El caso Fillon: una historia verdadera
Los guionistas franceses ven ante sí un cuento formidable: «Siempre podemos inventar historias, pero la realidad acabará siendo más retorcida».
Para lectores de intriga y escritores estusiastas: François Fillon, mano derecha de Sarkozy, ex primer ministro de Francia, candidato républicain al Elíseo: líder conservador caído en desgracia. El político de larga trayectoria, al que se presumía intacto e impoluto, resulta que utilizó sus cargos durante una década para emplear a su mujer y a sus hijos, que ganaron al final, según parece, hasta un millón de euros en trabajos que nunca realizaron.
«Por fin tenemos una formidable serie política francesa y exportable: ¡toda la prensa extranjera habla de ella!», exclama con sarcasmo el escritor y guionista Dan Franck, autor de Hommes de l’ombre –una serie sobre la comunicación en la política-, a AFP. «Veo todo esto como una serie, hay giros constante, ¡me encanta!».
-Y como en una serie -añade, entregado-, lo más interesante es ver lo que pasa en el propio campo: las historias de traición, de familia….
«Por fin tenemos una formidable serie política exportable»
Cientos de personas parecen pendientes del desarrollo del relato. Ha nacido en Twitter un hashtag, #HouseOfSarthe, para continuar el guión protagonizado por los Fillon apoyándose en House of Cards, de Netflix; escritores como Franck caen rendidos por las garras de la no ficción: «Lo que pasa actualmente es extraordinario. A nosotros, los autores de ficción, nos gana constantemente la realidad. Siempre podemos inventar historias, pero la realidad acabará siendo siempre más retorcida».
No es el único que ve filón en la tragedia. «El juego constante de apariencias se parece a House of Cards. Y tenemos una puesta en escena del hundimiento de un mundo viejo con efectos de caos y de sobresalto, como en Downton Abbey«, concluye Philippe Nassif, filósofo especializado en cultura pop.
Los preguntados quieren entrar en el juego y dibujan en sus cabezas unos laberintos emocionales y narrativos para convertir esta historia verdadera en una novela terrible. «Aquí solo Penelope aparece como una auténtica víctima, la encarnación de las mujeres encerradas en el papel de ama de casa. ¡Tenemos ganas de que se rebele! Sería una ficción genial», dice Franck que, antes de marcharse, lanza una pregunta: «Si yo tuviera que escribirla, también me interesaría en quien ha proporcionado los documentos al Canard -periódico que publicó la exclusiva-… ¿Es de su clan? ¿Es una venganza?».
