Eibar amaneció republicana
La gente entonaba el Himno de Riego, la Internacional y el Gernikako Arbola en la abarrotada plaza de Unzaga de Eibar, por aquel entonces plaza de Alfonso XIII. Eran las 06:30 horas de la mañana del sábado 14 de abril de 1931 y el teniente de alcalde socialista Juan de los Toyos izaba la bandera tricolor en el balcón del ayuntamiento. Quedaba así proclamada la II República. Esta ciudad vasca se convertía de esta manera en la primera en declarar el nuevo gobierno en España, adelantándose unas cuantas horas a otras ciudades como Barcelona o Madrid, donde se proclamó a las 12:00 y a las 13:00 horas, respectivamente.
La gente entonaba el Himno de Riego, la Internacional y el Gernikako Arbola en la abarrotada plaza de Unzaga de Eibar, por aquel entonces plaza de Alfonso XIII. Eran las 06:30 horas de la mañana del sábado 14 de abril de 1931 y el teniente de alcalde socialista Juan de los Toyos izaba la bandera tricolor en el balcón del ayuntamiento. Quedaba así proclamada la II República. Esta ciudad vasca se convertía en la primera en declarar el nuevo gobierno en España, adelantándose unas cuantas horas a otras ciudades como Barcelona o Madrid, donde se proclamó a las 12:00 y a las 13:00 horas, respectivamente.
Juan de los Toyos González fue secretario permanente de la sección metalúrgica de la Unión General de Trabajadores (UGT) de Vizcaya y de Guipúzcoa, además de militante del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), miembro del Comité Central Socialista de Euskadi, concejal en el Ayuntamiento de Éibar (Guipúzcoa) y Consejero de Trabajo, Previsión y Comunicaciones del primer Gobierno de Euskadi desde 1936. Como profesional, fue gerente de la cooperativa de producción socialista más importante de España, Alfa.
Cuando se cumplen más de 85 años de aquel 14 de abril de 1931, quedamos con el sobrino de aquel edil socialista, que también se llama Juan de los Toyos, y que es tío del actual alcalde de la ciudad, Miguel de los Toyos. Como no podía se de otra manera, nos encontramos con él en los soportales de la casa consistorial, que sigue conservando en sus columnas los agujeros de bala fruto de la Guerra Civil y, donde cada 14 de abril, la bandera republicana ondea desde el balcón. A sus más de 90 años de edad, este ‘gudari’ socialista nos cuenta su experiencia.
«Fue un día apoteósico, Eibar era pequeño por aquel entonces, tenía 14.000 habitantes, y entonces había una euforia terrible. Aquel día la Casa del Pueblo estaba hasta los topes y se repartieron banderas socialistas rojas y republicanas».
Una vez que se había declarado el nuevo gobierno en la capital de España, y en otras ciudades, en Eibar se colocó una gran escalera en la fachada del Ayuntamiento para que un bombero retirara la placa Alfonso XIII, que daba nombre a la plaza, por un cartón con la inscripción Plaza de la II República.
No se sabe a ciencia cierta si ocurrió por un error de comprensión, ya que algunos locales cuentan que un emisario le comunicó a de los Toyos «se está preparando la república» y este entendió «se está proclamando la república». Este error fonético pudo llevar a preparar, horas antes que el resto de ciudades españolas, la constitución de la República. Lo que si es cierto, es que las familias, con las banderas en la mano, acudieron en masa a la plaza del ayuntamiento expectantes de la proclamación del nuevo gobierno.»Yo estaba allí en la plaza con toda mi familia», asegura de los Toyos.
Dos días antes, en las elecciones municipales, la opción republicano-socialista ganó en Eibar por inmensa mayoría, obteniendo 18 de los 19 ediles.
«En Eibar había un socialismo muy distinto al que había en Madrid. Aquí se fundó en 1920 la cooperativa Alfa, una fábrica de máquinas de coser en la que los trabajadores eran socios. Entonces, era una palanca para derrotar al capitalismo».
«En las cooperativas, el trabajador es dueño del capital. Actualmente hay crisis y paro en la juventud porque el trabajador no es dueño de lo que se produce». «El trabajador ha de ser dueño de las herramientas de trabajo, y no el capital, el capataz, que es el que crea la crisis. Cuando llega una máquina que sustituye a diez o doce obreros, el dueño, el capitalista, no tiene reparos en despedirlos».
«Cuando el obrero es dueño del trabajo, el progreso y la riqueza es para el obrero, algo que no ocurre ahora mismo» y asegura, «mi tío, Juan de los Toyos, hizo todo lo posible en su época para que la industria mejorase un poco. Él era secretario de UGT».
Recuerda que grandes personalidades del momento pasaron por Eibar, como Indalecio Prieto, Largo Caballero o Miguel de Unamuno. «También estuvo un militar que traicionó a la bandera republicana, el andaluz Queipo de Llano».
Concretamente se refiere al día 3 de mayo de 1931, cuando Indalecio Prieto, Ministro de Hacienda, Miguel de Unamuno, presidente del Consejo de Instrucción Pública, y el capitán general de la primera región militar Queipo de Llano acudían a la pequeña ciudad vasca para hacerle entrega del título honorífico de «muy ejemplar ciudad«, por su » la valentía y arrojo mostrados por sus ciudadanos al ser la primera ciudad en proclamar la II República», según recogen los textos de la época. Pero, cinco años después, el 14 de agosto de 1936, Queipo de Llano alzaba la bandera rojigualda desde el balcón del ayuntamiento de Sevilla, anunciando la victoria del bando nacional y la derrota de los republicanos, un símbolo que muchos vieron como una gran traición.
Pero Eibar no fue solo la pionera en instaurar la república, sino que fue también la primera ciudad en la que las mujeres pudieron votar libremente. El referéndum autonómico del 5 de noviembre de 1933 en Eibar, fue la primera vez que la mujer pudo votar, en el resto de España lo hicieron en las elecciones generales del 19 de noviembre de 1933.
Años de paz y gloria para esta ciudad vasca, al menos hasta 1936, cuando estallaba la Guerra Civil española, uno de los períodos más negros de la historia de este país. Apenas un año después, en 1937, y también coincidiendo en el mes de abril, la villa armera experimentaba uno de sus peores días, el de su bombardeo por aviones fascistas italianos. Un día antes, la aviación alemana hacía lo propio en la ciudad vecina de Gernika. Concretamente fue un el 25 de abril de 1937, pero esto, es otra historia diferente…