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Los consejos del estratega de Podemos al chavismo venezolano

Juan Carlos Monedero, secretario de Programa de esa organización política, escribió desde 2006 varias obras sobre el proceso venezolano e hizo recomendaciones al Gobierno de ese país sobre temas como la relación entre el Estado y el sector privado. La aplicación de varias medidas de corte socialista no han tenido éxito y han empeorado la productividad en Venezuela

Poco después de que Hugo Chávez se declarara abiertamente socialista en 2005, nació el Centro Internacional Miranda (CIM). Ocurrió en febrero del año 2006, meses antes de que el fallecido mandatario ganara su segunda reelección presidencial en Venezuela.

«Más de 60% de los venezolanos votó, no por Chávez sino por un proyecto que tiene nombre: el socialismo bolivariano», dijo el dirigente sudamericano la noche de su nuevo triunfo, el 3 de diciembre de aquel año.

La conexión entre estos eventos va más allá de lo cronológico. El CIM fue concebido como un ente para ayudar a la “promoción y difusión” del sistema político chavista y, para entonces, socialista en ciernes. Se convirtió así en una especie de think tank financiado con dinero público e integrado por intelectuales de distintas partes del mundo a los que les fue asignada una doble misión: dar consejos académicos al gobierno venezolano y defender el proceso dentro y fuera del país.

Desde su creación como una fundación adscrita al ministerio venezolano de Educación Universitaria, el Centro ha recibido unos 115 millones de bolívares para trabajar, lo que representa unos 14,82 millones de euros, una cantidad mayor a los recursos destinados en 2014 a 319 de los 335 municipios que tiene Venezuela.

Un nombre relaciona esta historia con España y, más concretamente, con el partido político Podemos: Juan Carlos Monedero, miembro fundador de la mencionada organización y estrecho colaborador de Pablo Iglesias, secretario general. Ha sido parte del CIM desde sus inicios y por años ocupó el cargo de responsable de formación. Esto le permitió convertirse en asesor de Chávez entre 2005 y 2010.

Desde entonces, Monedero ha publicado al menos cuatro libros y distintos artículos que versan sobre el proceso chavista. También ha participado en decenas de foros y ha dictado varios cursos de formación para cuadros políticos, otro de los objetivos que tiene el CIM. De igual forma, ha concedido entrevistas a medios venezolanos y españoles en los que ha defendido los logros de la llamada revolución bolivariana.

“Así el presidente Chávez se fuera mañana a una isla desierta, sería recordado como el último gran libertador de América, porque para ser libertador tienes que tener muchos enemigos y Chávez ha señalado a un enemigo muy importante, el neoliberalismo. Después de él no van a existir más libertadores, porque ya no será necesario. Él ha hecho las preguntas correctas para que la pelea de ahora en adelante sea coral”, aseguró Monedero el 21 de diciembre de 2012 en una entrevista a una web venezolana, una de las últimas declaraciones que dio antes del fallecimiento del mandatario.

Otro destacado miembro de Podemos, Iñigo Errejón, también cercano colaborador de Iglesias y jefe de campaña de esa organización para las pasadas elecciones del Parlamento Europeo, es parte de una organización cercana al chavismo. Se trata de la consultora GIS XXI, grupo de investigación que realiza estudios sobre el contexto político venezolano y publica encuestas de opinión ante escenarios electorales.

En ese lugar, Errejón se ha desempeñado como director de la línea de estudio sobre “identidades políticas”. En esa área ha profundizado sus investigaciones, muchas basadas en el tema latinoamericano. Por ejemplo, su tesis doctoral la hizo en Bolivia sobre el movimiento político del presidente Evo Morales.

En el caso de Monedero, los libros, documentos y entrevistas que ha publicado en Venezuela permiten conocer los consejos que le ha dado al chavismo pero también vislumbrar las ideas que animan a quien hoy es secretario de Proceso Constituyente y de Programa de Podemos. Las recomendaciones son al gobierno venezolano son amplias y abarcan desde el área política hasta la económica. A continuación se detallan algunas:

  • Construir un nuevo sector privado:

Desde el 2006, uno de los temas sobre los que Monedero hizo mayor énfasis fue el de las empresas de producción social (EPS), un tipo de compañías cuyo concepto fue dejado “abierto” y que tenían el objetivo de  “dejar atrás el capitalismo” a través de metas como “replantearse el destino de los excedentes”.

“Cualquier uso de los excedentes que rompa el circuito «Dinero – Mercancía – Dinero incrementado» sirve para superar el capitalismo y, por tanto, está dentro del concepto de EPS”, señala Monedero en el libro Empresas de producción social, instrumento para el socialismo del siglo XXI, el cual escribió en 2006 para el CIM junto a Haiman El Troudi, que entre 2008 y 2009 fue ministro de Planificación en Venezuela y actualmente es ministro de Transporte Terrestre.

Este intento de instaurar un nuevo modelo de empresas está reñido con el capital privado tradicional, según señala el libro. Por lo tanto, la inversión privada es bienvenida siempre y cuando pase antes por una transformación que le permita insertarse en el naciente contexto económico.

“Se trata de definir si el beneficio de un inversionista capitalista será empleado para financiar la contrarrevolución; para continuar enriqueciendo a una minoría privilegiada sin retorno social alguno; si el capital a invertir proviene de empresarios cuya única motivación es el lucro sin atención a cuestiones de calidad o a consideraciones de medio y largo plazo; si es auspiciante de alcabalas donde medre la corrupción y la especulación. Cuando concurren estas distorsiones, nada extraño en la globalización neoliberal, entonces, esa inversión privada, por muy necesaria que resulte, debe desestimarse”, sentencian Monedero y El Troudi en la página 96 del texto.

Los autores no especifican una metodología a través de la cual se puedan medir las conductas de las empresas a fin de verificar si incurren en lo que llaman “distorsiones”. Lo que sí hacen es recomendar la creación de “un nuevo inversionista privado un nuevo contingente de empresarios, referenciados en el ámbito comunitario, independientes del Estado y del mercado, consustanciados y comprometidos con la emancipación”.

En el 2006, año en el que apareció este libro, las EPS se transformaron en una pieza central del discurso oficialista. Luego de que Chávez ganó las elecciones de ese año, presentó el Proyecto Nacional Simón Bolívar, su programa de gobierno para el nuevo periodo presidencial y en el cual este tipo de empresas son mencionadas 12 veces como la base del modelo productivo socialista.

Pese a la importancia que se le dio en ese momento las EPS desaparecieron del discurso chavista unos años después, al punto que en el programa de gobierno de 2012 ni siquiera son nombradas. Fueron reemplazadas por las empresas mixtas, las socialistas y las de propiedad social.

  • Estado financista e intervencionista:

Un ensayo publicado en 2009 por Monedero bajo el nombre de Economía social en Venezuela: entre la voluntad y la posibilidad alaba el uso de los recursos del Estado venezolano para financiar proyectos de la ciudadanía y subsanar la deuda social, principalmente a través de las misiones, programas de atención social en diversas áreas que han hecho popular al sistema chavista.

“Procesos de autogestión en empresas, impulso cooperativo, otorgamiento de microcréditos, empresas de producción y propiedad social, procesos formativos… son todos elementos de ese renovado tercer sector donde la ciudadanía detecta el problema, propone el proyecto y lo ejecuta, y el Estado desarrolla una labor de impulso, financiación, apoyo técnico y evaluación, a la búsqueda de un acomodo de las relaciones basado en la idea de subsidiariedad”, escribió el dirigente español.

En esta publicación, Monedero sugiere que los programas de ayuda social (misiones como son denominados por el chavismo) deben consolidarse “con algún tipo de institucionalidad”, a la vez que llama a utilizar mejor los productos que generan. Sobre esto, menciona el caso de las llamadas misiones educativas, las cuales formaron a más personas de las que empleaban para el momento las EPS.

Los resultados de estas propuestas de intervención del Estado en la economía están a la vista en Venezuela: al cierre de 2013, la manufactura pública registró una caída de 17,9% y Wilmer Barrientos, ministro de Industrias hasta marzo de 2014, admitió que las empresas no estaban produciendo como se esperaba. “Las cuentas no deben ser rojas-rojitas”, dijo con sarcasmo en una reunión con empresarios estatales una semana antes de que fuera removido del cargo. Fue reemplazado por José David Cabello, hermano del poderoso presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello.

La industria del cemento ofrece uno de los ejemplos más evidentes de los resultados obtenidos con la aplicación de esta política. En abril de 2008, Chávez decidió estatizar a las empresas del sector por considerar que el cemento es un producto de “necesidad estratégica”. Meses más tarde, el Gobierno asumió el control del sector al declarar de “utilidad pública” las plantas de las cementeras de trasnacionales como Cementos Mexicanos que operaban en el país. Desde entonces, la producción ha caído en picada, lo que ha provocado una crisis de abastecimiento de cemento. Las tiendas venden con un sistema de citas por Internet y dejan comprar sólo hasta 10 sacos mensuales.

En el ensayo de 2009, Monedero admite el poco éxito de las EPS en Venezuela: “han terminado convertidas, salvo algunas excepciones, en formas indirectas de tercerización, con condiciones laborales inferiores a las que corresponderían a otras figuras empresariales”, escribió.

  • Acabar el rentismo y la ineficiencia:

En «Economía social en Venezuela», Juan Carlos Monedero advierte que Venezuela es víctima del rentismo típico de las economías petroleras, comportamiento al que señala como causa de los problemas del país posteriores a la “depuración” de las Fuerzas Armadas y de la industria petrolera.

“Las importaciones han crecido de manera importante, por un lado por la obvia redistribución de la renta puesta en marcha, que ha generado una mayor demanda de bienes, pero por otra, por las dificultades para crear un entramado productivo nacional, tanto en la ciudad como en el campo, capaz de enfrentar ese crecimiento de la demanda”, escribió.

Su explicación no menciona, sin embargo, el impacto que han tenido sobre la caída de la producción en Venezuela las políticas de intervención en la economía aplicadas por el chavismo. Según datos de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), entre 2002 y 2012 hubo en Venezuela 1.243 intervenciones a la propiedad privada, lo que abarcó desde negocios pequeños hasta trasnacionales. Por su parte, la  Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras) estima que unas 4.000 industrias desaparecieron desde que el chavismo llegó al poder en 1999.

Entre las causas que los expertos mencionan para que esto haya ocurrido se incluyen la falta de seguridad jurídica y la aplicación de políticas de controles abiertamente hostiles en contra del sector privado. En el primer semestre de 2014, la inversión extranjera directa en Venezuela cayó un 54%, considerablemente más que la media de América Latina, un 23%, según información de la Cepal. Los datos del ranking Doing Business 2015, elaborado por el Banco Mundial, explican la razón de esa caída: Venezuela está entre los peores lugares para hacer negocios. Ocupó el puesto 182 de 189 naciones que formaron parte de ese estudio.

Entre las consecuencias de todo este proceso se incluye el aumento de la dependencia del país de la importación de productos extranjeros: en julio de este año la Federación nacional de ganaderos de Venezuela (Fedenaga) anunció que 75% de los alimentos que se están consumiendo son importados.

En sus escritos Monedero señala que el presidente Chávez cayó en ocasiones en el error de premiar la lealtad sobre la eficiencia, lo que puso a Venezuela en aprietos: “a virtud de no contar con ningún modelo debiera haber puesto mayor énfasis en la investigación teórica y la formación técnica, de manera que la información sobre la aplicación de políticas públicas no se obtuviera por el mero ensayo y error que genera altos costes”.

  • Revisar el control de cambio: 

En mayo de 2013, Monedero escribió un artículo en el que hace algunas de sus recomendaciones más recientes al gobierno venezolano, la cuales tenían como principal objetivo resolver la falta de productividad en el país, lo que denomina como “el problema acumulado en los 14 años de revolución”.

“Hay consenso en Venezuela de que el control de cambios ya no es útil, entre otras razones porque el gobierno entrega dólares a 6,30 bolívares y los importadores luego etiquetan los productos importados como si los hubieran pagado a 25 o 30 bolívares (el precio que alcanza el dólar en el mercado negro)”, advierte el dirigente de Podemos, quien sostiene que esta medida sólo sirve para financiar a importadores y especuladores, “el sector menos productivo de la economía”.

Además de hacer énfasis en la recomendación anterior de preparar mejor a la burocracia del Estado, sugiere que se debe tener “mano dura” contra los acaparadores, contra los especuladores y contra los corruptos.

“Todos los logros sociales que está alcanzando Venezuela, tanto dentro del país como en forma de impulso político en el continente, no pueden ponerse en almoneda por una mala gestión económica de no tan difícil solución”, escribió.

Más de un año después de la publicación de este artículo, el control de cambio sigue vigente en Venezuela con todas sus consecuencias sobre la economía venezolana y sobre las arcas del Estado, por los problemas de corrupción que genera. Según han admitido portavoces oficiales, como el entonces ministro de Planificación Jorge Giordani, sólo en 2012 desaparecieron más de 16 mil millones de euros a través de corruptelas asociadas a este sistema.

En lo que sí parece que el Gobierno del presidente Nicolás Maduro parece haber seguido los últimos consejos de Monedero es en lo relativo a los mayores controles, pues las inspecciones a comerciantes y los controles de precio se han incrementado aunque con resultados dudosos pues, pese a ellos, la inflación acumulada en 2014 se ubica en torno al 70%.

  • Evitar el hiperliderazgo:

En 2009, Juan Carlos Monedero estuvo en el ojo del huracán en Venezuela. Fue uno de los organizadores del foro Democracia y Socialismo: callejones sin salida y caminos por recorrer, que tuvo como una de sus principales conclusiones la crítica al hiperliderazgo que había desarrollado Chávez.

“Hace unos cuantos años dije que el mayor éxito del presidente Chávez será cuando haya 100 personas que lo puedan sustituir sin ningún tipo de quiebra. Ojalá de esas 100 personas, 80 sean mujeres. Creo que es una asignatura pendiente. En 10 años, la revolución no ha hecho una escuela de formación ni de cuadros del partido ni de funcionarios del Gobierno”, aseguró Monedero en una entrevista dada poco después al diario Últimas Noticias.

Esa recomendación desató la ira de Chávez. En el Aló, Presidente del 14 de junio de 2009, habló sobre el tema por más de 15 minutos y advirtió que había algunos antichavistas que se disfrazaban de chavistas. También aseguró que había cosas en las que él no intervenía porque consideraba que era mejor no hacerlo.

Años después, el 14 de julio de 2011 y luego de diagnosticado el cáncer que le causó la muerte, el presidente volvió a referirse al tema. En esa oportunidad admitió que el no saber delegar era uno de sus “errores fundamentales”.

Franz von Bergen

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