El Juan Sebastián Elcano continúa surcando los mares
Un 19 de abril de 1928 el buque-escuela Juan Sebastián Elcano, perteneciente a la Armada española, salió a la mar para realizar lo que fue su primer crucero de instrucción, que le llevó desde Cádiz hasta Málaga, con el Rey Alfonso XIII a bordo, para continuar hasta Sevilla, donde se celebraba la Exposición Iberoamericana. Desde entonces, no ha parado de surcar los mares y ha realizado cruceros de instrucción casi sin interrupción cada año, salvo en los años 1937, 1938 y 1939 en los que no pudo realizar el viaje como consecuencia de la Guerra Civil española.
Un 19 de abril de 1928 el buque escuela Juan Sebastián Elcano, perteneciente a la Armada española, salió a la mar para realizar lo que fue su primer crucero de instrucción, que le llevó desde Cádiz hasta Málaga, con el Rey Alfonso XIII a bordo, para continuar hasta Sevilla, donde se celebraba la Exposición Iberoamericana. Desde entonces, no ha parado de surcar los mares y ha realizado cruceros de instrucción casi sin interrupción cada año, salvo en los años 1937, 1938 y 1939 en los que no pudo realizar el viaje como consecuencia de la Guerra Civil española.
El buque escuela, que tiene el nombre del primer marino español que dio la vuelta al mundo en 1522, lleva 90 años surcando los mares mediante los cruceros que cada año hace para formar a los futuros oficiales de la Armada. Pese a que su botadura se realizó el 5 de marzo de 1927 en el puerto de Cádiz, no fue hasta casi un año después cuando realizó su primer viaje de instrucción. Asimismo, en el año 1956 y posteriormente en 1978 el buque fue objeto de grandes obras de modernización en el Arsenal de La Carraca, Cádiz, y no pudo efectuar navegaciones con Guardias Marinas. Por el contrario, en 1933, 1942, 1943 y 1951 el Elcano realizó dos cruceros diferentes en cada uno de esos años. De ahí que en la actualidad coincidan prácticamente el número de cruceros realizados y la edad del barco.
Hace apenas cuatro días arribaba al puerto de Santo Domingo, República Dominicana, tras una travesía de 25 días iniciada en las Islas Canarias, como parte de su crucero de instrucción número 89, que comenzó el 12 de marzo desde Cádiz y que concluirá el próximo 21 de julio en el mismo puerto de partida. En este crucero reciben formación los 76 Guardias Marinas de la 419ª promoción del cuerpo general de la Armada, de la 149ª de Infantería de Marina y de la 92ª de Intendencia. Los Guardias Marinas del Cuerpo General y de Infantería se embarcan como parte del plan de estudios del cuarto curso de su carrera con asignaturas como navegación, astronomía, táctica anfibia y los de Intendencia realizan el primero de los dos años de sus estudios.
La principal razón de ser de este buque, que es un velero bergantín goleta, son los Guardias Marinas. Éstos adquieren esta denominación y condición de ‘alumnos futuros oficiales’ con el establecimiento de la Real Compañía de Guardias Marinas de Cádiz (1717), creada gracias al esfuerzo del intendente José Patiño durante el reinado de Felipe V.
El buque escuela, al mando del capitán de navío Victoriano Gilabert Agote, cuenta con una dotación de 24 oficiales, 22 suboficiales, 125 militares de la escala de marinería y tropa y dos maestros civiles. De todos ellos, 26 son mujeres. El barco es además una embajada flotante, pues en sus escalas en los diferentes países difunde la imagen de España y apoya la acción exterior del Estado. Este buque escuela de 20 velas es uno de los navíos más representativos de la Armada española con más de 1.734.000 millas náuticas navegadas por todos los mares del mundo y con recaladas en más de 70 países.
La Vida a bordo
Como la propia Armada asegura, las nuevas promociones compaginan en la medida de lo posible su ajetreada agenda diaria, provista de observaciones astronómicas, estudio de las diferentes asignaturas, y diversas conferencias de carácter profesional y cultural, con el día a día de la vida a bordo que abarca diversas actividades comunes con la dotación. «Todos ellos se involucran en el tránsito a vela del barco, navegando de puerto en puerto por los lugares más recónditos del mundo y siempre orgullosos de representar nuestra Patria allá por donde pasa».
El barco cuenta con dos salas de estudio donde los Guardias Marinas reciben una media diaria de cinco horas lectivas con asignaturas tales como Navegación Astronómica, Meteorología, Geografía, Maniobra o Inglés. Independientemente de sus ocupaciones académicas, los Alumnos participan en todas las actividades conjuntas de la dotación, así como en las guardias a bordo que se cubren diariamente por turnos.
A diferencia de la mayoría de las unidades de la Armada española, este buque no dispone de misiles, ni de torpedos, ni de ningún sistema de armas para el combate. Pero sí cuenta, como cualquier otro buque de guerra, de armamento ligero para la defensa propia de la unidad, con el fin de mantener una capacidad adecuada para afrontar una amenaza imprevista que pueda surgir en la mar o en un puerto extranjero. En total el barco dispone de dos montajes de 37 mm, dos ametralladoras Browning y dos ametralladoras MG, además de armamento portátil como fusiles y pistolas. El casco del buque es de hierro y arbola cuatro palos: ‘Blanca’, ‘Almansa’, ‘Asturias’ y ‘Nautilus’, cuyos nombres recuerdan a otros buques escuelas que le precedieron.