. En la tarde del domingo el grupo islamista aseguró en Twitter haber ejecutado ya a 1700 soldados iraquíes en las primeras horas tras haberse otorgado el poder en la zona.
Algunas fuentes ponen en duda la abultada cifra que se atribuyen, pero sí ha podido confirmarse la autenticidad de los hechos que muestran estas imágenes de foros islamistas recogidas por Investigations (aviso: estas fotografías pueden herir su sensibilidad): la entrada de los radicales en Mosul ha venido acompañada de una carnicería. Soldados y acusados de ser soldados han sido conducidos en camiones para ser fusilados y enterrados en fosas.
Muchos de los hombres ejecutados portaban ropa de civiles sobre el uniforme militar, lo que hace sospechar que intentaron salvar sus vidas en medio de la operación exprés realizada por el ISIS el pasado lunes en Mosul. La propia organización considera esencial la difusión de imágenes como esta, con decenas de prisioneros listos para ser ejecutados, para su particular guerra, que consiste en comenzar a aplicar sus designios desde el primer instante.
Las ejecuciones, como acostumbra a realizar el ISIS se han producido situando a los capturados en hilera en el suelo, frente a otra hilera de militantes, bajo la supervisión de dos mandos en cada extremo. Los disparos no se efectúan simultáneamente, sino que los ejecutados van comprobando cómo van cayendo uno a uno hasta que les llega su turno.
La batalla en las redes sociales sigue siendo fundamental para mover a la opinión pública internacional, así también desde diferente cuentas de Twitter se están publicado hoy imágenes de la brutalidad de los soldados iraquíes contra musulmanes, o contra los propios militantes del ISIS. Esta imagen (puede herir sensibilidades), en la que militares iraquíes se fotografían con un hombre baleado –los militantes islámicos aseguran además que era inocente y que se trató de una confusión- que están ofreciendo numerosos usuarios de las redes sociales como actual, pertenece en realidad a comienzos del mes de marzo.
Así es como arenga el ISIS a sus militantes
La última arenga, en forma de canción, creada por el Estado Islámico de Irak se titula ‘Escuadrones de mi Estado’. Y así insiste su estribillo: “Escuadrones de mi estado, surgen. Revive nuestra gloria. Y restaura la corona de nuestra Umma en su cabeza, surgen”.
La Umma es la aspiración islámica más primitiva. Un concepto difícil de delimitar materialmente, pero así lo explica uno de los sermones reunidos en la Mezquita de los Andaluces: “Desde sus principios, el Islam tuvo una vocación clara, la de convertirse en una Umma, en una nación con personalidad propia y diferenciada”. “La Umma”, prosigue, “no es algo cerrado. Al contrario, se cerró a lo cerrado, negó las fronteras; a eso nos referimos cuando decimos que el Islam se independizó (…) La Umma en la actualidad está derrotada, eso es cierto. La Umma busca salida, y cuesta encontrarlas. Pero también está claro que su espíritu es invencible. Y lo es porque está enraizado en el Islam. Esto es innegable. Y esa es la clave para su futuro”.
En la misma jutba se expone la colisión de estas pretensiones con el mundo actual: “Las circunstancias actuales no propician el ideal de la Umma. Las frontera, los estados, los gobiernos, la cultura imperante, los modelos sociales, la economía, … todo parece hacer imposible que vuelva a recuperarse la Umma, una Nación que ni entiende ni valora esos logros de la modernidad. Sus horizontes son muy distantes. Sin embargo, su resistencia enconada es indicio de que no ha sido sometida definitivamente”.
Esta idea de la Umma que los militantes del ISIS pretenden alcanzar por medios que los musulmanes –como los citados andaluces- condenan, se encuentra en la raíz de los radicales que han sembrado el pánico en Siria, particularmente en Al Raqqa, y que lo hacen ahora en Mosul. El himno también condena las prácticas “infieles” que más tarde se traducen en las ya famosas crucifixiones del ISIS, por atentar contra los preceptos del islam. Así, en los versos de la canción claman contra quien “se emborracha por la noche” y “llena su día con transgresión”. “Los hombres de la Dawla han sido y siguen siendo fieles a nosotros. Que Dios los conserve como caballeros de Bagdad primero”.
¿Los hombres de la Dawla?
La pelea entre Al Qaeda y el Estado Islámico de Iral y el Levante, y la posterior desvinculación pública de ambos grupos, ha llenado miles de páginas de analistas con diferentes opiniones. Sin embargo, poca atención se ha prestado a la modificación realizada por el Departamento de Estado de EE. UU. hace tan solo unas semanas.
El documento, que ofrece hoy Investigations, refleja la firma rubricada por John Kerry para modificar la denominación de la organización terrorista Al Qaeda en Irak. No es un asunto menor, pues constituye el epicentro de la lucha de Estados Unidos contra el terrorismo, desde la Orden Ejecutiva 13224 de George W. Bush, inmediatamente posterior a los atentados del 11-S.
“The Department of State announced”, explica un comunicado oficial, “the amendment of the designation of al-Qaeda in Iraq (AQI) as a Foreign Terrorist Organization (FTO) under Section 219 of the Immigration and Nationality Act and as a Specially Designated Global Terrorist entity under section 1(b) of Executive Order (E.O.) 13224 to add the alias Islamic State of Iraq and the Levant (ISIS) as its primary name”.
Las consecuencias de estas modificaciones incluyen, entre otras cosas, la prohibición de proveer apoyo material o recursos a esta organizaciones, y “la congelación de todos los bienes e intereses en propiedad de la organizaciones en Estados Unidos”.
Ansar al Sharia: yihad tiene un único objetivo, la ley islámica en la tierra
El líder del grupo salafista tunecino Ansar al Sharia también se ha pronunciado tras la conquista del ISIS del pasado lunes. En una carta celebra la victoria obtenida y la aprovecha para realizar un llamamiento a la unidad: “estas conquistas” deben servir para mejorar la “convergencia de opiniones entre todas las facciones yihadistas que están luchando” con el objetivo de “que la ley islámica prevalezca en la tierra”.
Poniendo en práctica esta misma idea, Ansar al Sharia reconoce su admiración por el líder de Al Qaeda, al-Zawahiri, y por Abu Mohammed Joulani, cabecilla de Al Nusra, grupo aliado a al-Zawahiri en Siria. Pero tampoco ha dejado de mencionar los éxitos del ISIS, y a su líder, al-Baghdadi: “que Alá lo proteja y apoye su victoria”. Sin embargo no duda en exigirle que responda a los llamamientos de “distinguidos líderes y ancianos” que le instaron a la unidad entre yihadistas en varias ocasiones en lo que va de año.
¿Dónde manda el ISIS y a dónde se dirige?
El Estado Islámico de Irak y el Levante domina parcialmente Alepo, Raqqa y Idlib en Siria, y tras la última ofensiva, Mosul, Nínive, Faluya, Tikrit, en Irak. Desde 2006, el Estado Islámico de Irak reclama como propios Bagdad, Anbar, Diyala, Kirkuk, Salah al-Din, Ninawa y Babel. Tras entrar en la guerra siria en 2013 autoproclamó como provincias propias Al Barakah, Al Kheir, Al Raqqa, Homs, Al Badiya, Alepo, Idlib, Hama, Damasco y Lakatia.
Tras el avance en Irak del pasado lunes 9 de junio, el ejército se esfuerza ahora por proteger Bagdad, objetivo primordial de la ofensiva. Son muchos los voluntarios chiítas que se están uniendo al ejército iraquí para frenar al ISIS. El pasado viernes, el líder chií Ali Sistani emitió una fatwa para “todos los iraquíes que puedan portar un arma”: que salgan a calle a defenderse de los insurgentes suníes. El ISIS ya ha asegurado que esa fatwa constituye una “declaración de guerra” contra los suníes.
Bagdad no es un simple enclave estratégico ni una conquista políticamente decisiva según las fronteras del siglo XXI. Para el ISIS, Bagdad no es más que la recuperación de la gran capital, que lo fue durante el Califato Abasí, de orientación sunní, entre 762 y 1258 –la siguiente capital sería El Cairo-. Fue en el 761 cuando el califa Al-Mansur fundó Bagdad y la nombró “capital del islam”.
Hoy el asedio a la capital de Irak es a donde está destinando el ISIS la mayor parte de sus recursos. El centro de la batalla está dándose en el campamento de Taji, al norte de la capital iraquí. La pérdida de ese campamento permitiría a los islamistas avanzar sin trabas al centro de Bagdad.